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lunes, septiembre 27, 2021

La vida al seco, mala cosa

Según entiendo hay muchas clases de alcohólico , desde el borracho alegre que espera los viernes con ansiedad para poder desmandarse hasta el domingo por la tarde, siempre contento, rodeado de amigos y hasta por la permisiva familia que lo ve como un rasgo feliz, el otro casi penitente que toma poco pero a diario y el más famoso, el monstruo que necesita del alcohol para destrozar la vida de quienes le rodean, además del rasgo evidente que los une, también está la necedad social de que está bien emborracharse , eso libera el estrés de la semana y hace la vida un poco menos amarga , no hay familia venezolana donde no existan historias hilarantes de locuras felices, nadie arruga la nariz frente a las botellas de cualquier cosa en toda ocasión, desde el cumpleaños del nene hasta la primera comunión , las excusas son múltiples para que la parrada se desbande, ojo que igual como hay quienes se toman media destilería hay quienes necesitan apenas una botella para transformarse.

El problema de fondo está en que ningún alcohólico comienza a beber tarde, todos han probado desde muy jóvenes el alcohol y la sensación del sopor feliz no les es extraña, aun cuando de jóvenes fuesen poco más que moderados, siempre habrá algún momento en que el gusto suba de nivel, de hecho, muchos hemos probado el alcohol muy jóvenes siempre acompañados por alguno de los padres, lo que ofrece un panorama permisivo, imagino que reforzado por el carácter legal del licor. El problema de fondo ni siquiera es el alcohol, es la inmensa necesidad de confort que muchos buscan desesperadamente, pero las sumisas almas cristianas solo aceptan la presencia del alcohol como forma “normal” de evasión , eso de que sea socialmente aceptado y hasta impulsado el necio mandato de pasar la vida a secas, todo el trafago de la vida hay que pasarlo sin recurrir a nada, aguantar con los dientes apretados cualquiera de las formas en que el día a día tiene por costumbre aplastarte de vez en cuando, eso aplica igual en cualquier parte del mundo, hay gente atormentada por la vejez, despechados, insatisfechos, desempleados, empleados que odian su trabajo o cualquiera de esas cosas que de alguna manera terminan atormentando a todos, a pesar de que existen áreas terrenales donde a la realidad se le va la mano , ningún humano es 100% resilente por tanto necesita buscar refugio en algún vicio autocomplaciente, de todos el menos complicado es el alcohol.

Estoy más que convencido que en los países donde se han legalizado algunas drogas recreativas , no lo hacen porque sean modernos, de mente amplia, tolerantes ni avanzados, además de muy inteligentes, también saben que la gente se está volviendo loca como nunca antes, la psiquiatría es muy costosa así que los ansiolíticos están fuera del panorama, las drogas duras vuelven más locos a los que las consumen (de eso ya hay antecedentes con las anfetaminas durante la posguerra) y entre tener a más borrachos prefieren tener marihuanos, al menos estos son menos proclives a la violencia. Están comprendiendo que ante un mundo más competitivo, donde cada día hay que saber más, el trabajo cambia a velocidad del internet haciendo el abanico de empleos más reducido, encima de todo viene la Pandemia, hasta México donde podías caer preso por fumar en el baño de un aeropuerto, un miserable porro te podía costar un rato de cárcel, en plena pandemia declara legal el uso recreativo, hay indicios de que puedo tener razón.

El estrés y las angustias mantienen una industria mil millonaria, desde las toneladas métricas de drogas legales que se expenden cada hora alrededor del mundo, los psiquiatras, psicólogos, terapistas, dueños de clínicas de desintoxicación, niños híper quineticos, ancianas insomnes, mujeres u hombres insatisfechos que forman parte de la misma espiral de angustias existenciales y materiales como para terminar buscando la vía menos complicada para esconder sus debilidades, hay quienes se saturan de biblias, pero la gran mayoría lo hacen con el alcohol , el Prozac, ativán, Valium, todo mezclado o al seco para poder cargar con el peso de sus vidas, son legiones de personas muy decentes y formales cuyo código moral les impediría consumir ni tan siquiera gotas de valeriana, lo demás es ofensivo para su estrecho código moral, terminan haciendo el ridículo a troche y moche gracias al instinto básico de buscar confort en una situación de agotamiento psíquico.

