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domingo, octubre 19, 2014

El discurso oficialista


En estos últimos años me he enfrascado en ejercitarme mentalmente para poder pensar que en algún momento pudiere sumar a mi currículo la faceta de “escritor”, casi todos los días produzco algún texto, es más, hasta una novela corta tengo escrita, pareciera que la cosa no se me da tan mal, tengo que confesar que eso me tiene tan entusiasmado que hasta la fotografía la tengo relegada, para escribir solo necesito mi PC y en el peor de los casos, lápiz y papel. Es bastante divertido plantearse la posibilidad de escribir lo que a uno le venga en gana, hasta el hecho de escribir de manera tan “seria” mis embustes que muchos hasta se lo creen, en el caso de la ficción, cosa que en ocasiones me asusta pues obliga a uno a constatar la candidez de tanta gente que se traga las mentiras en bites que uno sin pararle mucho a lo ficticio que pueda parecer.

Aunque también debo admitir que eso de la envidia no se me da muy bien, me quito el sombrero con el equipo de producción de los embustes presidenciales, no es asunto de andar fabricando teorías conspirativas tipo “Roswel”, es que los tipos se fuman unos argumentos halados de los pelos, que los funcionarios (para no dejar “solo” al presidente en su cosa)leen y comentan muy circunspectos ellos, quizás lo más increíble es que el bajo pueblo, bien sea por ignorancia, por crédulos o simplemente para no aceptar que están más pelados que rodilla de chivo repiten hasta creerse cualquier cuento de camino.

Si no me creen lean las últimas declaraciones de los funcionaros sobre el caso Serra, que fue Uribe junto a la derecha internacional y el para militarismo. Déjenme comentarles que la avalancha de puñaladas que le dieron al hombre se parecen más al castigo de una mujer muy dolida que al ataque de unos fulanos entrenados para matar, si así fue la cosa en realidad mal veo a los tipejos esos (no es que me agraden pero yo siempre creo que quienes tienen ese oficio tan feo de ser matarifes cuando menos deberían ser serios). Hace unos días escuché decir a dos personas de aspecto humilde que la epidemia de Chicungunya era un ataque químico que la Polar inoculaba virus en los paquetes de harina de maíz precocida para contaminar a toda la nación y así dañar el gobierno de Maduro, por supuesto en esa conversa no faltó la expresión “que bolas” y el otro le contestó “sí, es cierto, eso me lo dijo el camarada fulano quien es un tipo bastante [estudiado]” (que fue a la universidad)”, antes de decirles cuatro cosas francamente insultantes a esos dos individuos, me puse los audífonos y me fui caminando calle abajo escuchando los acordes de “Cerca de la revolución” del maestro Charly Garcia.

Las fabulas oficiales se pueden contar por cientos, desde aquella de “Vamos a ser potencia petrolera” en tiempos donde la comunidad internacional anda desesperada por generar energías alternativas de manera pública y notoria, cuando los esfuerzos de la petrolera nacional deberían estar encaminados a productos terminados que siempre generan más ganancias que el simple crudo, es más han vuelto nada la industria, tanto así que ahora compran petróleo ligero a terceros para no sé qué cosa, pero los justificadores ya se encontraron algún cuento y todos contentos.

Ahora confieso que debe ser  divertidísimo trabajar en esos equipos que arman los guiones, me los imagino como señores muy serios de traje y corbata, que en privado deben vivir una eterna fiesta de alcohol, pastillas, hongos alucinógenos y mucha película para poder fabular, estos a su vez tienen otros señores más serios aun a quienes les pasan mecanografiadas en máquinas de escribir (para evitar el espionaje telefónico) cualquier chorrada que se les ocurra para justificar cualquiera de sus (malos) inventos.

 A veces tengo la sensación que vivimos todos en un gran set de televisión donde se produce un “Reality Show” cuyos guiones son tan locos solo por causar un buen rating, mientras todos nos angustiamos por la situación, los televidentes de alguna otra dimensión se divierten un montón, ojalá algún día pueda tener un éxito de ventas en mis inventos escriturales que me permitan viajar y quien quita si pertenecer al equipo de fabuladores oficiales, por lo menos ganaría más que como profesor además que cuando el trabajo te divierte deja de ser trabajo para transformarse en una excelente manera de ganarte la vida sin esfuerzo.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback


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