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domingo, mayo 10, 2015

Feliz día de las madres

El viernes hubo un homenaje a las madres en la escuela de mi hija, allí pude ver todo el abanico de madres que existen, desde las mujeres jóvenes con cara de aburrimiento, las abuelas felices de poder estar allí, las madres jóvenes y mayores llorando de la alegría al ver a sus hijas bailando, declamando y hasta diciendo chistes, que la verdad de no ser por el amor filial nadie se aguantaría cuatro horas de show infantil, pero el amor es así, embellece hasta lo más aburrido.

Las fechas institucionalizadas ciertamente exhalan un tufo a propuesta comercial que muchas veces molesta, sin embargo igual creo que debe haber un día dedicado a intentar compensar con algún homenaje a quienes tienen alguna función importante en nuestras vidas, las madres por supuesto tienen una importantísima función en la vida de todos.

Así la señora no exista ni haya existido pues te tuvo y te dejó abandonado. Cuando menos ella fue el vehículo para que puedas estar caminando por el mundo, en el mejor de los casos es la mujer que te ha empujado (literalmente en muchos casos) a hacer lo correcto, a graduarte en la universidad, a aprender a tratar a las mujeres, a ser mejor gente, a leer, a cocinar, en el caso de las mujeres sus madres son el espejo primario de donde aprenden el asunto tan complicado ese de ser mujeres.

De adultas, son abuelas que apoyan a los hijos para cuidar a los nietos, yo mismo fui criado por una señora atorrante, gritona, peleona, poco dada a los abrazos y amapuches pero que me defendió como leona es esa época tan extraña de la adolescencia y a quien para bien o para mal le debo mucho de lo que soy, a mi hija que lamentablemente no ha podido tener un hogar “normal” de papá, mamá y mascotas, ha tenido y tiene una relación excelente con su abuela.

Para mi este día no es muy alegre, mientras en la mayoría de las casas hay almuerzos o reuniones para visitar a las madres y abuelas de cada familia, en mi caso, mi abuela murió y la señora que me dio la vida vive en otro continente con otras preocupaciones. Se que por la situación de mi país en muchos hogares la alegría no va a existir, muchas madres lloran sus hijos muertos otras los hijos presos , muchas los hijos ausentes pues el éxodo los ha empujado fronteras afuera.

Sepan desde esta esquina, hoy hagan un esfuerzo, sonríanle a su madre, a la abuela, a la suegra y hasta la familia política, si no les agradan no importa hagan el esfuerzo y disfruten la familia solo hay algo peor que la familia y es no tenerla.
Feliz día de las madres.

José Ramón Briceño ,2015

@jbdiwancomeback


jueves, abril 17, 2014

Adiós a ese señor que ahora debe tener unas alas enormes

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Quizás nadie más que unos cuantos lean estas líneas, a pesar de la costumbre no me puedo contener y aprovecho este jueves de ocio para escribir mi más que notoria admiración por el escritor que pobló mi infancias con una abuela malvada que prostituía a su nieta por haberle quemado a casa, un señor muy anciano con unas alas enormes que me causaba pesadillas exóticas, un par de magos malvados cuyo nombre era igual al de un señor, que según mi abuela hipnotizaba gallinas y caimanes en la televisión cada domingo. Ya entrado en la adolescencia me sorprendió con una familia tan dispar como la mía, cuya vida parecía gemela a lo que mi abuela contaba en las noches antes de dormir sobre los aparecidos, fantasmas y locuras que han perseguido a ese reducto que yo llamaba familia, pero que vivió cien años en soledad acompañada, esa familia de apellido con sabor a mediodía de vacaciones que se apañaba de las tristezas tal como lo hacía con las alegrías, muy al estilo latinoamericano que nos es tan familiar por estas tierras.

Deslumbrado por Macondo me tropecé en la habitación de la abuela mítica un libro que me dio las primeras lecciones de amor, esas que solo hoy, a los cuarenta todavía me conmueven, a pesar de su asociación a eso tan eso como lo es el cólera, las decenas de relecturas me muestran un universo nuevo cuando le sumo las vivencias y  me esfuerzo en recrear el mítico rio magdalena tan diferente a los ríos de mi estado natal, tan lejos de los mares interiores  de los estados del extremo sur de mi país. Terminando el bachillerato me enseño sobre el laberinto que fue el periplo de un general que va de salida y que años después es parte de una tesis de grado que urge escribir a pesar de las turbulencias de la política y el sobresalto de vivir estos tiempos, que por cierto me recuerdan muchísimo a aquel patriarca cuyo otoño pleno de locuras parece revivir en cada tirano tropical.

