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miércoles, julio 18, 2018

Una de Romanos


Critica introductoria a una de las grandes taras intelectuales del  siglo XXI 


Los Romanos se dejaban crecer la barba como una señal externa de luto, así le decían al mundo que tenían alguna pena que les embargaba, de resto hacían lo imposible por andar barbilampiños todo el tiempo, en este siglo XXI me ha dado por pensar que debió haber sido terrible afeitarse con navaja a diario, si uno tiene su maquina de ultima tecnología y se queja de la cara ardida , de no tener la loción para después del afeitado y demás cosas, por suerte la moda ha venido a salvar la cosa, así uno se puede dar el lujo de andar barbado sin que nadie piense que carga alguna pena a cuestas sin hablar de que cuando menos una que otra señora de buen ver lo mira a uno bonito.

Tengo más de cuarenta años , ya caso cerca de la cincuentena así que me ha dado por meterme en temas más o menos escabrosos por el mero gusto de andar pensando, uno de ellos (aunque a decir verdad es desde siempre) es el de pretender burlarme del mundo, qui´zas por eso he dejado crecer mi barba en reiteradas ocasiones aprovechando que es lo único abundante que me queda pues ya soy casi calvo. En este caso mi “pena” podria achacarse a lo extraño que se hay vuelto el mundo y a mi reciente renuncia a lo que hasta hace poco fue mi fuente de sustento como lo fue la docencia, las razones son muchas pero entre todas y para no ponerme trágico con eso de los malos sueldos y las nulas aspiraciones de mejorar mediante el estudio de mi area de conocimiento digamos que he perdido totalmente la rendija de paciencia que me quedaba y me niego totalmente a ser un cómplice más de la degradación global.

No piensen que hablo en contra de nungún estilo de vida o posición política, más bien es por la blandengeria absoluta que se sufre en todo el mundo, ahora debes medirte de lo que dices pues alguien puede sentirse agredido por tu opinión, lo jóvenes no pueden salir aplazados (en educación básica al menos) pues sus “debiles” mentes se sentirán agredidas y les puedes crear un profundo daño psicológico impidiendoles el correcto desarrollo emocional, la verdad me harté de ser complice de tanta pendejada (perdón por la palabrota pero no encuentro  otro adjetivo más contundente) pedagógica con la que TODOS están contaminados.
Creo de manera firme que el mundo es un sitio bastante injusto, veamoslo de esta forma, la cosa más terrorifica a la que todos nos enfrentamos es la muerte, no importa cuanto te cuides pues igual te mueres, he ahí el primer sintoma de que el mundo es injusto, si a ver vamos casi nadie es totalmente felíz, ¿los actores millonarios y sin aparentes problemas se suicidan que quedara para los simples mortales que se pelean por pagar las cuentas a fin de mes? así que ya desde ahí vamos complicados.
 ¿Qué cosa es esa de que los niños no pueden perder? ¿Qué la competitividad es mala? ¿Qué el conocimiento no puede ser evaluado?, acaso en la “vida real” cuando el jefe ve que no sirves ¿te manda una tarea distinta para no despedirte del empleo? , si no estudias lo suficiente ni te preparas ¿alguien ta va a pagar un buen sueldo? Además ¿quieres vivir holgado y llegar a viejo sin hacer nada?, si logran hilar posibles escenarios donde esas preguntas no choquen con la realidad por favor escribanlo en los comentarios, aprender algo nuevo jamás está demás pero en este caso dudo que pase, sin embargo la falibilidad de mi intelecto hace bastante factible un suceso así.

 Veo mal el futuro cuando hay todo un entramado pedagógico construido para formar idiotas desde temprana edad, pleno de aparentes buenas intenciones pero que en veza de ayudar a impulsar un país, sacar a la gente de la pobreza, reducir la distancia entre los distintos estratos económicos en realidad están planteando lo opuesto pues sólo los hijos de padres que se preocupan y exigen a los maestros que a su vez obliguen a los niños a estudiar en forma son quienes heredarán la tierra, los demás si acaso obreros malpagados y muertos de hambre esperando migajas que el gobierno de turno tenga a bien regalarles.

El momento en que caí en cuenta que he perdido casi toda la simpatía por  la profesión docente, una tarde cuando la directora de un liceo donde (obligado por la circunstancia económica) trabajé por muy corto tiempo me conminó que no le contase a los alumnos sobre becas o posibilidades de estudios superiores pues difícilmente ellos saldrían del barrio, la verdad casi me dio un infarto de la bronca y no me pude contener diciéndole cuatro cosas a la señora con lo que por supuesto me gané no sólo su antipatía si no también la de los colegas a quienes al parecer tampoco les agrada mucho que se les cuestione su dócil metodología de la nada intelectual, al poco tiempo me despidieron cosa que agradecí.

Aun me dejo crecer la barba de vez en cuando como una protesta silente contra muchas cosas que me desagradan, quizás también suma la preocupación por ese cáncer de ignorancia que ha invadido los espacios educativos bajo el mal disfraz de humanismo, asunto que no preludia nada bueno en los países donde esa corriente educativa gane espacios , se seguirán fabricando idiotas como carne de feria electorera y los afortunados serán los de siempre, que espanto eso de que quienes se supone sean los buenos terminen siendo los peores. Por el momento no uso barba pues sufro un coletazo de la crisis de los cuarenta y la barba ya casi blanca de tanta cana no colabora en eso de meterse el embuste de que aun no se es tan viejo, sin embargo , los barbados deberíamos ser más , no por moda si no por la tristeza de vivir en estos tiempos llenos de buenas intenciones que al final son realmente las peores como sucede con casi todas las cosas traídas de los pelos que estas nuevas generaciones de dolorosas contemporáneas dejan bastante claro cada día por todos los medios posibles y a las que la alharaca mediática les da un inmerecido espacio en el ideario colectivo.
José Ramón Briceño, 2018
@jbdiwancomeback