Todos
sabemos que hay un gentío yéndose del país, hay muchos (como yo) a quienes la
tristeza no les alcanza en estos días, para colmo todo es una porquería,
entonces la suma de todas las cosas es un desastre interno (muy personal por
cierto) de dimensiones estrambóticas por
decir algo. Hoy hablé con una colega quien está esperando unos meses para irse
del país, me contó una de las historias de horror más espantosas que he
escuchado de gente conocida alguna, resulta que al marido de esta señora,
profesora de Ciencias Sociales de un liceo de Valencia, le robaron su carro hace
un par de meses, con golpiza y extorsión incluida , le pedían ciento cincuenta
mil bolívares por devolverles el vehículo hurtado, que por cierto costó menos
de la mitad hace diez años cuando lo compraron.
La
cosa ya estaba fea, se puso peor cuando la misma policía les aconsejo buscar algún
recluso de la cárcel de máxima seguridad más cercana y así recuperar el vehículo,
coño, LA POLICIA mandando a buscar a un hampón para recuperar lo que ya desde
el principio es tuyo, que asco.
En
medio de la conmoción por el asunto, la colega se tropezó con un ex alumno
quien ahora no anda en muy buenos pasos, este hombre dice tener una deuda de
gratitud con la señora y en cuestión de horas encuentra el vehículo y a quienes
lo habían robado, sin que la policía hiciera nada al respecto, el final de la
historia es que el carro fue “liberado” al sur de la ciudad, donde la policía
lo encontró y en teoría lo desvalijó. Lo que sucedió fue que el robo se hizo
sin consentimiento ni aprobación del PRAN del penal, por tanto la pareja de
ladrones estaba en desventaja por lo cual y debido a la intercesión del mal
hechor, la pareja de amigos (mi colega y su marido) recuperaron su carro , pero
los que cometieron el robo fueron castigados con una ejecución por parte de su
propia gente.
A
pesar de lo trágico o sórdido que pueda parecernos esa historia en 100% verídica,
mi colega ha vendido hasta las escobas, ya la pareja tiene pasaje comprado y
están esperando solamente que llegue el día para irse para nunca jamás volver,
lo dejan todo pues un día cualquiera confirmaron que las historias de terror no
lo son tanto y que lo que decimos desde la oposición no son exageraciones, años
después que se jactaron de tener filiación chavista, ahora saben que la
revolución “empoderó” a quienes no eran, por suerte se pueden ir, sin embargo
existimos millones que no.
La
verdad no creo tener todas las respuestas ni todas las preguntas, lo único que sé,
es que de esa pregunta que nos hacemos
todos ya me espanta esbozar la respuesta, sin embargo a pesar de lo dolorosa,
no creo que exista otra solución que no implique cosas espantosas , eso de
pensar que debemos estar peor para estar mejor, es un axioma que me repito cada
mañana antes de salir, que voy pensando mientras camino y desconfió hasta del
gato que salta de la pared vecina, del motorizado que viene por la calle, del
que se sube en el bus, de quien camina por mi acera y del sonido de los
disparos que se oyen en mi barrio por las madrugadas.
Solo
por el gusto del exorcismo mental seguiré contando las historias de horror que
escuche por ahí, querido lector no crea que estoy haciendo alarde de alarmismos
ni de mentiras para que crean que vivo en un el país del espanto, la verdad
supera a la ficción y la maldad en Venezuela está desatada, solo espero jamás
tener que escribir mi propia historia de horror y que de este trance salgamos ilesos,
solamente los que tenemos que salir ilesos para lograr vivir en un sitio de
calma y progreso.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
2 comentarios:
A veces, la realidad nos golpea la cara, como cuando estamos en una oficina con aire acondicionado y abrimos la puerta para salir a la calle. Edmundo
Saludos amigo. Lamentablemente así de mal estamos, aquí en el Zulia de donde soy esas historias es el pan de cada día y por desgracia ya se está tornando costumbre el tema que nada tiene que envidiar a las películas del extranjero. Hasta yo lo padecía una noche que en medio del sueño mi casa fue rociada de balas bajo la mirada de la barriada, mi sorpresa fue que luego me entero que el asunto era con mi vecina y los mismo delincuentes luego lo confirmaron y pidieron disculpas. Sin mencionar que a 500 Mts de mi hogar está un comando policial quién hizo caso omiso al hecho.
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