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miércoles, noviembre 09, 2022

Cuando la magia se hace ciencia

 

Carl Sagan aseguraba que la magia no era más que ciencia que aún no entendemos, durante buena parte de la historia humana (digamos los últimos mil quinientos años) , los alquimistas buscaron sin encontrar la piedra filosofal, aquel artículo mágico que podía transformar en oro cualquier metal sin importar mucho cuan innoble fuese este, se inventaron logias, tratados de alquimia que por muy reverenciados o secretos igual nunca pidieron lograr el milagro de la transmutación, hoy día debe haber mucho científico pensando muy en serio como utilizar la física de partículas para reorganizar la estructura atómica  de cualquier cosa, lo malo es que cuando lo logren los metales dejaran de valer nada y hasta los perros podrán tener collares de oro y platino comprados en el primer almacén chino que se encuentren, cuando no comprado por AlíBabá.com, aunque parezca exageración la verdad es bastante factible según la ciencia o al menos esos que han dedicado decenas de años a estudiar algo tan esquivo como ese tipo de física, los alquimistas estuviesen frotándose las manos, solo que el resultado será nulo, de nada sirve estar bañado en oro si este en realidad no vale la gran cosa.

 


Recientemente estuve en una convención sobre Blockchain y otros milagros del siglo XXI, todo fue normal hasta que caí en cuenta que muchos tenemos billeteras (wallets) que desaparecen cuando las desinstalamos y re aparecen cuando escribimos correctamente la lista de “palabras semilla”  que cuan invocación hace reaparecer de la nada no solo nuestra cuenta, también nuestros fondos, eso sí, con el incordio de tener que ser muy cuidadosos con nuestras claves, esas no pueden ser reconocidas por nadie más que tú y recitadas no solo en el mismo orden, también con la misma grafía que el sistema te consignó , cuan mantra religioso, recitado tal cual como tu Dios (Metamask, por ejemplo) te ha dictado, solo en ese caso puedes tener acceso a tus fondos, como si fuese poco, sin esa combinación se hace imposible acceder a la billetera para hacer uso de esos fondos que mágicamente están en el éter del internet.

Aunque parezca  un desvarío podría hacer analogías entre la vida y eso, fijémonos; todo el orden religioso se basa en recitar una suerte de mantras escritos en un libro, todos los nigromantes, brujos, facultos , curas, imanes, pastores, diáconos, presbíteros, sumo sacerdote y vaya usted a saber cuántos más basan sus creencias en el cumplimiento de rituales litúrgicos que incluyen el uso de una serie de palabras dedicadas a su dios, se supone además que esas palabras son el conducto directo entre la dimensión celestial y los terrícolas que desesperados oran a sus dioses para buscar algún tipo de favor, redención, belleza, salud, inteligencia o ganar la lotería , toda la esperanza está en que la sucesión de palabras sea la correcta para que la deidad en cuestión tenga a bien bajar la mirada para que el mortal recibe la bendición solicitada. Otra cosa interesante, casi todas las religiones tienen la obligación de ofrecer sacrificios (u ofrendas) al dios, como si en su inmenso poder necesitasen de alguna pobre cosa humana, en el caso de las wallet “frías” la ofrenda puede ser considerada el esfuerzo en generar los fondos que están allí depositados, si tienes mucha suerte o inteligencia es factible que la bendición sea generosa cuando invocas “palabra semilla” mediante lo que hasta ese momento no existía ni para las autoridades , el dios del blockchain come criptoactivos.

Más allá de cualquier apreciación tirada de los pelos, uno piensa en los metafísicos y en todo el inmenso cúmulo de coach que aseguran que “eres lo que dices”, cuando lo mezclas con los fundamentos de la física cuántica, solo y la lógica “científica” del descreimiento contemporáneo nos hace arrugar la nariz, claro, contamos los millones de seres que día a día hacen todos su rituales correctamente y de igual forma les acontecen las cosas más terribles, además al parecer el demonio o cualquier otra deidad infernal es más accesible que quien se supone te protege desde el cielo, así hay cuentos de ejemplos que vistos desde la lógica de este texto parecen exóticas por decir lo menos, en ese caso podría pensar que su programación es menos complicada, una cosa así como un exchangue que custodia tus fondos, si pierdes la clave solo es cuestión de hacer el ritual de solicitar una nueva clave de acceso combinando email con número telefónico, ambas cosas son como venderle el alma al diablo, Google sabe cuál es tu cuenta en el Exchange, cuanto son tus fondos, en que los gasta y de paso vende esa data a quienes hacen los malabares para vender hasta riñones humanos si estos tienen como pagar, si lo vemos así ni siquiera Binance se salva, una suerte de demonio incubado para hacerte creer libre cuando la realidad es todo lo contrario, este siglo XXI pareciendo el de la libertad en realidad es todo lo contrario, este mundo puede parecer una cárcel con las puertas abiertas.


 

Todo me hace preguntar ¿y si el asunto es que nadie sabe las palabras correctas?, que sucedería si en algún momento a todos les dieron en la antigüedad unas palabras que generasen una fluctuación del espectro atómico debido precisamente al recitarlas con la entonación correcta y en el orden exacto  para abrir el portal correspondiente al cielo preferido, ¿será que la  olvidamos en el camino?, tal cual billetera Metamask , si tuviésemos esas “palabras semilla” tendríamos acceso a las bondades que rogamos cada día el mundo sería otra cosa, quizás el asunto entre dioses y humanos no tiene que ver con asuntos mágicos, solo que no tenemos las claves privadas, todas las religiones las perdieron en algún punto de su existencia, los sacerdotes que las sabían prefirieron el poder que les daba ese acceso VIP a favores celestiales y sin pudor las codificaron en algún sitio al que nadie tiene acceso. Sería lo lógico, se supone que este universo es (a nivel atómico) vacío, sin masa porque la única cosa que parece tenerla son los bariones, protones y neutrones que con su carga logran la cohesión entre los componentes de todo lo que nos rodea, según esto ni siquiera el acero es realmente sólido, por lo que la única forma de mover las estructuras invisibles es descubrir la vibración correcta, solo que las posibilidades son tantas que descubrirla es todo un reto.


 

No es magia, religión ni invento, solo es cuestión de investigar un poco y ver lo que toda esa gente muy inteligente dice, claro, tener una wallet fría con fondos que invocas cada vez que quieres, esa misma con la que soñamos muchos para irnos a vivir frente al mar con todas las comodidades posibles, tenga la misma lógica que el universo celestial, todo debe ser cuestión de conocer las “palabras semilla” que cuan “¡Ábrete sésamo!” nos presentaría un nuevo mundo, es cuestión de análisis.

José Ramón Briceño

Caracas 9/11/2022