Hace
unos meses se me dañaron los audífonos
de mi reproductor portátil, desde esa vez, el aparato está eternamente
conectado a un par de cornetas de mi PC y es lo único que medio adorna las
mañanas con música, lo único malo de eso es que me veo obligado a oír las
conversaciones estúpidas, sin el aliciente de desconectarme del universo entero
rock´roll mediante. Esta tarde, por ejemplo, iba en un bus camino a mi trabajo,
se sientan a mi lado dos señoras, una de ellas con por lo menos quince kilos de
más y todos agolpados en sus posaderas, razón por la cual iba yo empotrado
entre el costado de la dama y la ventana del bus, ambas señoras de más de
cuarenta iban conversando muy alegres, mientras se acomodaban solo sonreían,
inmediatamente después parloteaban de cualquier cosa, hasta que la dama que me
tenia emparedado dijo de manera muy audible, “fulana, menos mal que a la
reunión llego sutana, esa si sabe mucho, fíjate como dejó sin argumentos a los
sifrinitos escuálidos esos, les recordó que los gringos también tienen
violencia, bandas organizadas, muertos a granel, peor que en Venezuela, que
maravilla, ella es profesora de la Carabobo”.
En
ese momento me acordé de los consejos de mi amiga que es monja budista y como
el bus tenia aire acondicionado, me concentré en el frio que salía por los
conductos y miré el contraste con las aceras incendiadas del calor de las dos
de la tarde, aunque debo confesar que me mordí los labios para no gritarle
cuatro vainas a las señoras, no es muy elegante gritarle a las desconocidas,
por muy brutas que me parezcan , las formas toca mantenerlas por un asunto de
educación, así los otros no te reconozcan la delicadeza.
Vale
tener ideas, al final, todos tenemos cerebro y por ende es obligatorio crecer
con alguna corriente de pensamiento, inteligencia no es igual a conocimiento,
puedes leerte toda una biblioteca, conocer hasta cuantos pelos tiene en la cola
un murciélago de Birmania en periodo de apareamiento, sin embargo, paralelamente
puedes más bruto que perro enamorado. Tal es el caso de las damas que les
hablo, ellas estaban muy contentas porque alguien, en alguna parte, donde se
daba una discusión “puso en su sitio a los sifrinitos”, ahora digo yo, si ellas
fuesen realmente inteligentes, pensarían que, ciertamente en estados unidos hay
millones de locos, fanáticos a montón, asesinos en serie, racistas de todos los
colores, religiones de todos los tópicos posibles y hasta en algunos estados es
legal fumarse toda la marihuana posible y hasta los médicos la recetan para el
estrés, es verdad que por allá nada es perfecto, sin embargo si comparamos su
violencia con la nuestra, ellos son muchachitos de pecho, cualquier malandro
capitalino le daría la vuelta a esos de allá, ningún gringo tiene la cuarta
parte del adiestramiento de guerra que acá tenemos todos, es más, con todo y
sus locos ellos no tienen jamás la cuarta parte de los problemas sociales y
económicos que por acá sufrimos.
Lástima
que si de verdad habían “sifrinos escuálidos” en esa reunión, ninguno se
levantó y esgrimió algún argumento de peso, no es muy complicado, si comenzamos
por la tasa inflacionaria, el desempleo, el desabastecimiento, las políticas crediticias,
la inexistente devaluación y pare usted de contar las diferencias abismales
entre nuestro caótico país y la jaula inmensa de locos bajo control que tienen
en el norte de este continente. La indigestión por lo vacío de los argumentos
fascistoides de los de la otra orilla me asqueo tanto que recién ahora me
entero que no había almorzado ni desayunado.
La
verdad no soy proyanky, me aburre lo metódico de los tipos, donde hasta para
pasar coleo en un mac frito cualquiera hay un manual de procedimientos, eso sin
contar lo absurdo de muchas de sus leyes locales, hay estado donde no puedes
fumar en la acera y si por casualidad tu mujer te aburre con su cantaleta anti
tabaco (como he visto a muchas y no es mi caso afortunadamente), estás frito,
eso es solo un ejemplo. Aunque en honor a la verdad me gusta mi país, me
encanta que cuando hace frio nadie se congela, vivo a una hora del mar, tengo
en el camino una selva húmeda, al sur del país hay una inmensa selva con ríos como
mares, gasolina ultrabarata, pero aparte de eso, tengo inflación desmesurada,
escasez casi total, un sueldo que a fuerza de tigres extras puedo más o menos
balancear, ahora hasta una piche hamburguesa de macdonalds es un lujo, vajar en
el país un riesgo pues el hampa campea por todos lados, camina por las calles o
subirse a un bus o taxi es un asunto de heroísmo, tener un teléfono celular “inteligente”
raya en el masoquismo pues lo puedes perder a manos de cualquiera en cualquier
momento y de paso toca agradecer que no te maten. Por tanto y muy a mi pesar deberíamos
parecernos aunque sea en lo económico a los gringos, lo demás es paja seca.
Desde
mañana haré un esfuerzo en pro de mi salud mental y compraré audífonos nuevos,
dejaré de oír las sandeces de tanto pelafustán como yo pero que a fuerza de
costumbre piensa que la miseria es un logro re(in)volucionario, terminar con
ulcera gástrica por morderse los insultos ha de ser terrible y peor aún sin
plata ni medicinas para tratarlo, saludos desde mi esquina.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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