La RAE define esperanza como “Estado del ánimo en el
cual se nos presenta como posible lo que deseamos.” esta frase realmente
especifica lo que se siente o se desea expresar cuando hablamos de ella, sin
embargo cada día es más escasa por estos lados del planeta (Venezuela), me
explico, aunque en las pasadas elecciones ganó quien ya sabemos, la verdad en
mi ciudad cuando menos no hubo grandes festejos por ese triunfo, no sabremos
nunca nada sobre la verdad de lo que sucedió, otras veces hemos visto grandes
aglomeraciones de partidarios festejando la victoria pero esta vez no se sintió
gran euforia, cuatro gatos en las esquinas celebraban pero sin mucho animo
valga acotar.
Cuando me despierto lo primero que hago es encender
el computador, revisar las redes sociales y después los periódicos, es mucho
más sencillo que salir a comprar la prensa y más barato también, pero ni allí
se ven grandes demostraciones de esa esperanza (el las redes digo), en la
prensa menos, no hay espacio para las buenas noticias o es que simplemente no
existen en esta suerte de inframundo en el que nos tocó en suerte vivir, no
digo que nadie la tenga pero al parecer son tan pocos que no hacen mucho ruido
como para hacerse sentir. Otras de esas noticias tristes que no alumbran si no
que ensombrecen el panorama político al menos, es la gran cantidad de
deserciones que hay del bando opositor hacia el oficialista, no se quienes son
peores, si los que brincan la talanquera o quienes los reciben del otro lado,
pues el mensaje es que con plata se compran conciencias y al parecer toda esa
plata que no veo ellos la reparten a manos llenas entre los políticos menos
serios del planeta, además quiere decir que la época de las ideologías y de el
pensamiento critico está eclipsada por el Bolivar, no el de la fabula
gobiernera y que ahora tiene nuevo rostro, es por aquel que nació débil y en
estos momentos sigue en agonía constante.
Todos los días hay alguna manifestación callejera
por alguna promesa incumplida, los hospitales rebosan de enfermos esperando
turno para ser operados, en esos mismos centros de salud quienes deben ser
intervenidos y necesitan alguna prótesis o de esas cosas que tienen tornillos y
placas pues si no tienen la fuerte cantidad de dinero que cuesta no pueden ser
operados ya que esos centros de salud no tienen
esos insumos, es decir, están jodidos. Si andamos en bus como nos
corresponde a los peatones por necesidad, en cualquier ruta somos abordados por toda una
corte de milagros que mendigan, venden , cantan, muestran sus intestinos sin
bolsas (colostomías) y hasta amenazan con poses de recién salidos de cárceles o
simplemente por malandros, los buhoneros asaltan aceras y calles del centro de
la ciudad, no hay sitio en el que no halla alguien pidiendo para comer, en fin
la desesperanza y la miseria rondan como un fantasma pertinaz que no sabe de
titulares o de ministros que hablan de recuperación económica o de misiones
milagrosas que al parecer perviven más por la propaganda oficial que por la
realidad.
Ni que decir de los emprendedores, los bancos del
estado o privados no le prestan dinero a nadie para proyectos que no estén respaldados
por un fiador o por bienes embargables, entonces pues el emprender se hace más
cuesta arriba. Si lo prestan es para ser un poco menos que buhonero y dudo
mucho que esa seas la meta de nadie que medianamente piense más allá del pan
diario.
A pesar de ser un país con unas supuestas reservas
internacionales altísimas, ya tenemos más de 10 años con control de cambio,
mientras el dólar oficial está en 4.30 Bolívares, el negro (innombrable según la
ley) ya va por 17, Cadivi todo un drama, ustedes dirán por que nos interesa el dólar
si vivimos con nuestra moneda, la respuesta es simple, no producimos un carajo
y todo es importado por tanto pagamos con un bolívar traducido a dólar, por lo
general todos los aparatos que usamos desde la computadora hasta el celular,
incluyendo ropa, línea blanca y demás maravillas de nuestro tiempo son
importadas y por cierto para muchas no hay cadivi que valga y por tanto toca
pagar a dólar negro, más jodidos y esa esperanza de la que hablo se desdibuja
en una mueca de angustia al pensar en la avalancha del año que viene, en pensar
que haremos con nuestros hijos, nuestras casa , coño el futuro que se desdibuja
cada momento cuan mancha gris en el pensamiento.
Quizás hablo desde mi preocupación por estos meses
sin empleo, por esta navidad que se asoma trágica y con un niño Jesús de muy
complicada existencia, menos mal que tengo un solo hijo de otra mínimo me
hubiese metido a mendigo por decir lo menos. Se supone que esta época es de
paz, amor, armonía y de renovación, pero la verdad no lo veo así, seria
interesante que hubiese cifras sobre el suicidio en este país y así constatar
que la desesperanza solo es una vil manipulación de mi cerebro deprimido por
las angustias.
Ojalá esta nube gris que veo tapando el azul de mi
cielo tropical se desvanezca y la navidad sea lo alegre que recuerdo prometía
alguna vez, que la esperanza renazca como un ave fénix, pero desde estas líneas
no puedo ser más incrédulo y me resignaré a pensar que la sonrisa de mi hija es
la medida de esa esperanza que tanto busco pero que no encuentro.
José Ramón Briceño Diwan, 2012