Hay registros del uso de drogas recreativas desde el paleolítico, de hecho, los Lemures del pacifico, para quienes la vida no tiene más sentido que un sinfín de días desde que nacen hasta que mueren, que no deben hablar inglés, ser híper cualificado, ni estar conectado a internet, no hay jefes, horarios, ladrones ni policías, esos animalitos tan bonitos se drogan lamiendo una escolopendra, en cuestión de minutos terminan con el mismo ímpetu de un mariguano novato, si esos mamíferos , además son primates, por tanto primos lejanos , si ellos se drogan que quedará para a especie humana, los delfines también se drogan con el veneno de los peces globo, son mamíferos por cierto. En cambio los humanos que esgrimimos una inteligencia que a veces nos negamos determinamos que en pro del avance social solo permite de vicios el alcohol y el cigarro, ciertamente podríamos decir que la sociedad suele ser aún más cruel, pueden prohibir el cigarrillo, que ya hace apestados a los fumadores pero aun no criminales, en cambio , como medida paliativa están las pastillas legales, esas que se compran con receta médica , terminan siendo tan adictivas como la cocaína , tan caras como joyas finas que las hacen de un reducido número de usuarios fieles, donde desde el dealer hasta el joven del mostrador ganan dinero de modo legal y bendecido por el estado (cualquier estado) , si fuesen accesibles para cualquiera el mundo quizás sería menos amargo pero la mayoría, otra vez , prefiere ser valiente y asumir la vida con la gallardía que ofrece el   ajustarse al canon socialmente aceptado, el paso justo antes del alcohol está lleno de sufridos humanos.

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El obvio comentario final, no es que beber sea malo, lo terrible es beber por desesperación, el mundo es un sitio bastante duro, si los animalitos se evaden sin pena ni vergüenza, no veo porque los humanos deben aguantarse todo al seco, sin anestesia, solo con los recursos legales o espirituales que puedas tener a mano, no es extraño que bajo los modos de lo políticamente correcto, moral y apegado a las leyes cunda la locura, el alcohol por su cualidad legal facilita un poco el asunto, deberíamos aprender a ser como algunos animales inteligentes.

José Ramón Briceño

30/06/2021




domingo, septiembre 19, 2021

La venganza inútil

 La costumbre de ser insignificantes moscardones del enjambre global ha sido el descubrimiento del siglo XXI, hoy día hay multitudes que se avocan a las redes sociales para intentar escapar del sino de la anonimia normal de los billones de mortales que medramos sobre la tercera roca después del sol, de hecho es hasta fácil , solo hace falta constancia para que en algún momento tengas al menos dos mil seguidores en tus redes sociales para creerte una suerte de influencer junior, por razones geográficas soy usuario intermitente de los servicios de comunicación digital, así que debo pasar completamente por debajo de la mesa de la opinión pública nacional, aun así descubro que hasta en Linkedin tengo muchos más seguidores de los que merezco, si a mí, usuario poco frecuente de las redes sociales, me ha permitido hasta a colarme en el lote de los intelectuales en algún momento, cualquiera con un poco de ingenio y constancia se eleva hasta comenzar aganarse la vida solo con dejarse ver que cuando opinan movilizan multitudes, no importa que solo modele desnuda o que opine sobre como el patriarcado quiere tener subyugado al matriarcado impidiéndole consumar su reinado dentro de lo políticamente correcto.

Veo a todas horas, en todas partes a alguien con la cara incrustada en el móvil, todo el universo informativo está decolado por algoritmos de preferencia con los que las redes adornan sus espacios publicitarios, las noticias también son filtradas  por el historial de búsquedas, no tienen censura explicita pero igual pueden forzar a un usuario a ser invisible, he visto lo que sucede con mis blogs, las veces que he estado fuera del país basta que haga tuits de varios artículos para  que pueda haber hasta llegado  a dos mil visitas por día , mientras que cuando lo hago por una conexión nacional  si acaso llega al centenar a la semana, un extrañísimo caso de censura no expresada porque lo que no se conoce no se extraña, internet te permite  llegar a una página censurada solamente cuando haces una búsqueda dedicada utilizando un VPN , pero ni por casualidad te muestra todo en la página principal, algo verdaderamente atroz si me lo permiten.

Por otra parte , muchos apuntan sus iniciativas comerciales a través de canales gratuitos a fin de ahorrar en publicidad pero solo es efectivamente accesible cuando le agregas una cantidad de detalles específicos,  así como etiquetas valiosas (hashtags) y todo redactado según una espantosa forma literaria que llaman “Lenguaje CEO” para poder pelear un poco contra la naturaleza comercial de solo resaltar lo que se cobra, publicidad paga será siempre más visible que la gratuita, si pagas una buena campaña y tienes con que soportarla por moderado tiempo cualquiera puede ganar millones (o aparentarlo), no es nada fácil enfrentarse al monstruo censurador de google y sus cofrades (Redes Sociales) , aun así en esa competencia de ribetes tecno novelerosse ha creado la necesidad de estar comunicado 24/7  lo que a su vez genera toda una cadena de nuevas necesidades asociadas al estar conectado, todo lo que se desea ver, oír o leer está al alcance de un clic en aparatos que caben en la palma de la mano, hay una leyenda urbana que cuenta sobre como en otros países dizque tienen posibilidad de hacer video llamadas en el metro, eso dicen porque soy usuario del metro y a decir verdad son tres horas de mi vida en las que estoy en el limbo de los desconectados, viendo como la gente, disimuladamente estiran la cara para ver que hago viendo una Tablet, he visto muchas expresiones de desconcierto al descubrir que solo leo libros electrónicos , no hay redes sociales molestando en el panorama.