En fin, con estas letras me despido del genio Colombiano que nos engañaba con sus letras desde donde disfrazaba tan bien el aspecto autobiográfico de quien creyó en la magia del sol del sur, el verdor de la selva, el ocre fresco de los ríos tropicales, las ciénagas espantosas que no parecen perder su encanto a pesar de las plagas, las locuras del poder omnímodo, los desaciertos de los vericuetos del corazón latinoamericano, espero de verdad que cuando me toque me lo tropiece junto a otros tantos, que en su cielo existan bares para conversar durante toda la eternidad sin que tenga que vivir sus cien años de soledad en ningún limbo no laberinto, no amores extraviados, que sea un anciano con unas alas enormes para  atenuar con las letras de su prosa la aburridísima soledad del cielo.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback


domingo, junio 23, 2013

Historias de lo que el viento nunca se llevó



Ramona y Josefina fueron dos hermanas, ellas llegaron a conocer bisnietos, tuvieron una vida bastante difícil, sin embargo, ambas, a su manera lograron sacar a sus respectivas familias adelante. Las dos tuvieron familias numerosas, creo que fue ese deseo de intentar darse lo que nunca tuvieron, una familia, pues muy niñas se encontraron en la orfandad y la subsiguiente pobreza, de esas que ahora dan en llamar pobreza extrema.
Nacieron casi que con el siglo XX, hijas de un señor bastante trabajador y de más de cuarenta años, que en los años 20 se consideraba caso un anciano venerable pues las esperanzas de vida eran creo de no más de 45 años, su madre pues era una bella joven, creo que cerca de los veinte años, de familia bastante acomodada, terratenientes y demás, sin embargo precisamente por ese encumbramiento rechazaron de plano esa unión entre su hija y el criollo, lo tildaban de negro y pobre, la gran vergüenza familiar, por tanto y fiel a sus bárbaras pero aceptadas costumbres, una vez que la joven se casó no solo dijeron que había muerto en extrañas circunstancias, también le rezaron novenario y hasta luto guardaron, muy ridículos esos tatarabuelos  además de perversos.
El asunto es que a los ocho años de haber nacido Ramona, nace Josefina, mientras la hermana menor venia en camino muere el padre, a los tres años muere la madre y no les quedó otro camino que ser criadas por unas piadosas y algo retorcidas señoritas viejas, dos hermanas que nunca se casaron y tomaron el camino de la beatitud para sobrevivir, quizás pensaron que al criar a esas dos huérfanas pagarían alguna suerte de Karma o un golpe de moralina obligaría a la familia materna o paterna de las huérfanas a darles una mano económicamente hablando, no era mucho pedir que las familias les procurasen alguna ayuda a ellas pues la sangre (en teoría) pesa más que el agua, sin embargo más pudieron los prejuicios de casta y el odio enconado que la virtud tan cristiana esa de ayudar al prójimo, más aun si son tu familia, sobre todo cuando las señoronas de tan rancia familia tenían hasta banco en la catedral de su ciudad natal.
Entre el hambre y los malos ratos pues de alguna manera contactaron a una hermana mayor que vivía en la capital, esta se las llevó a vivir con ella a su casa, en un barrio bastante pobre , aledaño al cementerio capitalino, el viejo claro, ese mismo que hoy día tiene tumbas hasta en los cerros que lo circundan y es una suerte de tierra de nadie donde ir a visitar a un deudo es toda una temeridad pues si no te asaltan, puedes quedar atrapado en alguna balacera o simplemente en algún entierro de los malandros capitalinos, ellos tienen unas costumbres  funerarias algo exóticas por decir lo menos y sería muy pavoroso encontrarse en uno por accidente pues de igual manera puedes terminar acompañando al deudo por obra de algún malhechor ebrio y drogado.
En fin, las niñas se hicieron mujeres, tuvieron hijos, conocieron aún más la ´pobreza y hasta de ciudad se mudaron, en esa última mudanza al final hicieron un hogar. Entre las penurias, los hijos de ambas familias terminaron de crecer, algunos estudiaron, las mujeres se casaron, formaron todos a su vez familias y cuarenta años después de haber nacido las señoras por fin conocieron la certidumbre de techo y comida a diario por obra y gracia del esfuerzo familiar.
Las historias entre el nacimiento de ellas y su muerte darían para cuando menos tres volúmenes, sin embargo el día de hoy no creo pertinente comenzar a hacerlo, quizás porque todavía tengo muchas lagunas y no creo les interese a mis lectores esos cuentos de vida, que por cierto tiene tintes surreales y hasta visos de novela de terror, seguramente en otra oportunidad les cuente algunos episodios.
