Hay gente que uno admira, unos están vivos, otros pues se fueron hace tiempo, la admiración no conoce ni fronteras ni tiempo, solo basta saber que esa gente admirada tuvo mil contratiempos, cientos de derrotas en la vía y al final, aun contra la incomprensión de la mayoría dejaron su impronta en la historia del mundo conocido, hay otros cuyas acciones son de menor alcance sin embargo no por eso son menos héroes. Actualmente la maquinaria mediática impulsa héroes falsos, omiten información y ven sus barbaridades como hechos fantásticos según la intención del “promotor” , tal como sucede con muchos facinerosos de fusil al hombro que luego de cientos de muertos en su haber y otros miles por su influencia, sin razón, con el dudoso honor de una ideología mil veces demostrada su inutilidad.
Todavía recuerdo a mi abuelo comentando con orgullo que un antepasado suyo fue un prócer de la independencia, un general de apellido Briceño que por las montañas andinas sembró el terror e hizo su parte por la guerra espantosa aquella de la independencia, fue amigo de Bolívar, aunque murió en los primeros años de la guerra (1813) era tan bravo que todavía se le recuerda, sin embargo, en mi caso sus hazañas de sangre y machete no me entusiasman mucho, la verdad cuando crecí e investigué sobre ese teórico ancestro me dio algo de espanto saber que en los genes hay algo de ese instinto, sin embargo uno ve su biografía y obviando la parte de la sangre, el hecho de que en el siglo XIX se haya recibido de abogado, con muchos títulos y algo de fortuna prefiriera salir a dejar la vida por los caminos y montes, da que pensar, de paso cuenta la historia que cuando lo atrapan y lo van a fusilar, los mandó directamente al carajo y pidió que se realizara pronto la sentencia pues ya no soportaba el asco de seguir viendo a esos tiranos gobernando, uno quisiera ser así, valiente hasta el final, sin mirar atrás y fiel a las ideas libertarias, vale la pena admirar y seguir pensando en la posibilidad de que sea un ancestro así sea mentira, hay mentiras que calman, mientras no hagan daño pues se vale creerlas.
Hoy me he despertado pensando en eso, y me da la impresión de que a la gente se le ha olvidado eso de la admiración, a parte claro del culto a la personalidad y la ridiculez política, esa de ser fanático de tal o cual personaje porque el tal partido así lo obligan, además de sentirse políticamente correcto, una suerte de admiración vacía pues cuando se admira por obligación termina por ser algo ridículo.
Nos hemos olvidado como grupo de los héroes del siglo XXI, en las calles se siente más que la gente se vuelve loca por lady gaga que por saber los milagros de Jacinto Convit, el estado impulsa más la locura esta de tener estatuas de gentuza como el tal tirofijo, el che, fidel , chavez y otros más en vez de todos esos prohombres que se atravesaron en nuestra historia reciente. Los partidos opositores se empeñan en esa nada histórica y parecen haberse olvidado de la generación del 28 permitiendo así que se “pierdan” en la memoria nombres como Romulo Betancourt, Jovito Villalba, el Maestro Prieto, José Rafael Pocaterra, Andres Eloy Blanco entre otros tantos que la historia oficial ha ido dejando en el olvido y cuya impronta merece ser recordada, en muchos casos imitados por estos tiempos en los que vivimos. Me es difícil y hasta algo incómodo que en estos últimos tiempos sea más importante para la gente la vida y milagros de diosa canales que el desastre que nos tiene sometidos esta economía de guerra que con sus muertos y todo nos tiene al filo de la locura. Que no existe ningún líder que aglutine sus esfuerzos en boicotear esta locura de colas y hambre, que nadie levante la voz más allá de las redes sociales para denunciar efectivamente lo que pasa.
Me enfurece que los “lideres” opositores locales y regionales aparenten tener el coeficiente intelectual de un motorizado borracho en plena vía pública (iguales a los oficialistas), no es que uno pida que se acerquen a un Uslar Pietri pero por lo menos que tengan argumentos más allá de lo básico, no entiendo que ha pasado en nuestro país con la inteligencia, si es cierto, muchos se han ido, pero no puedo creer que la gente se gradúe en la universidad y siga siendo tan lógico como un muchachito recién salido del liceo. Créanme, esto que digo acá también lo he dicho en público, más de un candidato local me tiene ojeriza y los partidos no en mucha estima, así que ojalá me lean otros que si sepan de que hablo.
Este año nuevo de luchas y protestas, tengo la esperanza de que más de un político me lea y reflexione, que la gente en sus casas desempolven los libros de historia, en caso de no tenerlos usen a Wikipedia que de algo sirve, los que aspiran a líderes que les salga pelo en el pecho y las mujeres que al parecer son más bravas que muchos hombres den el ejemplo, la lucha política debe ir en muchos frentes aparte del virtual. Boicoteemos las colas para la leche, la harina, la carne y otras cosas, hagamos publica la inoperatividad de las instituciones gubernamentales, seamos un emulo de los héroes desaparecidos, apoyemos a esos otros héroes, los invisibles, esos que día a día trabajan y se matan por dos lochas pero que por su compromiso ayudan al país, como los maestros, profesores, médicos, bomberos, (algunos) policías, escritores, periodistas, científicos, ecologistas, escritores, artistas, emprendedores, activistas sociales y todos esos que a pesar de las dificultades, la intolerancia, la incomprensión y la falta de apoyo siguen allí, haciendo un país de a poquito, sin las estridencias de quienes sin hacer nada tienen mucho centimetraje y pixeles solo para hacernos olvidar que alguna vez fuimos un país pujante y no esta tragicomedia que hemts terminado por vivir a diario.
José Ramón Briceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback
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| Foto: José Ramón Briceño,2013 |
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