Eso de estar de forma remota conectado a muchos también otorga una falsa sensación de privacidad, digamos que eres un cero a  la izquierda (como su servidor)  cuya opinión valga tanto como la mía sobre la personalidad del Papa, es que ni para prospecto de terrorista, con escuetos fondos en el banco y dos tarjetas de crédito que no pagan una caja de cigarros piratas, por tanto me doy el lujo de despotricar lo que sea y sobre quien sea desde todas las plataformas que la censura me ponga a mano, si bien mi opinión no despierta pasión alguna a las fuerzas del orden y la censura por lo que en teoría debería ser parte del teórico ruido blanco que producen los billones de sandeces por segundo que saltan por el invisible hilo del internet, tanto así que en cierta ocasión en la que buscaba unos textos de Henrique Javier Poncela en el buscador, el buscador me mostró una noticia sobre el avance sobre las computadoras cuánticas de Google , imagino que en lenguaje de la diplomacia entre usuario y explorador quiere decirte loco sin mucha delicadeza, desde aquella tarde la noticia me ha ido dando vueltas por la cabeza, tanto como para tener la cámara de mi pc bloqueada con un adhesivo.

Una de las cosas malas de la computación es lo obsoletos que se vuelven los equipos luego de cierto tiempo, lo que permite que en algún momento los servidores se hicieron inmensos, un eterno gasto en procesamiento de datos que exige un montón de recursos financieros para sostenerse en el tiempo, con la computación cuántica eso va a acabar porque habrá suficiente potencia de datos para multiplicar hasta por veinte dígitos la cantidad de calculos que el supercomputador más grande del mundo haría en este preciso instante, la IA (inteligencia artificial) que ya hoy me cuesta ver como algo contrario a una amenaza , cuando sea cuántica estaré aterrado porque la digitalización de la vida será el dogal de grueso calibre que nos pondrá el  planeta. No habrá privacidad ni en el dormitorio, incluso temo que en algún momento de la historia del próximo futuro los teléfonos traigan incluida una App que mida el voltaje de las ondas neuronales para conocer de primera mano su comportamiento y hacer la denuncia al organismo pertinente, imaginemos por un segundo que están perdidos en Alberta (Canadá) , altamente cabreados porque el banco te cobró quince por ciento extra en gastos de transacción internacional, el teléfono escanea tu cerebro y le avisa a la policía que en la calle tal , cruce con el puesto cual , hay un ciudadano venezolano altamente cabreado, según la ficha de su email y los perfiles en las redes mide metro noventa, pesa ciento treinta kilos, practica bolas criollas, nació en Maracaibo, de donde se fue a los quince años a Petare en los años setentas y con mucho esfuerzo se hizo ingeniero pero jamás aprendió francés , está recién divorciado, la señora se fue con el (su) primo Luis, según Iphone su presión sanguínea está alta y sus ondas cerebrales están a tres minutos de hacerlo un maniático homicida, salen SWAT a buscar a tal espanto de persona, mientras van en camino miran con sorpresa como ese personaje no tiene antecedentes penales , alguien con tal nivel de violencia en sus pensamiento no ha de estar cuerdos.

Google ha causado un incidente internacional cuando ofrece información privilegiada  al departamento de policía sobre un comportamiento típico del país de residencia del usuario pero presentándolo solo como una alarmante anomalía en el espectro local, ningún canadiense podrá jamás imaginar el infierno de cosas que suceden en Maracaibo, la bronca de cualquier zuliano luego de un apagón de ocho horas al día, una cola por gasolina y si a ese ser lo mudan a Caracas tanto peor solo hablando de los sobresaltos en el metro sin  aire acondicionado en un país tropical, según me han contado fuentes fidedignas, es tal la educación de los canadienses que sus rabietas rara vez llegan a los puños ni siquiera  de niños, el nivel de violencia es tan bajo que la policía resuelve todos los crímenes de modo rutinario, no hay modo en que un ser de esos pueda entender que la bronca alterada de cualquier venezolano forma parte de su cotidianidad , lo que bien pudo ser simplemente una ayuda para hacer al pobre hombre perdido en aquel frio sub polar hasta el hotel, terminó siendo una rosario de imprecaciones y (casi) un sincope por impotencia  lingüística del ingeniero al verse rodeado por fulanos armados solo por mentar madre en un sitio público.

