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sábado, junio 22, 2013

Breve historia de un mono volador



Juan era un estudiante mediocre, la verdad iba a clases gracias a la supervisión materna, típica de algunas familias venezolanas, de esas que aun piensan que el estudio y el esfuerzo dan sus frutos en el futuro, el tipo realmente se graduó de bachiller en ciencias, lo que su mamá nunca supo que en los dos años esos del diversificado el muchacho ya era doctor en licores baratos, de esos que se toman con gran variedad de cosas, desde yogurt hasta jugos de sobre. Todavía hoy, veinte años después al pobre juan le cuesta horrores leer la prensa pues con la deficitaria educación que tuvo solo le alcanza para lo mínimo indispensable.

A mediados de los noventa y a pesar de su negativa, otra vez su madre intervino con una letanía diaria e intensiva sobre las ventajas de ser universitario, tanto dio la señora hasta que por medio de unos amigos del partido de la izquierda radical de aquellos tiempos le consiguió un cupo para estudiar educación en una universidad pedagógica, claro todo bajo la suposición de que la educación es mucho más fácil que la medicina, pero su descuido en la educación básica le estaba jugando malas pasadas. Por un asunto de obligaciones adquiridas para poder acceder a la educación superior, el joven fue a varias reuniones con sus compañeros de partido, la verdad nunca entendió muy bien eso del marxismo, el socialismo, la dialéctica y otras cosas que se le escapaban, sin embargo entre tragos luego de una de esas reuniones juan comenzó a trazar un plan, había visto a los que fungía de líderes con ropas costosas, aunque poco ostentosas, relojes carísimos y celulares que valían varios sueldos básicos.

Cuando preguntó, ya medio ebrio, alguien le respondió que era el partido quien les sufragaba los gastos, que esa persona que tan bien les había hablado era el próximo candidato a ser asistente del primer asistente del segundo director de la cuarta oficina del ministro de educación. Ese día Juan vio la luz, decide meterse a la política de lleno pues tenía la impresión que de seguir así se iba a jubilar el día que le diesen el título, eso de estudiar es cosa muy complicada para su entendimiento, desde ese momento ya comienza a leer con alguna profundidad a los autores que les recomendaban, realmente no leía, más bien entresacaba citas, las anotaba, se las aprendía de memoria y cuando algún despistado lo contradecía el rápidamente lo acusaba de contrarrevolucionario y hasta allí la historia del pobre despistado.

En ese mismo años fueron las elecciones nacionales, todo un desastre pues los partidos tradicionales se volvieron un ocho ante el inminente triunfo de un golpista que se rodeó de muchos de esa izquierda radical, los olvidados y se cubrió de un manto de falsas verdades que lo encumbró hasta la presidencia, que ya desde ese instante él y sus corifeos vieron como vitalicia.
Mientras en la capital sucedían esas cosas, ya juan, que tenía seis años en la universidad pero no había podido superar el tercer semestre, decide cambiarse de carrera, ahora no es Lengua y Literatura, se metió a estudiar Ciencias sociales, el nicho perfecto para sus intenciones, allí pues se une a la facción más ultrosa de la izquierda, se hace muy cercano de algunos profesores con prontuario de izquierda, esos que sueñan con la guerrilla y ser émulos del argentino aquel, el mismo que a pesar de ser asesino confeso y notorio, ahora hace millonarios a los capitalistas con sus imagen como icono del anticapitalismo, una locura total de estos tiempos en los que vivimos.

Al final nunca se gradúa, llegó el nuevo milenio y el tipo todavía medraba apenas el cuarto semestre, pero  ahora la excusa es que el partido lo mantenía y le obligaba a no graduarse pues tenía como meta mantener el espíritu de la revolución intacto, mientras, además se rebuscaba vendiendo cupos e influencias.

 Tantos años en la “lucha” lo habían acercado bastante a los altos círculos del poder, esos mismos que lo llamaban constantemente a reuniones con el ministro, el gobernador que de paso también era secretario general del partido, canciller auxiliar , diputado y de paso director del consejo consultivo del tribunal supremo, a pesar de que su título (el del megafuncionario) era de ingeniero industrial, solo que su constancia y confianza del líder lo llenó de obligaciones, en fin , un buen día el megaministro lo llama al despacho y le ofrece un cargo como asesor, de una vez le indica que le van a pagar un muy buen sueldo, que abandone la universidad pues eso de ser docente es un muy mal negocio de vida, le recomendó también no perder el contacto con los agitadores de oficio que mantiene el partido pues estaban haciendo muy bien su trabajo convenciendo a los estudiantes que a pesar de que cuando se gradúen ganen una mierda de sueldo, primero está la revolución, que esos cagatintas de la derecha malvada no los convenzan de querer vivir bien con sueldos decentes que le den acceso a las espantosas cosas que promete el capitalismo salvaje, que se deje de vainas pues siendo alto personero gubernamental tenía derecho a disfrutar algunas cosas del capitalismo para demostrar que con lealtad se consiguen las cosas, eso del pensamiento libre es peligroso.

