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lunes, septiembre 27, 2021

La vida al seco, mala cosa

Según entiendo hay muchas clases de alcohólico , desde el borracho alegre que espera los viernes con ansiedad para poder desmandarse hasta el domingo por la tarde, siempre contento, rodeado de amigos y hasta por la permisiva familia que lo ve como un rasgo feliz, el otro casi penitente que toma poco pero a diario y el más famoso, el monstruo que necesita del alcohol para destrozar la vida de quienes le rodean, además del rasgo evidente que los une, también está la necedad social de que está bien emborracharse , eso libera el estrés de la semana y hace la vida un poco menos amarga , no hay familia venezolana donde no existan historias hilarantes de locuras felices, nadie arruga la nariz frente a las botellas de cualquier cosa en toda ocasión, desde el cumpleaños del nene hasta la primera comunión , las excusas son múltiples para que la parrada se desbande, ojo que igual como hay quienes se toman media destilería hay quienes necesitan apenas una botella para transformarse.

El problema de fondo está en que ningún alcohólico comienza a beber tarde, todos han probado desde muy jóvenes el alcohol y la sensación del sopor feliz no les es extraña, aun cuando de jóvenes fuesen poco más que moderados, siempre habrá algún momento en que el gusto suba de nivel, de hecho, muchos hemos probado el alcohol muy jóvenes siempre acompañados por alguno de los padres, lo que ofrece un panorama permisivo, imagino que reforzado por el carácter legal del licor. El problema de fondo ni siquiera es el alcohol, es la inmensa necesidad de confort que muchos buscan desesperadamente, pero las sumisas almas cristianas solo aceptan la presencia del alcohol como forma “normal” de evasión , eso de que sea socialmente aceptado y hasta impulsado el necio mandato de pasar la vida a secas, todo el trafago de la vida hay que pasarlo sin recurrir a nada, aguantar con los dientes apretados cualquiera de las formas en que el día a día tiene por costumbre aplastarte de vez en cuando, eso aplica igual en cualquier parte del mundo, hay gente atormentada por la vejez, despechados, insatisfechos, desempleados, empleados que odian su trabajo o cualquiera de esas cosas que de alguna manera terminan atormentando a todos, a pesar de que existen áreas terrenales donde a la realidad se le va la mano , ningún humano es 100% resilente por tanto necesita buscar refugio en algún vicio autocomplaciente, de todos el menos complicado es el alcohol.

Estoy más que convencido que en los países donde se han legalizado algunas drogas recreativas , no lo hacen porque sean modernos, de mente amplia, tolerantes ni avanzados, además de muy inteligentes, también saben que la gente se está volviendo loca como nunca antes, la psiquiatría es muy costosa así que los ansiolíticos están fuera del panorama, las drogas duras vuelven más locos a los que las consumen (de eso ya hay antecedentes con las anfetaminas durante la posguerra) y entre tener a más borrachos prefieren tener marihuanos, al menos estos son menos proclives a la violencia. Están comprendiendo que ante un mundo más competitivo, donde cada día hay que saber más, el trabajo cambia a velocidad del internet haciendo el abanico de empleos más reducido, encima de todo viene la Pandemia, hasta México donde podías caer preso por fumar en el baño de un aeropuerto, un miserable porro te podía costar un rato de cárcel, en plena pandemia declara legal el uso recreativo, hay indicios de que puedo tener razón.

El estrés y las angustias mantienen una industria mil millonaria, desde las toneladas métricas de drogas legales que se expenden cada hora alrededor del mundo, los psiquiatras, psicólogos, terapistas, dueños de clínicas de desintoxicación, niños híper quineticos, ancianas insomnes, mujeres u hombres insatisfechos que forman parte de la misma espiral de angustias existenciales y materiales como para terminar buscando la vía menos complicada para esconder sus debilidades, hay quienes se saturan de biblias, pero la gran mayoría lo hacen con el alcohol , el Prozac, ativán, Valium, todo mezclado o al seco para poder cargar con el peso de sus vidas, son legiones de personas muy decentes y formales cuyo código moral les impediría consumir ni tan siquiera gotas de valeriana, lo demás es ofensivo para su estrecho código moral, terminan haciendo el ridículo a troche y moche gracias al instinto básico de buscar confort en una situación de agotamiento psíquico.

Hay registros del uso de drogas recreativas desde el paleolítico, de hecho, los Lemures del pacifico, para quienes la vida no tiene más sentido que un sinfín de días desde que nacen hasta que mueren, que no deben hablar inglés, ser híper cualificado, ni estar conectado a internet, no hay jefes, horarios, ladrones ni policías, esos animalitos tan bonitos se drogan lamiendo una escolopendra, en cuestión de minutos terminan con el mismo ímpetu de un mariguano novato, si esos mamíferos , además son primates, por tanto primos lejanos , si ellos se drogan que quedará para a especie humana, los delfines también se drogan con el veneno de los peces globo, son mamíferos por cierto. En cambio los humanos que esgrimimos una inteligencia que a veces nos negamos determinamos que en pro del avance social solo permite de vicios el alcohol y el cigarro, ciertamente podríamos decir que la sociedad suele ser aún más cruel, pueden prohibir el cigarrillo, que ya hace apestados a los fumadores pero aun no criminales, en cambio , como medida paliativa están las pastillas legales, esas que se compran con receta médica , terminan siendo tan adictivas como la cocaína , tan caras como joyas finas que las hacen de un reducido número de usuarios fieles, donde desde el dealer hasta el joven del mostrador ganan dinero de modo legal y bendecido por el estado (cualquier estado) , si fuesen accesibles para cualquiera el mundo quizás sería menos amargo pero la mayoría, otra vez , prefiere ser valiente y asumir la vida con la gallardía que ofrece el   ajustarse al canon socialmente aceptado, el paso justo antes del alcohol está lleno de sufridos humanos.

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El obvio comentario final, no es que beber sea malo, lo terrible es beber por desesperación, el mundo es un sitio bastante duro, si los animalitos se evaden sin pena ni vergüenza, no veo porque los humanos deben aguantarse todo al seco, sin anestesia, solo con los recursos legales o espirituales que puedas tener a mano, no es extraño que bajo los modos de lo políticamente correcto, moral y apegado a las leyes cunda la locura, el alcohol por su cualidad legal facilita un poco el asunto, deberíamos aprender a ser como algunos animales inteligentes.

José Ramón Briceño

30/06/2021




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