Chistes aparte, eso (imagino) fácil puede ser realidad antes del 2024 , si hay computadoras cuánticas en funcionamiento desde el 2019, imagino que con la dinamización de los servicios on line promovidos por las cuarentenas deben existir inteligencias artificiales que han de supervigilar el mundo, incluso obligan a pensar a la gente que enviar una carta es demasiado impersonal cuando la confidencialidad del sello intacto, sin la altamente factible lectura previa del documento por mentes digitales que usan esa información para perfilarte como cliente potencial para lo que sea, la carta es quizás una costumbre que deberíamos revitalizar en este siglo XXI, la posibilidad de entregar en mano información importante que nadie más deba saber, entregarle eso a un mensaje de texto por cualquier red social o celular disponible debería ser calificado como criminal, eso nos ha obligado a ser expurgados digitalmente, tus datos son de la empresa prestadora del servicio que regula tu acceso a lo que tengas ahí solo para dar la sensación de  privacidad  y como mucho solo a ojos poco atentos que subiendo en la escala de habilidad digital se aprende a ser hacker hasta con tutoriales de YouTube.

No estoy muy seguro de que el correo ordinario aun exista, debo investigar y si en realidad hay forma de enviar cartas al antigua usanza comenzaré a escribir a mis afectos por el mundo, tendré bastante trabajo ejercitando la mano para contar lo que en realidad valga la pena contar, teniendo por primera vez la seguridad de que al menos no le  estoy poniendo  la cosa fácil a gran hermano, una pequeña e inútil venganza para no dejar la ocasión en quebrantar al sistema, incordiar al sistema hasta agotarlo no es tarea de fuerza si no de maña.

José  Briceño

17/09/2021



miércoles, enero 06, 2021

Ni en los Simpson´s

 

Hace un tiempo, cando tenía Tv por cable, viendo un capítulo de los Simpson, me dio por pensar que de alguna manera esa serie condensa la contemporaneidad integra, resulta que de alguna manera todos somos Homero, con todo lo estúpido que pueda parecer el personaje, a pesar de todo lo ofensivo que pueda parecer comparar a Homero con el resto de la humanidad, como si fuese poco y por experiencia , bien puedes planificar detalladamente , con planos, organigramas, diagramas y hasta infografías lo que harás desde el dos de enero a las ocho de la mañana hasta el 31 de diciembre del mismo año, pero la realidad es que cualquier día pasa  algo que te cambia la vida totalmente y todos esos planes maravillosos se van por el desagüe en cuestión de minutos, sin solución posible , ojo, no necesariamente puede ser malo aunque la costumbre nos haga pensar así porque en Venezuela esa es la norma. Este año la ecuación se hizo más grande, hay una pandemia global , hubo por primera vez en tiempos de paz, un paralización global, sin una sola bomba , megalópolis enteras cayeron en una larga madrugada de lunes , hasta el petróleo llegó a costar -48 dólares  lo que significó que los vendedores les pagasen a los compradores el combustible, algo así como la rebelión de los venados que ahora cobran cazadores  sin ni siquiera lanzar una piedra, un descalabro absoluto de toda la economía global de la que solo se deben haber salvado los esquimales o sus similares por aquello del aislamiento como cosa cotidiana, no es casual que en los países muy fríos (excepto Rusia) la pandemia no cobró tantas víctimas , aunque todo apunta a que el nuevo brote llegue hasta allí, esto nos ha obligado a hacer cosas insólitas como mentir para poder asistir al trabajo, pasar más tiempo junto a la gente con la que vivimos como jamás lo hubieses pensado, vale que las vacaciones son perfectas para eso pero en ningún caso la mayoría no toma vacaciones de ocho meses encerrado en casa, tanto que al liberar la cuarentena hubo explosión de divorcios o amenazas serias en la mayoría de las parejas que conozco , quiebras de negocios que hasta hace poco eran sólidos, cuando íbamos los venezolanos a pensar que no hubiese gasolina porque el país petrolero dejó de producir   hasta para consumo interno, que es eso de que un galón de gasolina sea el equivalente a cuatro sueldos básicos y que de paso exista un mercado negro que triplica el precio  , si eso se le hubiese ocurrido a Matt Groening (creador de Los Simpson´s ) lo abuchean por conspiranoico, este país sin combustible podía ser considerado solo en escenario bélico, acá los dueños del negocio que además son los dueños de la ley se hicieron una guerra imaginaria y son tan malos que terminaron siendo vencidos por sus propias elucubraciones ilógicas, es como cobrarse y estafarse a si mismo.

Venezuela se ha vuelto un territorio sub realista, estamos por debajo de la realidad menos apetecible, no creo que ni en Haití sean tan desgraciados como el ciudadano promedio, solo en la última quincena he leído noticias como la del actor que encontraron fileteado en su congelador, el fulano que violó a su hija de tres años, el novio narcotraficante de la ministra fulana, entregas de perniles agusanados y hasta una historia se de alguien que pagó a su consejo comunal para obtener un pernil a precio popular pero a última hora le cambiaron el cerdo por sardinas, la fulana del consejo comunal, con su correcto uniforme de miliciana decía como orgullosamente el gobierno bolivariano, siempre pensando en el bienestar de su pueblo les hacía entrega de cuatro kilos de proteína animal para la cena de navidad caramba es que ni en los Simpson´s puede uno encontrar verosímil tal sarcasmo que raya en el mal gusto, era preferible que les devolviesen su dinero en vez de ilusionar a una pobre gente cuyo sueldo equivale a poco más de un kilo de carne de cerdo, que esperan todo el año para paliar su miseria con un poco de excepcional cena con cerdo porque además es el producto cárnico más caro (otra cosa ilógica) para darles a cambio cuatro kilos de sardinas que constituyen casi la única forma de proteína animal que comen pues es lo más barato, de paso la proclama habla de proteína animal, no especifica , algo así como para poder mentir en caso de reclamo, cualquier funcionario al leer el parte dirá que se entregaron cuatro kilos de proteína animal, el doble de lo que se entregó al resto del pueblo y que eso lo hicieron para premiar el fervor revolucionario de los habitantes del bloque 43 del barrio la primavera chavista , así con el descaro más grande se salen del problema sin salirse pero ya justificándolo.

