De
la profesión docente debo decir que lo mejor son las vacaciones, la verdad los
profesores tenemos más vacaciones que todos en el mundo, sin embargo, en este
país uno le tiene algo de pánico a tener vacaciones, ¿las razones? , dos meses
sin nada más que hacer que ver películas quemadas, de esas que vende el amigo
de la esquina, aunque uno sepa que está haciendo mal pues en ese mercado pirata
no gana nadie más que el vendedor, cosa mala para todo el esfuerzo que cuesta
hacer una película.
No
se espanten por favor, ni se imaginen que (en mi caso) no se hace nada más, es
que el sueldo no da para más, es que a veces ni para la quincena misma, entre
alquileres y deudas devenidas por el vivir mismo, de esas básicas se va
integro, toca buscar otras cosas para medio hacer un mercado de combate,
¿cenas, aniversarios, cumpleaños, reuniones, fiestas, regalos? ¿viajes?, nada
de eso, será una suerte tener para algo más que para medio comer con cierto
decoro, sin sucumbir a ese terrible habito de muchos de comer arepas dos veces
al día y al mediodía una pasta con alguna cosa, de modo tal que las proteínas duren
hasta la próxima compra .
Estoy
pensando en las vacaciones próximas, acabo de llegar de dictar unas clases para
lograr ese redondeo de quincena, debo contarles que estoy al borde de un
ataque, entre rabia e impotencia, da bronca pasar unos años en una universidad
en el pregrado, hacer posgrado, haberse ganado espacios privilegiados en los círculos
artísticos nacionales y el sueldo que devengas sea menor que el del amigo de
las películas, ese pana, facineroso por el oficio de la piratería , gana más
que un docente titular.
Mi
imaginación siempre alerta, está confabulándose con mi cerebro a ver si me
convence de viajar estas vacaciones, llevar a mi familia a algún paraje
paradisiaco donde comer, pasear, hacer fotos, tomarnos unas copas y olvidarnos
de la rutina de los días hábiles. Le grito (mentalmente claro) a mi cerebro que
me deje en paz, que no se puede, que la plata no alcanza, que los tigres son
para el mercado y algunas otras cosas, el bono vacacional se irá en útiles y uniformes,
que no veo la manera de hacer más dinero sin que roce la ilegalidad.
El
cerebro se mofa y me hace sentir un perdedor, en su furia por sentirse ignorado
me hace ver que tampoco puedo comprar zapatos y que este vodka no es ruso, es
hecho en Barquisimeto estado Lara, que el ruso cuesta la mitad de mi sueldo
mensual. Caigo en la trampa y me deprimo, sin embargo, con los restos del
orgullo lo mando al carajo y le prometo más libros usados para leer en mi
chinchorro, el me vuelve a recordar que necesitamos pintar y reparar el anexo,
me deprimo de nuevo.
En
ese tira y encoge, aparece en el chat de Facebook un amigo que vive en las
montañas de Mérida, le cuento mi problema, él me dice que no me preocupe, en
una semana vendrá a mi ciudad a visitar a una familia y me va a traer un
remedio para mi depresión y que me permitirá viajar lejos, sin gastar medio,
sin andar asustado por el hampa, sin CADIVI, colas en el aeropuerto, requisas
infamantes, pasajes aéreos. Eso fue el viernes por la noche.
Esta
mañana me ha llamado el primo de ese amigo y me dijo que el vio anoche la
conversa en mi muro y decidió traerme un adelanto de lo prometido, llegó
temprano y me lo dejó sin explicación alguna, solo una hoja de papel impresa
con lo que parecían ser unas instrucciones de uso. Dentro del paquete hay un
frasco, donde se ven unas hojuelas gruesas, parecen esas cosas que les dicen
orejones de durazno pero de un tono más ocre, lo abro y tiene un olor extraño,
en ese momento encendí mi computadora y resulta que el amigo de las montañas
está en línea, le comento lo que me trajo el primo, el amigo se ríe con
emoticones y me dice que son hongos mágicos, de esos que dan alucinaciones.
Mientras
esto escribo ya he preparado a receta para viajar sin moverme, mientras sea
gratis y no pretenda que tengo que pagarle será una bendición, escapar a todo
este desbarajuste por un rato también. Disculpen la cosa pero es que de tanta
patria se ha logrado que una alucinación vulgar y silvestre sea más entretenida
que esta árida realidad de tanto idiota común y silvestre destrozando mi país
con sus arengas, mentiras, inflación, delincuencia, pobreza además del muy largo
etecetera de calamidades que han matado mi quincena.
José
Ramón Briceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback
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