Mayores responsabilidades le dieron acceso a espacios antes vedados, se tomó el consejo de un alto funcionario muy pana que le dijo que en el gobierno toca hacer algunas trampas pues nunca sabes cuando tu jefe cae en desgracia y te quedas en la calle, así un buen día (nunca se graduó de nada en el pedagógico) se hizo padre, compró casa en urbanización de lujo, carro 4X4 para él y su esposa, colegio privado para los hijos, cuenta bancaria en Panamá y en Miami, apartamentos también en ambas ciudades y lo mejor, todo con un sueldo de seis mil bolívares más cesta tickets, es que ser revolucionario tiene sus sacrificios y miren lo que Juan logró con ahorro y constancia.

Hoy, veinte años de esos primeros semestres que compartí con Juan en la universidad, me lo tropecé en un centro comercial, paseando el a sus hijos y yo a la mía, coincidimos en un mac donalds , ciertamente me hice el loco pues pensé que con todo lo que escribo sobre el gobierno, no me hablaría pues últimamente le dan mucho centimetraje en prensa y yo sabía qué hacía, el hombre me abordó, me preguntó que estaba trabajando y le dije la verdad esta de los profesores y sus miserias, el muy orondo me confesó que nunca se graduó pero que los periodistas sumieron otra cosa y por eso lo llamaban profesor, sin embargo ya la UBV le estaba tramitando un título pues su dignidad revolucionaria así se lo exigía, me mostró su carro y en un momento dado sonó su Iphone último modelo, hasta allí el encuentro pues dijo tener una reunión importante con el ministro de alguna vaina .

Antes de irse se confesó como uno de mis lectores, me recomendó bajar el tono de mis escritos pues al parecer estaba en la mira de la policía secreta ya que mi protesta estaba fuera de tono y al parecer ya molestaba a algunos altos funcionarios, además que como no tenía línea editorial que seguir, ni jefe a quien expropiar y lo peor, el servidor del blog estaba en otro país, no les iba a quedar más nada que meterme preso o algo peor, total a cualquiera lo atracan y si no tiene nada(como en mi es costumbre) lo matan, eso es algo muy normal.

También y ya para salir me dijo que su dignidad revolucionaria él no la vendía y por eso ahora se iba como presidente de una multinacional estatal, que sus lujos aparentes eran fruto de la constancia, el trabajo y el ahorro, que el sí hacia rendir sus seis mil bolívares de sueldo, que me dejara la quejadera, le bajara dos al tono de mis textos y me enchufara con él, eso sí, tenía que cerrar este blog para poder hacerlo y callar la boca, que en estos tiempos era peligroso hacer alardes de independencia.

Esa fue la última vez que lo vi, hace unos meses por cierto, se montaba en su 4X4 con sus escoltas , sus hijos y lo seguían a su vez dos motorizados con estampa de policías, nomás me puse a pensar que hubiese sido de mi vida si mi abuela y mi papá no me hubiesen criado con este mal vicio de la lectura, seguramente sería ministro o algo similar y viviría como Juan, pero en Venezuela pensar se castiga y la obediencia ciega propia de los ignorantes se premia con cargos altos en el gobierno, cosas de estos tiempos de revolución.
José Ramón Briceño Diwan, 2013
@jbdiwancomeback






5 comentarios:

Nívea Español H. dijo...

¿Real o ficcional? Muy buen perfil de "Juan" un arquetipo de funcionarios políticos en el gobierno de mi país. ¿Coincidencia lo de Juan? También en estos tiempos Juan? "Juan Peña", de El diente roto de PE Coll, Juan Bimba el del pueblo de AE Blanco,personaje símbolo del pueblo del partido AD. ¿Los Juanes son un sino de los pueblos? porque ¿"aunque se vistan de seda monos se quedan"?

pbertoglia dijo...

Enchufados,corruptos,imaginando un futuro que nunca llegara pues a poco andar los idealistas asumen el modelo que combaten en su imaginación pero del que profitan en su revolución , y ahí tienes los viajes ,carros, lujos ,pero con un discurso que en definitiva los revela como simples bribones por no disponer de una palabra más adecuada en tu blog. Es facil identificar estos Juanes.Estan ahí .Embaucaran a sus seguidores pues son maestros en la mentira. En eso son postgraduados.
PB

Opiniones desde esta esquina dijo...

¿Real? ¿ficcional?, no importa la historia en si, lo real es que existen miles de Juanes así enchufados, lo triste es que hay también otros tantos nombres sin empleo ni espacios por aquello del pensar, sé que mucho no se hace escribiendo pero cuando menos quedará que se dijo.
Gracias por sus comentarios Patricio y Celeste, muy agradecido a todos los lectores que se han tomado su tiempo para leer mis lineas, que como me gustaría fuesen solo ficciones

Jorge Gonzalez Gomez dijo...

Estimado Jose, aqui andando por la red, y luego de estar 13 años emigrado en españa, me doy cuenta que has hablado de venezuela, yo conoci a ese juan, tambien con cargos politicos, pero sin titulo, todos le llaman doctor, y solo tiene 3 semestres del pedagogico, le llaman profesor, pero en su vida, a dado una catedra, conoce las cloacas del partido, y las teclas que hay que tocar en el ministerio, si quieres escuchar musica para us oidos. Pero al final juan no es un mal tipo. simplemente, esta donde su ambicion y su ignoracia le llevo. duerme con una pistola bajo la almohada y reza, para que la revolucion siga. existiendo. ¿ Quizas sea real o es todo ficcion?

Opiniones desde esta esquina dijo...

Sorprende saber que tanto se parecen la ficción y la realidad en este país