Eso es práctica normal de la izquierda, recuerdo que uno de mis tíos quien es fervoroso comunista contaba historias de Vietnam donde los terroríficos marines lanzaban bombas implosivas para sacar todo el oxígeno en un radio de veinte kilómetros por quince minutos, donde todo lo vivo moría asfixiado , de niño escuchaba a los mayores y me horrorizaba tal cosa, tanto como para recordarlo cuarenta años más tarde, desde que tuve chance he investigado sobre la posibilidad de tales artilugios y he llegado a la conclusión que la paranoia inventa cosas solo para poder dar marco lógico a su ilógica necedad , terminar de entusiasta defensor de los verdugos ha de ser una disfunción causada por algún rastro de contaminación ambiental que solo afectan a  ciertas características genéticas, tal cual peste siempre habrá quien a fuerza de mentiras evidentes construyen farsas que defienden con su sangre como si hacer el mal fuese algo heroico, eso que han dado en llamar realismo mágico para dar una idea al mundo de cómo es Latinoamérica  , solo que en Venezuela parece ser víctima de algún brujo vudú porque solo puede ser magia negra.

Cuando el estado emite billetes cuyo valor unitario es inferior al de una hoja de papel sanitario barato, el mismo público fiel, ese que llena los formularios del carnet de la patria , esos que hasta (arcadas) colocan el fulano carnet tras el de la institución donde trabajan para exhibirlo, la mayoría de esos que lo aplauden, gastan el pírrico bono de alguna cosa en alcohol sin dilación, de hecho jamás en mi vida había visto tanta gente beber malos licores , lo casual es que todas las licorerías elevaban el pico de ventas el día de la repartición de los bonos. Cuando Venezuela estaba dentro de los bordes del realismo mágico era normal ver gente ebria en todas partes, luego de la crisis eso bajó a niveles imposibles pues obligó a muchos a dejar el alcohol ante la descomunal cifra que resultan cuatro dólares por un lavagallos que no merece ni la suerte de usarlo para torta, pero entre dos o tres borrachos con carnet de la patria pueden juntar, tarjeta de débito mediante para poder hacer una vez cada dos meses algo que de otra forma es imposible, es tan aterradoramente loca la realidad local que difícilmente puede ser empática con lo que ningún otro hispanohablante (para delimitar una población específica) puede pensar en su peor pesadilla, en ninguna otra parte sin guerras te encuentras retenes militares de gratis donde fácil puedes terminar extorsionado por no tener un documento que debido a la cuarentena no vas a poder tramitar y que al final sea preferible pagar al militar antes que afrontar una multa de tránsito (ilógica e ilegal) por un documento que ellos mismos expenden pero que por cuarentena no hay posibilidad de obtenerlo digno paralelismo cruel del gato de Schrödinger  , ni la policía es tan temible por su fama de ser peores que delincuentes, espacios donde la injusticia y la justicia se entremezclan hasta fundirse en una nebulosa ilegal con rimbombante discurso paralegal . En estos tiempos donde se hace posible entender el terror a la justicia que pudieron haber tenido los Judíos alemanes luego de “La noche de los cristales rotos”, si hubiesen existido redes sociales, seguramente serian como las de los venezolanos, puras sonrisas de ojos tristes, sillas vacías, noticias del gueto que eran tan horrorosas que el mundo no las creyó hasta que vio las fotos de un soldado alemán que decidió registrar  su gran triunfo inmortalizando la miseria del Gueto de Varsovia , a falta de SS existen las FAES .

Acá los profesionales jubilados o activos son comunes clientes de GoFoundMe desde donde recaudan fondos hasta para poder comprar una medicina para la tensión, hay seguros de hospitalización que no cubren ni el costo de un taxi hasta el hospital , y hay personas que no tienen para pagar ni siquiera el costo de un pasaje de autobús , los hospitales  venezolanos creo que son los únicos merecedores de ser renombrados como morideros de pobres, ciertamente el personal hace lo imposible por los pacientes pero si estos no poseen dinero para costearse tratamientos , exámenes y comidas más les vale morir en su casa, al menos ahí a alguien le importas, en el hospital , por mucho que su personal quiera ser amable con los pacientes, lo normal es que luego de presenciar tanta muerte terminen insensibilizados ante el dolor ajeno, tal cual el soldado en batalla no pierde tiempo  en consideraciones éticas antes de destripar al contrario, un acto necesario para no perder la razón.

