Siempre he pensado que en alguna parte ha de existir un manual para entender al mundo, estoy casi seguro de que está escondido a plena vista , es solo cuestión de abrir bien los ojos y estar atento a las señales para poder entrever una aproximación al futuro basándonos únicamente por las pautas de conducta de los generadores de opinión , eso abarca desde el cine hasta las redes sociales , pasando por esta suerte de inconciencia colectiva que parece estar empeñada en negar la posibilidad a cualquier otra forma de pensamiento que no sea la suya, de hecho , son tantas formas como religiones existen en el mundo , que ayuntado al asunto de creer que todos los demás están equivocados pues al final uno debe andar por la vida empeñado en no romper muchos vidrios en el camino , uno jamás sabe a quién ofende con su pensamiento.
Uno de los aparentes problemas básicos de la humanidad, está en
pensar que hay cosas que deben corregirse
a pesar de que todas las prueban arrojan que es una táctica equivocada,
como ejemplo tomemos la educación, que en Venezuela al menos ha sufrido múltiples trasformaciones desde el
año setenta del siglo pasado sin que pareciera haber existido éxito alguno, tal
es el caso de los últimos veinte años de educación para todos, libre y
revolucionaria. El punto perfecto para cualquier estudiante está en sentirse interesado
por los estudios, todos los que fuimos a la universidad recordamos esos años
como algo especial , creo que solamente
porque al fin te toca compartir cinco años con un grupo de gente que si está
interesada en aprender, hasta quien va obligado termina encontrando algo
interesante en la carrera, cosa diferente a todo lo anterior en materia
educativa, el problema es que a casi ningún niño le agrada la escuela, sin
embargo, cada vez que reviso cualquier bibliografía leo que existen muchísimos
hombres sabios que aprendieron a la mala, ahora que deberían ser felices todos
los niños, la educación está en el peor punto de su historia (al menos en
Venezuela), quien no me crea le invito a dar un paseo por la línea 2 del Metro
de Caracas, vean como la gente prefiere ahogarse de calor en el tren sin aire
acondicionado antes que abrir unas ventanas , lo peor es que todos se sienten
buenos ciudadanos por no abrir las putas ventanas para refrescar el ahogo del quinientas personas
apretujadas en los trenes, todo a pesar de que cada ventana tiene un rotulo en
color rojo que da instrucciones abrir las ventilas cuando tenga problemas de
aire acondicionado en vagón, es decir, el mismo metro te da permiso para abrir
las ventilas si no hay aire acondicionado pero como eres tan buen ciudadano ni
tan siquiera te das el trabajo de leer el rotulo y prefieres pasar las próximas
tres horas de tu vida ahogado, sudando como un cerdo, más deprimido ante tal
castigo que merece circulo propio, pero eres un excelente ciudadano como para
tener un simple acto de lucidez ante la desolación, eso indica necesariamente
un problema, tengo cuatro años viajando a diario y peleando con los buenos
ciudadanos, algunas veces encuentro un seguidor en el vagón, algo así como el
0,025% del vagón prefiere hacerse el loco o defender al ben ciudadano que
quiere ahogarse por convicción , menos del uno por ciento de los cincuenta o
sesenta pasajeros leyó el rotulo de la ventana, los demás ni siquiera hicieron
el esfuerzo.
A cada antropólogo, sociólogo, psicólogo
o psiquiatra que me lea, le ruego por favor hacer una evaluación del caso y
hacérmela llegar, prometo citarlos como parte del artículo que alguno de mis
otros amigos de la prensa digital tendrá a bien publicarme algún día , de otra
manera igual hasta me haré plataforma propia solo para insultarlos hasta que
por pura bronca alguien comience a tomar cartas en el asunto, el metro es una
metáfora absoluta del Venezuela , donde todos saben que la cosa cambió pero
están atados al paradigma de vida plena de aceptación de la desgracia como algo
natural , tal cual residentes del siglo
XIX, todos están empeñados en seguir dándose topes contra la misma pared, muy
pocos levantan la cabeza y encuentran acomodo , los demás siguen empeñados en
matar elefantes a cosquillas . el fenómeno de las ventanas del metro de Caracas
(linea2) muestra un retraso cognitivo
que deja boquiabierto a cualquier observador
avispado , la mínima expresión de rebeldía encarnada en hacer un acto
lógico (ventilar un encierro), que necesita solamente leer treinta palabras
impresas y acto seguido accionar una manivela, nada del otro jueves , algo tan
simple que ofende , que nadie se empeñe en eso indica algo desalentador, los
venezolanos nos hemos vuelto zombis , en serio, la tesis de la esquizofrenia
lenta comienza a tener sentido.
El hecho de que las universidades
venezolanas o sus profesores no se hubiesen organizado en una fundación al
menos y solicitado ayuda a cualquier empresa FinTech para instalar una universidad nueva, dejando las tradicionales
como los cascarones vacíos que ahora son, negociar con las autoridades
universitarias para que avalen a los docentes o los apoyen para conformar una
educación superior que quizás pueda patrocinar a la básica , creo que hasta
Google estaría feliz de escucharlos a menos, que prefieren seguir empeñados en
pelear con alguien que los desprecia de manera pública y notoria, desde hace
años la docencia es la cosa peor pagada de la historia, cualquier obrero gana
más que un doctor en educación, el hecho de que estos colegas no busquen
soluciones alejadas de la obtusa academia, da una tristeza enorme, así mismo
muchas soluciones simples son desechadas porque prefieren la porquería en la
que siguen medrando que trabajar en función de levantar cosas nuevas, si todos
renuncian al mismo tiempo, el patrono no tendrá más que sentarse a escuchar y
actuar en consecuencia, mientras existan gentes como los viajantes del metro la
educación venezolana seguirá en picada hasta volver a una suerte de periodo
feudal donde mandan los inteligentes y el resto mendiga.
La educación debería dar un par
de pasos atrás y reevaluarse, comenzar a exigir rigor intelectual desde el
primer grado, quizás formemos unas cuantas generaciones de niños con estrés
postraumático pero eso se cura con una pastilla, la estupidez es muchísimo
más costosa , el peor síntoma lo encarnan los viajeros
del metro, su propensión a ser buenos ciudadanos los delata.
José Ramón Briceño
29/03/2021