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jueves, febrero 12, 2015

La poca vergüenza del poder

Una de las señales de que estamos envejeciendo, es precisamente la toma de conciencia sobre las consecuencias de nuestros actos, en mi caso he modificado muchas de mis antiguas costumbres, unas porque ya de verdad mi cuerpo no da para andar inventando nada y al día siguiente tener que ir a trabajar, antes podía, ya no, ni el café ayuda en esos momentos, eso de andar de parranda hasta la madrugada y al día siguiente levantarme para ir al trabajo es imposible a estas alturas. Otra costumbre dejada de lado ha sido esa de abusar del alcohol, sobre todo desde que soy padre, no digo que jamás me pase de tragos, es que evito hacerlo frente a mi hija, creo firmemente en predicar con el ejemplo, sobre todo con los hijos pues pienso que muchas cosas se habrían podido evitar si le diéramos un buen ejemplo a nuestros niños en vez de hacernos los locos y enseñarles cosas que no son, eso incluye hasta el uso del lenguaje que tanto se maltrata en estos lares, ese mismo que enseña (erróneamente) que las malas palabras son una medida de lo “geniales” que son algunas personas, o la grosería de muchos pues olvidan que una palabra amable abre muchas puertas y la educación jamás sobra.

Eso de ser padre me ha enseñado a pensar en el futuro, en ese de la economía y la vejez, pero también en ese otro de lo que dejamos sembrado, no puedo pensar que el único recuerdo que le dejaré a la única persona que me recordará en 40 años (mi hija) es que los fines de semana me emborrachaba con mis amigos o que solo fui un profesor más de esos tantos que pululan en mi país, no hacer nada importante con tu vida equivale a no hacer nada en ella. Quizás peque de orgullo (por no decir creído) sin embargo así pienso, no es que haya hecho la gran cosa, sin embargo mi hija cuando menos ha visto un universo distinto donde la inteligencia pesa más que la fuerza bruta y la ordinariez es descartada como cosa cotidiana.

Ahora imagino otra cosa ¿Qué sentirán esos señores del gobierno hacia el futuro? ¿No les dará vergüenza que sus hijos los recuerden como mala gente que son? ¿Qué todos hablen mal de ellos con razón? ¿Qué las decisiones que toman a diario parecen sacadas de algún libreto del “Chavo del 8”? , en el caso de los militares ¿no les da pena que ahora sean parias de la sociedad? ¿Qué sus hijos tengan que soportar el desprecio de sus compañeros de clase?.

Fíjense que no hablo tonterías, solo resta leer las declaraciones de la hija del presidente de la asamblea nacional quien asegura que le ha tocado lidiar con mucho odio, imagino que en igual medida han de estar los hijos y nietos de los otros mandamases del gobierno. En el caso de la muchacha en cuestión, la pobre tiene que lidiar con muchas cosas, en principio le ha dado por ser cantante y ni siquiera ha tenido la delicadeza de ponerse algún nombre artístico, eso dice mucho, por ejemplo que le ha dado por apalancarse en el nombre de su papá para encontrar contratos, seguramente es tan mala en lo que hace que le toca hacer que los posibles contratantes le teman o piensen que les abrirán puertas solo por contratarla, eso es de muy mal gusto por cierto, la otra es que su padre no colabora en nada con la salud mental de la muchacha, según algunos diarios cuya credibilidad es difícil de rebatir lo acusan de cosas tan feas como el narcotráfico, otros lo acusan de ser el principal socio en todos los grandes negocios del país, de paso, por si fuese poca cosa, se encarga de ser lo más grosero, arrogante, mala gente y simiesco que puede ser un persona alguna, para eso tiene no solo la asamblea, también tiene hasta horas al aire para decir todas las cosas que le provoquen sin que nadie le lleve la contraria so pena de cárcel.

Eso es hablar solo de un personaje de las decenas que hacen vida entre las más altas esferas del poder, por cierto ahora se tiene certeza de las riquezas que le han birlado al país gracias a las millonarias cuentas en Suiza, con eso uno no reclama que alguien con su trabajo pudiera tener una cuenta en el extranjero, pero miles de millones de dólares dan mucho que pensar.

Un fulano que se copió del gran Víctor Hugo, dijo que la historia lo absolvería, eso se volvió un dogma para la izquierda retrograda y ultrosa de por estos lares, sin embargo creo que al final ni sus hijos los absolverán, como hijo de gato caza ratón no es que devolverán los robado, tampoco se quitaran el apellido, pero se irán del país a disfrutar la herencia de sus padres y en unos años, los nietos o bisnietos de esos monstruos los dejaran en evidencia, la historia es una profesora malvada que se empeña en recordar lo malvados que han sido, los libros no olvidan, las hemerotecas tampoco.
Días como el de hoy me preocupa que mi hija me recuerde pobre pero por lo menos no tendrá el incordio de recordar que su padre fue un ladrón con sangre en las manos, como si lo harán los de esos otros que no quiero nombrar pero que todos sabemos quiénes son.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback





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