Todo el mundo ha superado la ficción más alocada que se nos podía  ocurrir hasta el 31 de diciembre del 2019, Matt Groening debería ir pensando en jubilarse por no haberlo previsto, si lo hizo debería comenzar a difundir una temporada de los personajes de Springfield en cuarentena, desde la hipotética teoría de que la cuarentena los tomó  en Margarita el catorce de marzo cuando despiertan en playa El agua luego de beberse medio bar a fuerza de Llamarada Moe con desnudistas patrocinadas por el alcalde Diamante quien resulta ser dueño del Hotel, esa realidad sería más amable que la venezolana.

José Ramón Briceño

30/12/2020

 

 


 

martes, noviembre 24, 2020

Lo que el caracazo dejó

 

Hace no sé cuántos años sucedió un evento que la historia ha dado en llamar “El caracazo”, una ola de protestas violentas que se regaron por todo el país, entrando en una muy breve guerra civil cuyo alcance nadie supo medir en su momento, por supuesto los acontecimientos actuales , así como los de nuestro pasado reciente son producto directo de aquel fallido evento, pero que a la luz de los acontecimientos fue un gran triunfo para muchos que hoy detentan poder, algunos ya murieron, como su artífice Fidel, otros cómplices permanecerán siempre en las sombras, que además sean hasta de difícil sospecha en el teatro de los extremos posibles y los engaños monstruosos que supone la política latinoamericana, desde siempre.

De esa época (la del caracazo) lo único relevante es que cursaba creo que quinto año de bachillerato y una tarde los alumnos del centro de estudiantes convocaron a huelga, recuerdo que mi profesora de historia se alzó de hombros y nos dejó ir, de hecho nos instó, salí alucinado, por primera vez iba a estar involucrado en una protesta de grado universitario, como las que hablaban los tíos que sucedía en sus universidades (UCV, UDO y UC) , me sentía ir a una batalla simbólica pues suponía que las protestas habían sido homerizadas por mis tíos para sentirse más valientes , epopeyas de pobres de los años ochenta por tirar tres piedras y mentar madres a los policías se sentían casi el Masiste de las películas de Romanos de su infancia. Salimos a la avenida y allí alguien secuestró (o estaba a disposición, no recuerdo) de un autobús de la ruta estatal que nos llevó  al epicentro de la ciudad (el centro) allí el encanto se destrozó cuando vi a un compañero del liceo golpear una vitrina que casi le cercenó el brazo derecho, enseguida los gritos, las carreras y el desorden del pánico general ante la vista de sangre, hizo que el asunto se pusiera más álgido y como si los negocios aledaños tuviesen la culpa de la brutalidad suicida de un exaltado, los demás apedrearon vitrinas y los demás saqueaban, vaciaban morrales y bolsos dejando los libros tirados para recoger lo que las piedras habían dejado a mano, caminé todo lo rápido que podía, menos mal por aquellos años trotaba dos kilómetros cada madrugada y hacia una hora de gimnasio cada noche por lo que de correr no habría gran problema, ahora me desmayaría, la policía había hecho cordones de seguridad emponzoñados de agentes esperando la orden de disparar, solo quedaba seguir hacia adelante con la esperanza de dejar algún espacio entre nosotros y los policías, solo para terminar en una plaza rodeados por guardias nacionales que siempre han sido temibles, comenzaron las bombas lacrimógenas y uno que otro disparo, esos los escuché cuando estaba sentado en el segundo banco del ala izquierda de la catedral el único santuario posible en aquel desastre, allí espere una media hora , cuando el estruendo de gritos y humo bajo de intensidad , busqué refugio en la ferretería de uno de mis tíos políticos más entrañables (se llamaba “ferretería Los Tigres”) , quien muy amablemente me llevó a casa.

El estado de conmoción duró unas semanas, desde la tarde de protestas hasta que las calles quedaron despejadas de militares pasó un tiempo, lo único bueno de aquellos días era que conocíamos a unos buenos amigos  que nos permitieron romper el toque de queda con música y licor, alguna vez hasta escoltados por policías que velaban el cumplimiento de la norma que rompíamos los amigotes de la época. Aquellos días era normal tropezarse hasta tanques de guerra por las calles de la ciudad, además como siempre, los soldados que se supone están del mismo lado que tú, te tratan como enemigo, algo bastante desagradable.

