Tengo
tiempo molesto, deprimido, desmotivado y muchas otras sensaciones más que no
son cónsonas con el ánimo de progreso que debe tener todo ser humano, entre eso
del sueldo que no alcanza, de la saña con la que el estado trata a sus empleados
pues los maestros como yo ganamos menos del salario mínimo oficial, por decreto
y sin discusión alguna de contrato colectivo, este eterno andar en la búsqueda de
trabajos a destajo que hacer para pagar las deudas y si le sumamos las
preocupaciones de este país como es el evitar ser asaltado, temblar nada más en
pensar que algún familiar se enferme pues no hay medicinas tampoco el seguro de
hospitalización, cirugía y maternidad con el que teóricamente contamos tampoco
sirve para nada ya que por lo general están insolventes y las clínicas no te
reciben.
Cualquiera
que lea esto dirá que es suficiente, los ciudadanos estamos jodidos. Lo usual
es que pensemos en las cárceles como espacio de castigo para los criminales,
entre tanto crimen en el país, de verdad esos espacios son más un sitio de
esparcimiento para los criminales apoyados por el estado, sin embargo, esta
nueva sociedad del socialismo del siglo XXI con sus criminales del lado de las
leyes ha creado una nueva especie de cárcel para quienes piensan diferente, en
vez de tener la saña con violadores, asesinos, traficantes de cualquier cosa y
hasta ecocidas que por unos millones compran sus espacios, se han dado la tarea
de ensañarse contra de unos jóvenes que a ciencia cierta no hacen más que
exteriorizar su bronca de manera pacífica. Mientras que los violentos, esos de
moto y bala son premiados quien sabe con qué, ´pruebas sobran de la maldad de
estos y de su confabulación con los organismos de seguridad del estado, a esos
ni con el pétalo de una rosa.
Si
me comparo con los jóvenes presos, sin juicio y sin derechos debo ser agradecido,
sin embargo no creo en comparaciones, cada quien lleva su cruz a cuestas y cada
uno se limpia las heridas como mejor pueda. Como padre no puedo dejar de
entristecerme por la suerte de esos otros padres que están a las puertas de las
cárceles esperanto una buena noticia, apretando los dientes para que ningún esbirro
jamás le dé la noticia del fallecimiento de su hijo, temblando de la impotencia porque sabe que
mientras su hijo está allá adentro recibiendo maltrato, hay otros acá afuera
haciendo desastres sin que nadie mueva un dedo.
Ese
hijo que tiene el futuro de la familia en sus manos, que siempre ha sido motivo
de orgullo por su inteligencia y por su ánimo de ser justo, ahora paga las
consecuencias de unos imbéciles que por criticarlos ven tambalear su poder,
claro no solo los jefes son culpables, también esa tropa de gorilas que se han
alimentado de los impuestos de todos para creerse los dueños absolutos de la
verdad, de paso demuestran con su comportamiento la falta de cerebro pues es
bastante claro que la inteligencia les ofende y la libertad de ser lo que realmente
son les da el “derecho” de hacer lo que les viene en gana.
No
soy muy creyente, sin embargo quiero creer que les llegará su cuarto de hora,
pagaran toda la maldad que han hecho, no les servirá la excusa de la obediencia
debida, ojalá los traten así como tratan a los muchachos, en ese momento
olvidaré mi humanidad y me reiré, hasta escribiré un texto para felicitar a sus
captores, quien siembra tormentas no puede esperar cosechar otra cosa que no
sean tempestades.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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