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viernes, febrero 13, 2015

1700% de marginalidad del siglo XXI


Desde que anunciaron el nuevo tipo de cambio he andado investigando de que se trata ahora el asunto, a primera vista parecía una situación lógica, poner al alcance de todos la divisa para poder importar las cosas importantes del vivir, que no son solamente comida y alimentos, los cuales por cierto tampoco se encuentran, un ministro (cara dura como todos) aseguró que la subasta comenzaría en 12 bolívares como sería lógico, sin embargo ayer cuando leí las noticias me entero que de un sopetón, sin anestesia, la fulana divisa se disparó a 170 bolívares por dólar, lo que según mis cálculos resulta ser una devaluación de más del 1700 por ciento, ahora los billetes no valen ni siquiera el papel con el que son impresos, de seguro ahora a algún imbécil de esos se le ocurrirá expropiar el papel periódico para imprimir billetes y los sueldos se comenzarán a pagar por kilo de papel y no por la denominación de los billetes.

Hay gente que se asombra de mi bronca, unos me piden que le baje dos a la molestia, que me puede dar un infarto, que puedo ir preso, me pueden dar un atentado o cualquiera de las combinaciones posibles, que si nadie hace nada yo solo tampoco podré hacer la gran cosa, tienen razón sin embargo es complicado no molestarse cuando descubres, de golpe y porrazo que un limpia botas en Bogotá gana más que un profesor especialista en Venezuela, que el señor que muy amablemente martilla a todos los que se estacionan gana más que tú, que pasaste 8 años entre pregrado y posgrado, leyendo bastante, haciéndote preguntas, haciendo de paso malabares para la supervivencia en pos de un futuro, para al final no tener ni el beneficio de un mercado decente una vez al mes.

Como no andar “caliente” si sabes de antemano que cualquier hijo de vecina (como uno pero) sin estudios y de orto flexible se hace millonario solo por hacer de su genuflexión un estilo de vida, mientras quienes se esfuerzan día a día por sacar su familia adelante les toca hacer malabares para cosas tan básicas como comer y vestirse, eso sin hablar de ponerse exquisitos.

Como es posible que en este país una computadora personal de 300 dólares cueste de manera oficial un año de salario, un vehículo nuevo cuando menos 100 años de salario, una apartamento toca reunir por un milenio y cien generaciones para poder aspirar a tener alguno.

Si hablamos de cualquier oficio pues el asunto se pone color de cucaracha (las hormigas cuando menos son limpias), y en cadena nacional nos dicen que la cosa está bien, que son chismes de la derecha imperialista que mandó a matar al presidente con un avión de entrenamiento que cualquier otro lo tumba de una pedrada.

Él sabe que muchos lo quieren matar, ellos saben que mucha gente los odia pero carajo, tampoco colaboran para que alguien medianamente cuerdo los pueda defender, como alguien no va querer matarlos si no hay medicinas para los enfermos, tampoco hay manera de comprar las cosas básicas del vivir, el sueldo ahora es de 33 dólares mensuales, menos de lo que gana la gente en países donde la hambruna reina, pero es la derecha la culpable ellos no.

La verdad eso de matar está lejos de mis planes, realmente no puedo ni matar una gallina y me espanta ver que hasta una mata se muere en mi jardín, pienso que la vida es algo que en ningún caso debe ser interrumpida, pero el instinto primario aflora cada vez que se piensa en el país , es complicado no embroncarse cada quincena cuando tienes que decidir entre pagar el alquiler y los servicios o comer, cuando sabes de antemano que en cualquier parte del mundo se vive mejor pero en igual proporción te das cuenta que cualquier parte del mundo no es tú país, que se lo ha  robado para dejarlo perder y que pretendan que uno les sonría la gracia.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback



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