Aunque ustedes crean que este texto terminará con alguna bomba histórica, de esas cosas que uno se entera cuando conversa con un coronel retirado que trabajaba en casa militar en aquella época o los cuentos de varios profesores (hace rato jubilados) comprometidos con la acción de aquel día, están equivocados, la única relación que puedo trazar con absoluta certeza es que en aquellos días vi por primera vez el rostro amargo de la desesperanza, cada vez que pienso en los posibles futiros inmediatos de mi país, por alguna razón mnemotécnica termino viendo a imagen de los soldados con su bayoneta calada mirándome feo desde los semáforos, las barricadas artilladas frente al cuartel que hasta hace poco albergó los cuarteles de la cuarta división blindada y los de la división de inteligencia militar, el terminal de pasajeros de la ciudad con soldados pidiendo documentos, cacheando ciudadanos y arrestándolos sin mucha discusión so pena de un disparo a quema ropa, jeeps artillados a las puertas de los supermercados, barricadas con soldados armados en cualquier esquina y toque de queda desde el amanecer hasta el anochecer , todo el que conocía una calle tropical en aquellos años puede dar fe del estruendo constante que viven los vecinos hasta caer la noche, en aquellos días el silencio aturdía todo el día, el ambiente era de velorio. Esa vez, la desesperanza ya se valía de las bayonetas, hoy, aunque no las vea, sigo presintiéndolas cerca para volverme un acerico al primer descuido.

Aquel susto constante, el pánico generalizado, la impertinente amenaza velada que uniformada defiende la patria haciendo a todos de enemigos potenciales, aquella desazón, ahora sé que significa desesperanza, el caracazo no ha terminado, solo que ahora es peor y al igual que aquellos días, se adjetivará correctamente cuando los destrozos sean irreversibles, lo que sucede es que este es un país grande, con muchos negocios posibles, cuando ya ninguno opere sin grandes pérdidas, en ese instante los historiadores comenzaran a relatar historias, adjetivaran esta época y al igual que con la narrativa histórica que se integra con un antes y un después, seguro comenzarán en los años (antes) del caracazo y lo que venga luego, si es que hay uno.

José Briceño

19-11-2020



 

jueves, octubre 22, 2020

Y Mercurio es retrogrado…

Hace poco recibí un mensaje en el móvil, era de una tía que vive en el primer mundo, a quien la pandemia tiene contra las cuerdas y busca desesperadamente quien le calme los temores, por algún misterio recurre a mí buscando consuelo, si supiera que pienso que el mejor escenario es el apocalíptico, este otro de neurosis de rango constitucional, partes médicos, mentiras evidentes sobre tratamientos y vacunas , la parálisis de todo y el retraso forzado al que nos condena la peste del coronavirus  hace más daño que la gripe con esteroides. La historia cuenta de unas cuantas pestes que borraron al menos la cuarta parte del planeta en cuestión de años, todos achacan la culpa a las ratas, las pulgas, el antihigiénico estilo de vida que tenían en aquellos años donde si acaso se duchaban un verano cada tres años, cuentan los dramáticos efectos de tal enfermedad , relatan de la manera más vivida posible como se sienten o se ven los pacientes apestados, pero ninguno hace referencia específica a como desapareció, hablemos de la Peste Negra, desde el medioevo hasta bien avanzado el siglo XIX la asepsia no existía, el concepto de higiene era algo fantasioso en los círculos científicos de la época y las costumbres higiénicas tampoco variaron mucho que digamos, sin hablar de la inexistencia de vacunas, desde que la peste acabó con millones en todo el mundo, no ha vuelto a aparecer  , al menos a la misma escala, parece que desapareció del mundo por arte de magia, gracias a la providencia nunca más hubo peste negra, mismo destino tuvieron otras tantas para las cuales hubo vacunas apenas hace cincuenta años.

No hay escenario posible en el que combatir con aislamiento e improductividad sea realmente beneficioso, condenamos al hambre a millones, casualmente quienes no puedan asumir sus oficios o profesiones con la tecnología a distancia está en riesgo, sin hablar de las múltiples quiebras generalizadas que pueden resultar de matar en altísimo porcentaje las economías a fuerza de inactividad, no hay capital que aguante siete meses sin generar ingresos , más morirán de hambre, sucumbirán a la locura, afloraran males mentales debido al estrés de la pobreza , buscar el bien mayor parece ser algo disparatado. No importa cuántas vacunas inventen, aún faltan años para que todos los humanos estén vacunados y mientras el proceso se culmina la peste seguirá haciendo de las suyas, mientras existan humanos sin vacuna el virus seguirá haciendo de las suyas, causando más destrucción en el camino, en cambio, si dejan la peste seguir su camino, hará su destrucción y listo, el mundo se tambalea pero no se aloca tanto como hasta ahora.

