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domingo, junio 23, 2013

Historias de lo que el viento nunca se llevó



Ramona y Josefina fueron dos hermanas, ellas llegaron a conocer bisnietos, tuvieron una vida bastante difícil, sin embargo, ambas, a su manera lograron sacar a sus respectivas familias adelante. Las dos tuvieron familias numerosas, creo que fue ese deseo de intentar darse lo que nunca tuvieron, una familia, pues muy niñas se encontraron en la orfandad y la subsiguiente pobreza, de esas que ahora dan en llamar pobreza extrema.
Nacieron casi que con el siglo XX, hijas de un señor bastante trabajador y de más de cuarenta años, que en los años 20 se consideraba caso un anciano venerable pues las esperanzas de vida eran creo de no más de 45 años, su madre pues era una bella joven, creo que cerca de los veinte años, de familia bastante acomodada, terratenientes y demás, sin embargo precisamente por ese encumbramiento rechazaron de plano esa unión entre su hija y el criollo, lo tildaban de negro y pobre, la gran vergüenza familiar, por tanto y fiel a sus bárbaras pero aceptadas costumbres, una vez que la joven se casó no solo dijeron que había muerto en extrañas circunstancias, también le rezaron novenario y hasta luto guardaron, muy ridículos esos tatarabuelos  además de perversos.
El asunto es que a los ocho años de haber nacido Ramona, nace Josefina, mientras la hermana menor venia en camino muere el padre, a los tres años muere la madre y no les quedó otro camino que ser criadas por unas piadosas y algo retorcidas señoritas viejas, dos hermanas que nunca se casaron y tomaron el camino de la beatitud para sobrevivir, quizás pensaron que al criar a esas dos huérfanas pagarían alguna suerte de Karma o un golpe de moralina obligaría a la familia materna o paterna de las huérfanas a darles una mano económicamente hablando, no era mucho pedir que las familias les procurasen alguna ayuda a ellas pues la sangre (en teoría) pesa más que el agua, sin embargo más pudieron los prejuicios de casta y el odio enconado que la virtud tan cristiana esa de ayudar al prójimo, más aun si son tu familia, sobre todo cuando las señoronas de tan rancia familia tenían hasta banco en la catedral de su ciudad natal.
Entre el hambre y los malos ratos pues de alguna manera contactaron a una hermana mayor que vivía en la capital, esta se las llevó a vivir con ella a su casa, en un barrio bastante pobre , aledaño al cementerio capitalino, el viejo claro, ese mismo que hoy día tiene tumbas hasta en los cerros que lo circundan y es una suerte de tierra de nadie donde ir a visitar a un deudo es toda una temeridad pues si no te asaltan, puedes quedar atrapado en alguna balacera o simplemente en algún entierro de los malandros capitalinos, ellos tienen unas costumbres  funerarias algo exóticas por decir lo menos y sería muy pavoroso encontrarse en uno por accidente pues de igual manera puedes terminar acompañando al deudo por obra de algún malhechor ebrio y drogado.
En fin, las niñas se hicieron mujeres, tuvieron hijos, conocieron aún más la ´pobreza y hasta de ciudad se mudaron, en esa última mudanza al final hicieron un hogar. Entre las penurias, los hijos de ambas familias terminaron de crecer, algunos estudiaron, las mujeres se casaron, formaron todos a su vez familias y cuarenta años después de haber nacido las señoras por fin conocieron la certidumbre de techo y comida a diario por obra y gracia del esfuerzo familiar.
Las historias entre el nacimiento de ellas y su muerte darían para cuando menos tres volúmenes, sin embargo el día de hoy no creo pertinente comenzar a hacerlo, quizás porque todavía tengo muchas lagunas y no creo les interese a mis lectores esos cuentos de vida, que por cierto tiene tintes surreales y hasta visos de novela de terror, seguramente en otra oportunidad les cuente algunos episodios.
Todo el cuento anterior viene a colación por algo que me está rondando hace años, la verdad lo he dicho en público pero siento la necesidad de dejarlo por escrito para desmentir parte de la tramoya socialista que muchos pendejos criollos e internacionales tienen pudriéndoles el cerebro, esa es la de que si naces pobre te jodes de por vida, que el imperio malvado con sus tintes capitalistas han hundido en la miseria a la gente haciéndoles creer en la entelequia del progreso, cuando la verdad es otra, esas historias de Josefina y Ramona se multiplican por miles en este, mi país (Venezuela) , las he visto en cientos de exitosos profesionales que hoy día viven cómodamente gracias al esfuerzo de aquellos que os trajeron al mundo, en bastantes de esos casos hablamos de esfuerzos continuados por décadas hasta lograr un estatus económico bastante holgado, cuando menos hasta hace unos años pues ahora en estos tiempos hasta los ricos de cuna se han vuelto más pobres y los otros pues ven mermado su esfuerzo por una caterva de malvivientes que han destrozado la economía de mi patria.
