Uno
a veces piensa que la idiotez es una característica propia de buena parte de los
integrantes de este país, para constatar lo que digo basta darse una vuelta por
los canales de televisión nacionales y extranjeros, luego contrastamos mucho de
su programación de punta y ahí podremos establecer más o menos la veracidad de
mi tesis, desde hace rato llevo dándole forma a esta idea, sobre todo desde que
un día domingo realmente aburrido en casa me puse a hacer zaping en la tv, vi
fracciones de minutos de unas cosas espeluznantes como “Honey bubu” que es una
suerte de reality show que nos permite adentrarnos en la vida de una familia del
sur norteamericano cuyo rasgos de inteligencia se les perdieron hace tres
generaciones, son 45 minutos de nada cotidiana, lo que sorprende cuando lo
pensamos mejor es que el tal programa tenga cuatro temporadas al aire, eso
quiere decir que ha tenido éxito y como muchos sabemos la producción televisiva
no es nada barata, así una larga lista de canales con bodrios similares.
Puedo
entender el asunto del entretenimiento pero así como ese programa uno se
espanta cuando se da cuenta que ahora son famosas, hacen dinero a montones unas
tipas que no hacen nada más que estar buenotas, si, es verdad hasta yo disfruto
verlas contornearse pero de ahí a que las consideren estrellas y hasta las nombren
como artistas realmente me molesta,
hasta a la literatura lo fatuo se ha
convertido en un best seller, ya la gente no solo se cree la gran cosa por que
lee, aunque eso debería ser tan normal que todas las casas deberían de tener
bibliotecas grandes, solo por el gusto de entretenerse en algo, pues bien, eso
que se considera la gran cosota ahora resulta que las “50 sombras de Grey” son
leidas hasta por abuelitas, como si el porno fuese una cosa interesante y el
fulano libro no fuese una versión del sesentoso “Enmanuelle” de Enmanuelle
Arssan que yo leí con cierta gula allá, cuando tenía 15 años y las hormonas
despepitadas.
Todo
este discurso es para intentar buscar una explicación al caso venezolano, la
cosa no es local, es global, de ahí que la gente ni se incomode cuando se muere
uno de los más grandes investigadores del país y la vaina pasa por debajo de la
mesa, pero matan a un bárbaro malandro que por casualidad era diputado, le
hacen capilla ardiente en el congreso nacional, aplica también el caso del muy
querido y respetado “Tio Simón” y así un largo etecetera de gente brillante a
la que le tocó la hora de irse y el estado ni se entera del asunto.
Ahora
quizás puede entender su nulidad en materia cultural, sus errores garrafales
que de tan malos parecen hechos adrede, esa inoperancia de las instituciones culturales,
la apatía del ministerio de educación por formar gente realmente brillante, no
estos bachilleres de a gratis que nos obligan a graduar pues desde el primer día
de clases ya saben que van a pasar sin mayor problema al año siguiente, los
presupuestos más que chucutos en las universidades mientras el presidente
invita un almuerzo por más de 80 mil dólares, por decir una cosita nomás.
Si
el mundo se revuelca en su nada intelectual, los medios se empeña en
apuntalarse en eso, acá no pasa nada mejor, los canales que dependen del estado
que bien podrían ser baluartes de la difusión de televisión de calidad se han
transformado en vitrinas de la estupidez política pues son solo caretas del
sistema para hacerse publicidad, que solo por engañosa deberíamos demandarlos,
hasta donde se hay leyes para eso, pero nada, nos sale hacer esfuerzos
individuales para inocular el virus de la duda en todos a nuestro alrededor,
proteger a nuestros hijos dándoles dosis masiva de cultura en todos los ámbitos,
si salvamos dos nada más ya es un aporte interesante, mientras cosas horribles
como el tal “Honeybubu” (y el miss Venezuela)…
José
Ramón Briceño
@jbdiwancomeback
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