Andando
en bus mucho se oye, como tengo en suerte no usar uniforme y tampoco me gusta
eso de tener el carnet del trabajo colgando del cuello, nadie sabe que intento
ganarme la vida como profesor así que la gente habla a sus anchas. He oído muchas
cosas desde madres quejándose porque fulano o mengano “la tiene cogida” con su
hijo, para después reírse pues saben que de todas maneras el muchacho debe
aprobar la materia pues así lo exige la ley de educación.
La
semana pasada escuché a unas señoras quejándose de que su hijo no tuvo clases,
acusaba a los maestros de flojos por ponerse en paro, ¡que bolas! Dijo una,
seguramente tienen un sueldote y se quejan, estuve a dos segundos de intervenir
pero ganó la cordura y mis ganas de no molestarme más de lo que ya vivo, además
la verdad sea dicha, discutir con desconocidos es un asunto peligrosísimo en
estos días pues uno nunca sabe qué clase de monstruos andan caminando por ahí
disfrazados de gente.
Creo
que todos los colegas deberíamos hacer una campaña informativa sobre lo que
ganamos en nuestros respectivos empleos, las señoras y señores que representan
a sus hijos o la filiación que tengan con los muchachos deberían saber que los
profesores que le imparten clases a sus retoños ganan menos que un obrero
cualquiera a pesar de tener títulos universitarios, además por un sueldo así,
si acaso uno debería dar una hora de clase diaria y dejarlos de su cuenta, al
final esos muchachos no son hijos de uno y si se desmandan allá ellos, eso
verdaderamente es responsabilidad de sus familiares o tutores, no de uno que
mal pagado y todo se preocupa por hacer más o menos bien el trabajo.
Las
madres saben cuánto se gasta en un mercado, saben por ejemplo que un kilo de
carne cuesta 600 bolívares , uno de café cuesta 300, un par de zapatos malosos
no baja de siete mil , un pantalón de cinco mil, una camisa (de las muy
baratas) dos mil quinientos , un par de medias mil, unos interiores de mediana
calidad no bajan de los mil quinientos bolívares y un mercado completo no
cuesta menos de veinte mil bolívares si por casualidad se encuentra todo en un mismo
sitio y no toca buscar con los bachaqueros, pero tenemos una quincena de apenas
tres mil y la otra con “beneficios” incluidos es de cinco mil (por lo menos a
los estadales nos pasa así) , que además no somos solos, que tenemos familia e
hijos que también pasan por la angustia de la miseria.
Creo
que así se condolerían de nosotros y quizás hasta colaborarían con la lucha
salarial, aunque para ser sincero a estas alturas del partido no creo en nadie
ni en nada, toca hacer el esfuerzo, eso aplica también para los gremios en
general.
Todo
esto viene a colación pues he visto con espanto como los altos funcionarios del
ministerio de educación dicen voz en cuello que cualquier intentona de paro es
inconstitucional, hasta donde sé el derecho a huelga está en la constitución,
si ellos quedan desnudos en su incapacidad no es mi problema, mi problema hoy
es que cobré el viernes y ya no me queda sueldo, aún quedan 15 días y estoy
rogando por un tigre que me ayude a equilibrar la quincena y eso que no me he tomado
ni una cerveza, tampoco hice mercado, me cortaron el cable, todavía debo casa,
escuela y manutención de mi hija,
mientras los desgraciados del ministerio estoy seguro que sus quincenas son
adecuadas a su cargo, por lo menos seis de las mías, como son las cosas en este
país seguramente apenas son bachilleres los jefes.
Sé
que tener un cargo gubernamental es una carga grande, que tienen que ser
consecuentes con las políticas absurdas que acataron apenas asumieron su
trabajo pero no sean idiotas por favor, saben que la cosa va mal, que nadie
está contento y siguen haciendo sus burradas.
Es
una lucha de todos, profesores, maestros, directivos, padres y representantes,
a los representantes tengan en cuenta que del buen ánimo de sus profesores dependerá
en buena parte la formación de sus hijos o representados, a los directivos que
son tan miserables como los profesores pues hasta donde se ganan lo mismo, a
los colegas que no se dejen amedrentar y al gremio en total que nos unamos
independientemente de nuestra posición política, nos pueden botar a algunos
pero nunca a todos juntos. Así que sin miedo que esa es la única manera de
obtener una compensación adecuada, no sigamos siendo las cenicientas de todo el
sistema público.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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