Han pasado tantas cosas locas en este año de pandemia que la verdad ya me cuesta diferenciar la realidad con la ficción , ayer leí en alguna parte que Nokia va a organizar una red celular en la luna, eso da unas lecturas en verdad impresionantes, una de dos, o hay tanta gente viviendo ahí que necesitan celulares para interconectarse o pronto va a suceder una migración a la luna o por último, los aliens van a terminar de salir del closet teniendo comunicación directa con la tierra, no veo otra conclusión posible, las empresas gigantes no invierten en quimeras, gastan donde hay ganancia así que lo de la red celular en la luna no es para reclamar territorio , como aquel que se declaró dueño del sol con escrituras legalizadas y demás o el otro que se declaró rey porque su real gana se lo proclamaba. Ahora bien, si con lo visto desde hace rato como locura tras locura, portales dimensionales, científicos diciendo que usaran el hipercolisionador de hadrones (ese nombre que parece sacado de la estrella de la muerte invocado por el mismísimo Darth Vader en persona) para replicar  un agujero negro, si yo, un simple maestro de castellano veo el potencial peligro, imagino que los sabios estarán al tanto y detendrán eso, abrir una cosa de esas en la tierra no debe hacerle nada bien a nuestra realidad, saben cuánto daño hace un agujero negro en el espacio como para replicarlo bajo la ilusión de control que dicen ellos tener, tanta publicidad a los viajes en el tiempo no parece una casualidad, si lo vemos en perspectiva, esa idea aparentemente loca está siendo inoculada desde hace al menos veinte años, un niño de los años setentas a menos que fuese hijo de un escritor de ciencia ficción, no tendría ni idea de cómo está organizado el universo cuántico, mi hija de apenas catorce ya me explicaba la evolución de este según Ant Man y un par de caricaturas que ve a diario, caí en una pieza.

No supe de la existencia del universo cuántico hasta hace apenas un decenio, tampoco es que soy devoto de su santidad las vibraciones universales pero no puedo dejar de sorprenderme con las posibilidades de otras realidades que esto significa, por tanto es de suponer que está muy pronto a aparecer algo similar de modo público y notorio. No es difícil terminar conspiranoico cuando te levantas un día y descubres que un presidente tan serio como el de USA se fotografía en el marco de la fundación de la armada espacial, tuve que leer tres veces y contrastar la fuente para darme cuenta que la cosa iba en serio, a los días un equipo científico de la NASA (oh sorpresa) dice haber encontrados trazas magnéticas que indican un portal hacia otra dimensión, como si ya no es suficientemente loco los tipos, además, dicen que según los datos recopilados, en esa otra dimensión el tiempo corre de manera inversa, ha muerto y  aun no me entero.

Entre la pandemia global, la condena al ostracismo , la neurosis apocalíptica, el apocalipsis de los supervivientes , la economía en declive , luego de tantos años de considerar locos a los astronautas ancestrales ahora resulta que hasta una milicia espacial nombran unos fulanos que no son famosos por estar desarmados para una contingencia posible, considerar a los aliens una amenaza factible ha de partir de una serie de pruebas irrefutables que hacen lógica la descomunal inversión de armarse para esa guerra de la que no tienen idea de cómo asumir más allá de lo convencional. Estoy seguro de que los más documentados asentirán mientras leen estas líneas, además hay que preocuparse cuando los grandes se preparan para la guerra, nunca es gratuito, en este caso quizás pudiera tratarse de una epidemia fabricada para generar el caos más grande posible sin que el control de daños se descarrile, mientras estamos ocupados en pensar cómo evitar algo que de todas maneras te va a llegar algún día, sin empleo, desahuciados emocionalmente , los grandes poderes organizan alguna cosa.

Me niego a creer que las grandes naciones están llenas de locos, que en alguna parte hay quienes piensan igual que yo. En cierta ocasión me dijeron que mi preocupación es vana, ten confianza en la vacuna, no hablé más, no tenía sentido armar una discusión bizantina por un asunto que no podremos controlar, la histeria seguirá su camino, la muerte decidirá (o no) encontrarnos en algún momento del camino y yo perderé a un buen amigo, no vi razón para continuar la conversa por ese camino así que me retiré.

Por lo pronto dejaré constancia de mi rebeldía por puro necio, me sentaré a esperar que todo fluya como le dé la gana de fluir, si los fulanos abren un agujero negro que terminará de tragarse al planeta al menos estoy claro en que la muerte es solo un salto al vacío con aparente tasa de retorno (eso que le dicen reencarnación)  por lo que tampoco resulta una tragedia horrible, según cuentan todas las fuentes el asunto es lo mejor que nos puede pasar a todos , deberíamos festejar la muerte, creo que el dolor por los que se van es más asunto de egoísmo que por dolor sincero, el problema es que ya no estará ahí para nosotros pero tendrán todo para ellos, se les acaba el dolor y el sufrimiento, si eres joven aun siendo una lástima puede ser que esté causando/se tanto sufrimiento que la muerte es una bendición, si no para él si para los que a pesar de todo lo quieren, visto desde esa óptica quizás la cosa es menos violenta.

El asunto es que ya va casi un año entre cuarentenas tanto, tiempo que hace rato dejé de contar los días, ocho meses es una eternidad, la normalidad al parecer jamás volverá, los marcianos llegaron ya pero sin chachacha y yo acá en el desaguadero del mundo esperando al tiempo pasar.

José Briceño

20/10/20