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miércoles, enero 06, 2021

Ni en los Simpson´s

 

Hace un tiempo, cando tenía Tv por cable, viendo un capítulo de los Simpson, me dio por pensar que de alguna manera esa serie condensa la contemporaneidad integra, resulta que de alguna manera todos somos Homero, con todo lo estúpido que pueda parecer el personaje, a pesar de todo lo ofensivo que pueda parecer comparar a Homero con el resto de la humanidad, como si fuese poco y por experiencia , bien puedes planificar detalladamente , con planos, organigramas, diagramas y hasta infografías lo que harás desde el dos de enero a las ocho de la mañana hasta el 31 de diciembre del mismo año, pero la realidad es que cualquier día pasa  algo que te cambia la vida totalmente y todos esos planes maravillosos se van por el desagüe en cuestión de minutos, sin solución posible , ojo, no necesariamente puede ser malo aunque la costumbre nos haga pensar así porque en Venezuela esa es la norma. Este año la ecuación se hizo más grande, hay una pandemia global , hubo por primera vez en tiempos de paz, un paralización global, sin una sola bomba , megalópolis enteras cayeron en una larga madrugada de lunes , hasta el petróleo llegó a costar -48 dólares  lo que significó que los vendedores les pagasen a los compradores el combustible, algo así como la rebelión de los venados que ahora cobran cazadores  sin ni siquiera lanzar una piedra, un descalabro absoluto de toda la economía global de la que solo se deben haber salvado los esquimales o sus similares por aquello del aislamiento como cosa cotidiana, no es casual que en los países muy fríos (excepto Rusia) la pandemia no cobró tantas víctimas , aunque todo apunta a que el nuevo brote llegue hasta allí, esto nos ha obligado a hacer cosas insólitas como mentir para poder asistir al trabajo, pasar más tiempo junto a la gente con la que vivimos como jamás lo hubieses pensado, vale que las vacaciones son perfectas para eso pero en ningún caso la mayoría no toma vacaciones de ocho meses encerrado en casa, tanto que al liberar la cuarentena hubo explosión de divorcios o amenazas serias en la mayoría de las parejas que conozco , quiebras de negocios que hasta hace poco eran sólidos, cuando íbamos los venezolanos a pensar que no hubiese gasolina porque el país petrolero dejó de producir   hasta para consumo interno, que es eso de que un galón de gasolina sea el equivalente a cuatro sueldos básicos y que de paso exista un mercado negro que triplica el precio  , si eso se le hubiese ocurrido a Matt Groening (creador de Los Simpson´s ) lo abuchean por conspiranoico, este país sin combustible podía ser considerado solo en escenario bélico, acá los dueños del negocio que además son los dueños de la ley se hicieron una guerra imaginaria y son tan malos que terminaron siendo vencidos por sus propias elucubraciones ilógicas, es como cobrarse y estafarse a si mismo.

Venezuela se ha vuelto un territorio sub realista, estamos por debajo de la realidad menos apetecible, no creo que ni en Haití sean tan desgraciados como el ciudadano promedio, solo en la última quincena he leído noticias como la del actor que encontraron fileteado en su congelador, el fulano que violó a su hija de tres años, el novio narcotraficante de la ministra fulana, entregas de perniles agusanados y hasta una historia se de alguien que pagó a su consejo comunal para obtener un pernil a precio popular pero a última hora le cambiaron el cerdo por sardinas, la fulana del consejo comunal, con su correcto uniforme de miliciana decía como orgullosamente el gobierno bolivariano, siempre pensando en el bienestar de su pueblo les hacía entrega de cuatro kilos de proteína animal para la cena de navidad caramba es que ni en los Simpson´s puede uno encontrar verosímil tal sarcasmo que raya en el mal gusto, era preferible que les devolviesen su dinero en vez de ilusionar a una pobre gente cuyo sueldo equivale a poco más de un kilo de carne de cerdo, que esperan todo el año para paliar su miseria con un poco de excepcional cena con cerdo porque además es el producto cárnico más caro (otra cosa ilógica) para darles a cambio cuatro kilos de sardinas que constituyen casi la única forma de proteína animal que comen pues es lo más barato, de paso la proclama habla de proteína animal, no especifica , algo así como para poder mentir en caso de reclamo, cualquier funcionario al leer el parte dirá que se entregaron cuatro kilos de proteína animal, el doble de lo que se entregó al resto del pueblo y que eso lo hicieron para premiar el fervor revolucionario de los habitantes del bloque 43 del barrio la primavera chavista , así con el descaro más grande se salen del problema sin salirse pero ya justificándolo.

