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viernes, mayo 15, 2015

El paro docente

Hubo un paro docente de 24 horas, por primera vez en 15 o más años, los docentes reunieron todo el valor necesario para hacerse escuchar, antes no lo habían hecho gracias a las amenazas y coacciones que los jefes de las respectivas zonas educativas realizaban en contra de todos los docentes, las amenazas van desde suspensión del cargo hasta el despido por la razón que les provocase, para eso se dieron a la tarea de hacer que los consejos comunales tuvieran voz y voto dentro de los planteles educativos, bajo el supuesto de coacción política pues suponen ser mayoría dentro de todas las comunidades.

Entre otras cosas, la parte maligna de los fulanos consejos comunales, no es que la comunidad se involucre, es que en muchos casos dichas comunidades tienen niveles educativos muy por debajo del necesario para tener cierto criterio evaluador, se dejan más convencer por el asunto político o simplemente acomodaticio de tener donde depositar a los hijos por algunas horas al día, tanto así que el ministerio ha reorganizado la ley de educación para que TODOS los alumnos sin hacer distinción alguna en el mérito académico, sean promovidos al grado inmediato superior, como si ser bachiller sin méritos le traerá algún beneficio no solo al individuo si no a la sociedad que es al final la que debe ser beneficiada por el conocimiento de sus ciudadanos.

Aplaudo desde esta esquina la iniciativa de los colegas profesores de educación básica, debo admitir que siempre les tuve ojeriza pues consideré que nunca han tenido el temple para no dejarse pisotear por los jefes, alguno me dirá que no tienen salida, que encontrar otro empleo es un asunto espinoso, que trabajar en el sector privado es aún más deplorable. Pero si hasta nos han quitado los beneficios, esos que uno dice, por lo menos sé que mi familia está segura, teníamos un seguro privado para las emergencias que en este país se agradece en grado sumo pues los hospitales son morideros de pobres, había un instituto de previsión social que tampoco funciona pues el estado le adeuda pagos desde hace varios años pero igual nos descuentan, este instituto a su vez promovía planes para que los profesores pudieren comprar vivienda, créditos para amoblarla y hasta agencia de viajes, ahora de eso solo queda el recuerdo, somos los empleados públicos peor pagados de todo el sistema. Eso sin hablar de que en ciertas zonas de cada ciudad sea el empleo más peligroso después de el de policía.

Cuando digo que se dejan es que por ejemplo, los obreros ganan más que los maestros y profesores, tengo la impresión de que eso se debe a que tienen un sindicato más fuerte, se hacen escuchar y se paran cuando la cosa no los satisface. Cuando en una institución uno le pide a un obrero que limpie algo ellos tranquilamente se niegan por un abanico de razones más que válidas, no es su zona, están en periodo de descanso, no hay materiales o simplemente su sindicato no se los permite.

Un maestro necesita algo y le busca la vuelta, llama a un amigo, hace rifas, se inventa jornadas de limpieza, hace de madre o padre de los muchachos y todo lo escuda en la vocación, mientras los jefes se pasan haciendo reuniones que no van a ningún lado, llenan papeles que languidecen en los archivos e inventando gafedades solo para, a su vez, complacer a sus jefes, al final todos están tranquilos pues mientras en las escuelas y liceos se gerencia la miseria, ellos pues disfrutan su fugaz paso por los puestos de poder sabiendo que los subordinados son obedientes y tienen “vocación de servicio”, como si con esa vaina se pagara un mercado.

Discúlpenme de verdad, yo tengo vocación, de esa me sobra según he descubierto recientemente pues jamás había dado clases a nivel básico, pero me niego a ser monigote de nadie, jamás me quedo callado, me niego rotundamente a sonreír tan siquiera cuando algún jefe me exige alguna pendejada como colaboración, no pedo ser consecuente para con quien me ofende con mi trabajo, quien no respeta que todos somos profesionales universitarios pero me ofende más con quienes se dejan ofender.

No es asunto de opositores o de oficialistas, en la mayoría de los casos somos igual de pobres a excepción de los maestros dependientes de PDVSA cuyo sueldo sobrepasa casi en seis veces el sueldo promedio de un maestro de cualquier escuela nacional o estadal, mientras, al otro lado de la realidad el ministro asegura que no hay razón para un paro educativo, que los sueldos están ajustados como si un 30% fuese la gran cosa, igual a pesar de ese aumento de lastima estamos a menos de la mitad del costo de la cesta básica, es decir que no nos alcanza ni para comer completo, mucho menos para otras cosas importantes del vivir.

Ojalá exista otro paro, es más, debería ser indefinido a ver si con eso los jefes se ponen las pilas y rescatan nuestro sueldo, ojalá los colegas recuerden que tienen el empleo más importante y recobren el autoestima, eso no tiene nada que ver con ser humilde, toca tener conciencia de la importancia de nuestro trabajo, además , para esa vaina nos fajamos unos cuantos años de universidad, otros de posgrado y tantas horas preparando clases, haciendo planificación, revisando pruebas, en fin todo lo que toca hacer en el trabajo y que por cierto nadie nos paga, debemos ser un poco más como los obreros, solo que con real orgullo pues limpiar (aunque no desmerita el trabajo) no impulsa cambios en la sociedad, enseñar si.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback






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