Martes trece de cualquier mes entre el 2016 y el segundo año de la peste, Miguel confirmó que el tiempo es un asunto irrelevante, aunque las canas que tenía el día que encontró la respuesta reclamaban con gravedad los cuarenta y cinco que portaba, aunque se pretendía joven, el espejo le recordaba que era un calvo más de mediana edad que anda soñando con pajaritos preñados, princesas Leias con bikinis metálicos , franelitas de Vader y hasta un falso sable laser escondido bajo la cama, leyendo por igual tanto a Sagan como a Osho, encontrando posibles similitudes entre lo asegurado por gentes como el venerable Buda con artículos (nivel divulgación claro) sobre física cuántica publicados en cualquier portal, viviendo en un mundo donde encontrar la posibilidad de negar a dios sin negarlo realmente, había intuido que quizás hasta la falta de pruebas contundentes se puede considerar una especie de confirmación ya que si bien no está demostrada su existencia tampoco existen pruebas definitivas de lo contrario, no vaya a ser que al final el asunto fuese tal cal lo pintaban en el catecismo o que la señora del 4B (muy amiga de su madre) tenga razón y Cristo se aparece cualquier día de estos reclamando los derechos de autor por el nuevo testamento. Luego de tanto leer u buscar una respuesta termino por aceptar que creía firmemente en eso de que la realidad podía ser dislocada a conveniencia pero lamentablemente nadie sabía exactamente como.
Por supuesto , con todo
y su fama de bicho raro, Miguel había aprendido a disimular para poder encajar
dentro de los estrechos límites de su pequeño mundo , seguía empeñado en hacer
su búsqueda espiritual sin hacer mucho ruido, sacando el cuerpo a toda
discusión teosófica, había decidido (en pos de mantener el equilibrio
emocional) que si en principio, el
cristianismo es un bulo, cualquier discusión al respecto pierde total lógica, a
menos que lo hagan en sentido literario, tal cual se hace con la literatura griega
o latina, esa que le dicen tan Olímpicamente “mitología” sin caer en cuenta que
todo el andamiaje religioso actual bien puede catalogarse igual que a los
Griegos, según él, estar de acuerdo en estar en desacuerdo es ya un primer
acuerdo por lo que no hay necesidad de violencia , es culpa del Venerable Buda,
esa necia inquietud de todos por hacerse ver que tienen razón , es algo irrazonable,
pruebas de sobra hay de quienes han tenido la razón por mucho tiempo, hasta
premiados con un Nobel, lo que certifica la veracidad de su descubrimiento y
diez años más tarde viene otro y señala el error, por lo que aquella verdad
certificada pasa a ser un mal chiste del pasado, como si por ser del pasado
tengan la venia de poder estar
perdonados por bestias, Gengis Kan, quien asoló toda Europa no puede ser
venerado por asesino, pero esas son cosas sin importancia, lo importante es el
acá y el ahora, eso exasperaba a sus amigos pero todo se diluía en lo que
entendían que Miguel solamente se divertía incordiando por aburrimiento.
Entre las muchas cosas
que le hacían la vida pequeña eran los dramas de pobres, esa necesaria
obligación de trabajar para no tener que pedir limosna, así que se ocupaba de
sus problemas financieros haciendo malabarismos imposibles para medio
mantenerse a flote, en eso se cruzaron muchas lecturas, todas en función de que
Miguel encontrase la clave para lograr todo eso que según la física cuántica se
puede hacer , porque por muchos años le ha pedido cosas al doble cuántico y ese
al parecer le va tan bien que no da señales de vida (o tan mal que no puede ni
voltear) , hace los rituales del solsticio, tanto fue su empeño, que un día de
San Juan se quedó a dormir en la platabanda del edificio y a la mañana
siguiente la conserje llamó a la policía porque un gordo raro estaba durmiendo
desnudo en el techo, fue un problema mayúsculo hacer entender a la señora que
no era ningún sádico, que él solo buscaba la iluminación, tocaba estar expuesto a los elementos en el
momento justo en que el planeta cambiaba su posición estelar, esa noche había
recibido el influjo magnético de la pacha mama y en virtud de ello le tocaba
estar en contacto pleno con el universo que aquella ocasión mágica nos había
regalado con una súper luna, en ese instante la situación se puso álgida cuando
los agentes de la ley intervinieron parra esposarlo e inmovilizarlo antes que su delirio causara un accidente, el
asunto no pasó a mayores, su madre apareció en el momento justo e intervino explicando a los agentes que su
hijo sufría arrebatos por estrés postraumático, eso de ser tan pobre aun con
sueldo lo tenía devastado, aquella semana no había tomado la medicación porque
se pusieron muy caras las pastillas, pero que ya unos hermanos en USA habían
mandado el dinero y precisamente venia llegando de la farmacia cuando leyó el
escandalo dentro del grupo de WhatsApp, la conserje escribió describiendo la
situación ante la junta de condominio ahora en perenne sesión vía internet,
dejó las medicinas en casa y subió las escaleras hasta la azotea, también eso
incluía una explicación por su tardanza , que no volvería a ocurrir.