Eso es práctica normal de la izquierda, recuerdo que uno de mis tíos quien es fervoroso comunista contaba historias de Vietnam donde los terroríficos marines lanzaban bombas implosivas para sacar todo el oxígeno en un radio de veinte kilómetros por quince minutos, donde todo lo vivo moría asfixiado , de niño escuchaba a los mayores y me horrorizaba tal cosa, tanto como para recordarlo cuarenta años más tarde, desde que tuve chance he investigado sobre la posibilidad de tales artilugios y he llegado a la conclusión que la paranoia inventa cosas solo para poder dar marco lógico a su ilógica necedad , terminar de entusiasta defensor de los verdugos ha de ser una disfunción causada por algún rastro de contaminación ambiental que solo afectan a  ciertas características genéticas, tal cual peste siempre habrá quien a fuerza de mentiras evidentes construyen farsas que defienden con su sangre como si hacer el mal fuese algo heroico, eso que han dado en llamar realismo mágico para dar una idea al mundo de cómo es Latinoamérica  , solo que en Venezuela parece ser víctima de algún brujo vudú porque solo puede ser magia negra.

Cuando el estado emite billetes cuyo valor unitario es inferior al de una hoja de papel sanitario barato, el mismo público fiel, ese que llena los formularios del carnet de la patria , esos que hasta (arcadas) colocan el fulano carnet tras el de la institución donde trabajan para exhibirlo, la mayoría de esos que lo aplauden, gastan el pírrico bono de alguna cosa en alcohol sin dilación, de hecho jamás en mi vida había visto tanta gente beber malos licores , lo casual es que todas las licorerías elevaban el pico de ventas el día de la repartición de los bonos. Cuando Venezuela estaba dentro de los bordes del realismo mágico era normal ver gente ebria en todas partes, luego de la crisis eso bajó a niveles imposibles pues obligó a muchos a dejar el alcohol ante la descomunal cifra que resultan cuatro dólares por un lavagallos que no merece ni la suerte de usarlo para torta, pero entre dos o tres borrachos con carnet de la patria pueden juntar, tarjeta de débito mediante para poder hacer una vez cada dos meses algo que de otra forma es imposible, es tan aterradoramente loca la realidad local que difícilmente puede ser empática con lo que ningún otro hispanohablante (para delimitar una población específica) puede pensar en su peor pesadilla, en ninguna otra parte sin guerras te encuentras retenes militares de gratis donde fácil puedes terminar extorsionado por no tener un documento que debido a la cuarentena no vas a poder tramitar y que al final sea preferible pagar al militar antes que afrontar una multa de tránsito (ilógica e ilegal) por un documento que ellos mismos expenden pero que por cuarentena no hay posibilidad de obtenerlo digno paralelismo cruel del gato de Schrödinger  , ni la policía es tan temible por su fama de ser peores que delincuentes, espacios donde la injusticia y la justicia se entremezclan hasta fundirse en una nebulosa ilegal con rimbombante discurso paralegal . En estos tiempos donde se hace posible entender el terror a la justicia que pudieron haber tenido los Judíos alemanes luego de “La noche de los cristales rotos”, si hubiesen existido redes sociales, seguramente serian como las de los venezolanos, puras sonrisas de ojos tristes, sillas vacías, noticias del gueto que eran tan horrorosas que el mundo no las creyó hasta que vio las fotos de un soldado alemán que decidió registrar  su gran triunfo inmortalizando la miseria del Gueto de Varsovia , a falta de SS existen las FAES .

Acá los profesionales jubilados o activos son comunes clientes de GoFoundMe desde donde recaudan fondos hasta para poder comprar una medicina para la tensión, hay seguros de hospitalización que no cubren ni el costo de un taxi hasta el hospital , y hay personas que no tienen para pagar ni siquiera el costo de un pasaje de autobús , los hospitales  venezolanos creo que son los únicos merecedores de ser renombrados como morideros de pobres, ciertamente el personal hace lo imposible por los pacientes pero si estos no poseen dinero para costearse tratamientos , exámenes y comidas más les vale morir en su casa, al menos ahí a alguien le importas, en el hospital , por mucho que su personal quiera ser amable con los pacientes, lo normal es que luego de presenciar tanta muerte terminen insensibilizados ante el dolor ajeno, tal cual el soldado en batalla no pierde tiempo  en consideraciones éticas antes de destripar al contrario, un acto necesario para no perder la razón.

Todo el mundo ha superado la ficción más alocada que se nos podía  ocurrir hasta el 31 de diciembre del 2019, Matt Groening debería ir pensando en jubilarse por no haberlo previsto, si lo hizo debería comenzar a difundir una temporada de los personajes de Springfield en cuarentena, desde la hipotética teoría de que la cuarentena los tomó  en Margarita el catorce de marzo cuando despiertan en playa El agua luego de beberse medio bar a fuerza de Llamarada Moe con desnudistas patrocinadas por el alcalde Diamante quien resulta ser dueño del Hotel, esa realidad sería más amable que la venezolana.

José Ramón Briceño

30/12/2020