La salud en mi país, la publica cuando menos es ahora un hervidero
de gente, bien sea por que hay más pobres, los seguros ya no pueden cubrir los
costos de hospitalización en privados y la última pues la inflación no permite
que la llamada clase media asuma a motu proprio los costos derivados de tener póliza
de seguros, por tanto todos ahora recurren al sistema público de salud, bien
sea el dirigido por los entes estatales o aquellos que dependen del llamado
seguro social, logrando con ello que un servicio históricamente abarrotado lo
sea ahora aún más.
Traigo a colación el asunto pues anoche, en este ritual tan
criollo de reuniones y conversas, estuve en casa de un muy buen amigo médico especialista
en un hospital público , este amigo me decía que estaba trabajando en función
de su consulta privada de modo tal que acorto plazo le permitiese el ejercicio
en el hospital, no es que no le guste el asunto y en su caso no se queja del
sueldo, al final para él lo importante es la practica constante de la cirugía pues
sabe que al final esa destreza con mucha practica es lo que le dará el
prestigio necesario para poder cobrar los astronómicos honorarios de otros
especialistas. El problema, dice, es que en el hospital ahora pasan dos cosas, la
primera es que ya casi no opera y la segunda su práctica le está afectando a
nivel emocional, ya no por lo aparatoso de los accidentes, o lo sanguinolento
de las consecuencias de la violencia callejera, es porque ya no aguanta la impotencia
de ver todos los días pacientes muy pobres que tienen meses esperando una
operación y decirles que aún no se puede aunque lo más factible es que nunca se
pueda pues o vale mucho eso que tienen que hacerle al pobre humano en su cama,
no lo traen o simplemente el servicio por diversas razones se ha retrasado
tanto que con la cola de enfermos en espera más los de emergencia difícilmente lleguen
a atender a otros de la lista, es decir, los últimos siempre serán los últimos,
no como dice la biblia, allí pasa al contrario.
En otro orden de ideas y siguiendo el mismo tema, resulta
que según mi amigo la administración del hospital usa esa barbaridad por un
esquema de gerencia, es decir, si mantienen baja la operatividad de los quirófanos
difícilmente se van a ver obligados a subir su nivel de trabajo por la migración
de pacientes desde otros hospitales, es más llegan al extremo de pasar a los
pacientes que por el déficit de camas y camillas reposan por los suelos de las
emergencias, escondiéndolos en otro piso del hospital pero igualmente en el suelo,
al final el asunto es que ningún vivo con celular haga una foto y aparezca en
los medios, el asunto es que nunca sea visible para los ajenos que la
institución vive en un colapso eterno.
El relato completo parece una comedia gringa de aquellas
donde se burlaban del sistema soviético, donde por asuntos burocráticos pasan
las cosas más locas, sin embargo ahora ya no veo tan cómicas esas series pues
el asunto resulta real y bastante común. Es más esa gerencia funciona como una
suerte círculo infernal pues de paso le prohíben so pena de despido decir a los
pacientes que ellos mismos compren los insumos que hacen falta, una vaina así
como, no lo tenemos pero tampoco te podemos decir lo que necesitas para que
salgas del trance pronto, es pecado hacerlo, uno quizás pueda entender que
algunos médicos hayan hecho de eso una práctica comercial que raya en lo
ilegal, sin embargo hay pacientes pobres pero con posibilidades de encontrar lo
que necesitan de alguna manera, desde rifas hasta la venta del carro, el
televisor, los muebles, las joyas, quien sabe que más pero al final encuentran
el dinero para poder salir de la cama de hospital, pero por la terquedad pues
les toca esperar ad infinitum tener cupo e insumos para el quirófano, lo peor
es que al final terminan vendiendo el alma para pasarse a una clínica privada
donde le resuelven el problema en cuestión de horas, claro a precios estratosféricos,
pero le resuelven, lo que no hace la consulta publica.
Imagino que saltará alguno y me dirá que eso ha pasado toda
la vida, la verdad no sé, sin embargo por una gran suerte nunca me ha tocado
pasar por la necesidad de esos servicios, sin embargo déjenme confesarles que
es uno de mis terrores nocturnos, este desamparo de la pobreza y que por alguna
razón me toque a mi o a cualquier ser querido, da pánico la vaina. Para responder
a aquel que ya le dio por repetir sandeces, les cuento que porque siempre pase
no quiere decir que me agrade, además si se supone que tenemos el sistema
político más arrecho del mundo esas vainas no deberían de pasar, es más, mucho
menos tener la ineficiencia como practica gerencial, coño, eso es maldad pura y
simple, no existe otro adjetivo y de paso es muy del capitalismo salvaje que
tanto odian.
Así como dice mi amigo seguramente hay miles de casos en
Venezuela, están perdiendo profesionales calificados por la torpeza de sus
jefes, a pesar de que los tipos cobran millones en otros sitios muchos les
gusta la posibilidad de ayudar a algunos, otros pues simplemente por su escala
de valores sienten que roban por cobrar sin casi trabajar y los menos están
allí para ocupar sus horas muertas en la práctica constante sin que les
interese nada lo que sucede con los pacientes pues para ellos son solo masas de
carne que cortar y rearmar, sin voz ni vida pues anestesiados somos todos así.
No sé qué más decir, pues el horror de los relatos sobrepasa
mi capacidad de aguante, y aun no sé qué sucede o cómo funciona la cosa política
para que anden por ahí con su cara muy lavada mientras otros están a la espera
de la muerte en su hospital público, donde la tragedia es el pan de cada día y
la desesperanza se disfraza de otra cosa, seguramente el anuncio aquel de los
Mayas fue real, algo pasó y amanecemos en el infierno todos los días, el asunto
es que nadie se ha dado cuenta aun de que moramos en el tercer circulo, aquel
que vio Dante y que se trasformó en el modelo infernal de la cristiandad, no sería
de extrañar que mañana apareciese en las plazas Bolívar del país y su
equivalente en el mundo, en vez de la estatua ecuestre del prócer , un caldero
inmenso donde una corte de demonios echen a diario gente viva para que sufran
por toda la eternidad, la verdad es lo que falta, el asunto es que el plan
piloto lo están haciendo en los hospitales de mi país, más cercanos a mataderos
que a sitios de vida para esos pobres.
José Ramón Briceño Diwan, 2013
@jbdiwancomeback
1 comentario:
La demanda en salud es creciente dado fundamentalmente la mejor salud publica q logra q vivamos más años.Por otro lado ls costos aumentan ,(drogas,tecnología,capacitación,etc) .Sin embargo ls gobiernos deben priorizar y obviamente acá no se he hecho. Es un grave error estratégico q se volverá contra los q así lo decidieron.
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