La
expresión “sentimiento agridulce” nunca ha sido tan real para mí como esta
noche, tengo tanta gente regada por el mundo, tantos amigos que no están, tanta
angustia de mañana que la verdad es complicado estar absolutamente feliz. Las próximas
48 horas serán un asunto difícil de
digerir para muchos, sabemos que a partir de este nuevo año tendremos papel higiénico
en vez de billetes en el banco, nuestro sueldo será más o menos barro que
tocará administrar a fin de lograr sobrevivir, quien sabe cuanta violencia hay
esperando explotar gracias a las gracias de una pandilla de inútiles malvados
cuyo sino es solamente ser una suerte de bacterias tragadores de dinero,
mientras los demás solo somos unos seres vivos ansiosos de vida.
Esta
noche ha sido de profundas reflexiones y quizás más dudas que otra cosa, hay
nuevos proyectos, la misma angustia del 2014 pero agravada por una pobreza aún
más difícil, sin embargo estamos forzados a resistir, a pensar, a construir y a
hacer resistencia contra la epidemia de imbecilidad supina que infecta las
calles de mi tierra.
Hoy
estoy triste por las sillas vacías, las almas sin esperanza, los hogares sin alegría,
pero estoy alegre pues mi familia y amores están cerca, completos y sanos, lo
otro pues es accesorio, a pesar de tener ya una botella de vodka en mi torrente
sanguíneo y a la espera de más, con la sombra terrible de la resaca matutina.
Creo que nos toca apretar los dientes (y algunas vísceras) para enfrentar el
alud que nos llega, la vida son dos días, los amores y afectos toca cuidarlos,
el alma alimentarla, mañana debe amanecer, todos disfrutemos la vida, para la
tristeza hay demasiado tiempo, en cambio la delgria nunca es muy duradera que
digamos.
Me
emborracharé, gritaré, besaré y de seguro lloraré por mi hija que no me abrazará
esta noche, mis hermanas y madre que beberán esta noche con sus hijos a la
sombra de una luna extranjera, mis amigotes que se fueron lejos, mis primos que
hablan inglés porque no tienen de otra en esa tierra, mis tíos que lloran no
estar con sus hijos, las familias con presos que piensan, los que tienen
muertos por culpa de aquellos imbéciles que no piensan si no en sí mismos, en
fin, los miles que no celebraran hoy, los millones que lloraremos mañana.
Cuando
amanezca seré feliz solo por estar vivo y amanecer en los brazos de la mujer
que amo, espero que todos tengan algo por lo cual celebrar, los que no pues mi
corazón los piensa, apenas amanezca vistámonos de valientes, la vida lo exige,
la patria lo necesita y el futuro nos lo preguntará, feliz año desde esta
esquina.
José
Ramón Briceño 2014
@jbdiwancomeback