Todo el cuento anterior viene a colación por algo que me está rondando hace años, la verdad lo he dicho en público pero siento la necesidad de dejarlo por escrito para desmentir parte de la tramoya socialista que muchos pendejos criollos e internacionales tienen pudriéndoles el cerebro, esa es la de que si naces pobre te jodes de por vida, que el imperio malvado con sus tintes capitalistas han hundido en la miseria a la gente haciéndoles creer en la entelequia del progreso, cuando la verdad es otra, esas historias de Josefina y Ramona se multiplican por miles en este, mi país (Venezuela) , las he visto en cientos de exitosos profesionales que hoy día viven cómodamente gracias al esfuerzo de aquellos que os trajeron al mundo, en bastantes de esos casos hablamos de esfuerzos continuados por décadas hasta lograr un estatus económico bastante holgado, cuando menos hasta hace unos años pues ahora en estos tiempos hasta los ricos de cuna se han vuelto más pobres y los otros pues ven mermado su esfuerzo por una caterva de malvivientes que han destrozado la economía de mi patria.
El cuento tiene varios años en bocas de los que creen a pies juntillas el cuento de la izquierda, sin embargo en estos últimos tiempos ha cobrado fuerza gracias a un estado que se empeña en hacerlo público, a unos cuantos pánfilos que reparten esa idea como si de una homilía se tratase, tanto es así que muchos universitarios contagiados con la gripe del socialismo se lo creen y hasta (imagino) disfrutan su miseria para regodearse en sus ideas políticamente absurdas, las mismas que hablan de que si eres pobre eres del pueblo si no pues eres un pedazo de burgués que casi mereces la muerte por que aún hay muchos pasando hambre gracias a tu necedad de querer vivir bien, no me jodan, se dicen ateos con su paja del marxismo científico pero usan tácticas que suenan a cristianismo de más básico y fanático pues inoculan el pecado original.
La razón de todo es simple, dan limosnas disfrazadas de “misiones”, a los pobres en vez de ayudarlos los empobrecen más alimentando el cuento de que jamás van a dejar el barrio y la mierda, pues ese es su destino y por formar parte del pueblo revolucionario les toca aguantárselo, mientras los del poder que son tan buenas personas se llenan de riquezas pues así evitan la propagación y ellos mismos purgan su condena de pecado original.
Si alguien inteligente y creo que en realidad casi todos los seres humanos lo son, no dejará de darme la razón, el esfuerzo, el estudio y la constancia son la vía del progreso. ¿Qué es el progreso?, bueno entre otras cosas es comer a diario, tener un estatus de vida cada día más alto, llevar a los hijos a las mejores escuelas y universidades, viajar aunque sea una vez al año a cualquier destino del mundo, es vivir en un sitio adonde las balas solo suenen en la tele y caminar las calles sea un ejercicio aeróbico y no un acto de valentía, es morirse de viejo en una cama rodeado de la familia, es ir al médico que te dé la gana o que puedas pagar con tu trabajo o mejor aún con tus ahorros de toda la vida pues en un país con futuro los ahorros no se deprecian, muy al contrario.
Eso que dije en el párrafo superior a cuantos les sucederá en mi país, seguramente a muy poquitos, no es que nadie trabaje es que las políticas gubernamentales de los últimos catorce años han ido en ese sentido y en especial en lo que va de este año han empeorado pues van para la cuarta devaluación, las calles siguen igual de peligrosas, no por las manifestaciones, lo son por el malandraje desatado en todo el territorio nacional-
Qué lástima que tantos se hallan doblegado al control estatal, que tantos sueños de muchos se pierdan por la torpeza y la estupidez zoocialista, muchos de los descendientes de familias como las de Josefina y Ramina hoy están fuera de sus patrias donde cuando menos pueden tener aspiraciones que tuvieron sus abuelos. Hoy no escribo ficción, Josefina fue mi abuela, quien por cierto me crio , al parecer hizo un buen trabajo, hoy día escribo esto no solo como un homenaje a ella, mi abuela, también para todas las familias que a fuerza de ganas han echado hacia adelante desde la pobreza hasta la comodidad, también como una manera de denunciar ante los ojos del mundo la falacia esa de que si naces pobre te mueres pobre, se puede cambiar, se debe cambiar y una de las cosas por las que toca empezar a cambiar es acabar con la patraña zoocialista que está envenenado mi patria.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback





miércoles, mayo 16, 2012

Un sentido homenaje

Sé, que ningún familiar del maestro Carlos Fuentes lo leerá, realmente nunca lo ví ni de cerca, solamente leí algunos de sus libros y me entristece que otro genio se vaya para otro sitio desde donde nunca más escribirá nada, ojalá allá adonde se halla ido encuentre su ciudad más transparente, igual pero diferente a la que dejó, que se encuentre con su compadre Artemio e intercambien ideas, que reciba a los que se van por aquello de la ley de vida y que cuando me toque a mi, me lo encuentre y pueda presentarme a los que se fueron, para que la eternidad cuando menos sea entretenida en medio de la bohemia de quienes, ya muertos, no tienen limites pues nunca más podrán morir