El cuento tiene varios años en bocas de los que creen a pies juntillas el cuento de la izquierda, sin embargo en estos últimos tiempos ha cobrado fuerza gracias a un estado que se empeña en hacerlo público, a unos cuantos pánfilos que reparten esa idea como si de una homilía se tratase, tanto es así que muchos universitarios contagiados con la gripe del socialismo se lo creen y hasta (imagino) disfrutan su miseria para regodearse en sus ideas políticamente absurdas, las mismas que hablan de que si eres pobre eres del pueblo si no pues eres un pedazo de burgués que casi mereces la muerte por que aún hay muchos pasando hambre gracias a tu necedad de querer vivir bien, no me jodan, se dicen ateos con su paja del marxismo científico pero usan tácticas que suenan a cristianismo de más básico y fanático pues inoculan el pecado original.
La razón de todo es simple, dan limosnas disfrazadas de “misiones”, a los pobres en vez de ayudarlos los empobrecen más alimentando el cuento de que jamás van a dejar el barrio y la mierda, pues ese es su destino y por formar parte del pueblo revolucionario les toca aguantárselo, mientras los del poder que son tan buenas personas se llenan de riquezas pues así evitan la propagación y ellos mismos purgan su condena de pecado original.
Si alguien inteligente y creo que en realidad casi todos los seres humanos lo son, no dejará de darme la razón, el esfuerzo, el estudio y la constancia son la vía del progreso. ¿Qué es el progreso?, bueno entre otras cosas es comer a diario, tener un estatus de vida cada día más alto, llevar a los hijos a las mejores escuelas y universidades, viajar aunque sea una vez al año a cualquier destino del mundo, es vivir en un sitio adonde las balas solo suenen en la tele y caminar las calles sea un ejercicio aeróbico y no un acto de valentía, es morirse de viejo en una cama rodeado de la familia, es ir al médico que te dé la gana o que puedas pagar con tu trabajo o mejor aún con tus ahorros de toda la vida pues en un país con futuro los ahorros no se deprecian, muy al contrario.
Eso que dije en el párrafo superior a cuantos les sucederá en mi país, seguramente a muy poquitos, no es que nadie trabaje es que las políticas gubernamentales de los últimos catorce años han ido en ese sentido y en especial en lo que va de este año han empeorado pues van para la cuarta devaluación, las calles siguen igual de peligrosas, no por las manifestaciones, lo son por el malandraje desatado en todo el territorio nacional-
Qué lástima que tantos se hallan doblegado al control estatal, que tantos sueños de muchos se pierdan por la torpeza y la estupidez zoocialista, muchos de los descendientes de familias como las de Josefina y Ramina hoy están fuera de sus patrias donde cuando menos pueden tener aspiraciones que tuvieron sus abuelos. Hoy no escribo ficción, Josefina fue mi abuela, quien por cierto me crio , al parecer hizo un buen trabajo, hoy día escribo esto no solo como un homenaje a ella, mi abuela, también para todas las familias que a fuerza de ganas han echado hacia adelante desde la pobreza hasta la comodidad, también como una manera de denunciar ante los ojos del mundo la falacia esa de que si naces pobre te mueres pobre, se puede cambiar, se debe cambiar y una de las cosas por las que toca empezar a cambiar es acabar con la patraña zoocialista que está envenenado mi patria.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback





2 comentarios:

pbertoglia dijo...

José el comunismo solo ha demostrado ser capaz de cometer genocidio y repartir pobreza a cambio de la libertad.Obviamente esta la nomenclatura que goza de privilegios en nombre del pueblo .......y que hará lo imposible por mantener este estado revolucionario que ls favorece......

Nívea Español H. dijo...

Hermosa historia, contada atropelladamente sin querer, contradictoriamente, que nada que no quiera decir se le escape. Se advierte una confesión que fue madurada en el tiempo por la valoración reflexiva que se convirtió en orgullo de una estirpe.La segunda parte la encuentro algo viceral,culposa. Es una buena búsqueda que debe controlar el río de la rabia del narrador y tratar la prosa concienzudamente en otra voz u otras voces. La imagen al final, sin pie ni nota: Hermosísima mujer, sin afeites; a una actriz de cine no tendría nada que envidiarle, irradia belleza, fuerza, decisión, desafío y alegría. Es, indudablemente, optimista, una inspiración.