Pandemia, vocablo que procede del griego pandêmon nosêma, de παν (pan = todo) + δήμος (demos = pueblo) + nosêma (= enfermedad), expresión que significa enfermedad de todo un pueblo es la afectación de una enfermedad infecciosa de los humanos a lo largo de un área geográficamente extensa
Uno de mis entretenimientos favoritos es el de conocer sobre las teorías conspirativas, son tantas y tan variadas que jamás te dejan mal si de no aburrirse se trata, por fortuna existe youtube donde abundan toda clase de locas teorías, algunas con fundamentos bastante lógicos , otros por el contrario son tan traídas de los pelos que dan risa en vez de preocupación. Gracias a ese “deporte” personal me he permitido establecer algunas bastante particulares, sin embargo hay una en especial que me aterra pues no hay modo alguno de saber quien es el anormal, yo que me quejo o el mundo que va en su camino natural.
Tengo tiempo pensando en muchas cosas, lo usual es que uno siempre valore en base a la percepción del entorno, sin embargo en este punto específico me he detenido por varios años hasta tener una aproximación más amplia a la raíz de lo que me incomoda a fin de poder hacer una critica en ese sentido sin caer en el lugar común de casi todos los que me rodean, el principal freno para dar rienda suelta a mis ideas es lastimar susceptibilidades , no me parece elegante insultar de gratis a tanta gente y en estos tiempos donde la solidaridad es un bien incalculablemente valioso menos aun. muchas veces insultar a unos cuantos significará caer en desgracia, Internet hace posible que cualquier cosa se viralice y así eso no suceda cuando menos se que me leerán unas cuantas centenas de personas que en el mejor de los casos serán muchas maldiciones, asunto que jamás caen bien.
El asunto es tan evidente que tengo casi la certeza que es ignorado sólo como un acto de civismo por parte de las brillantes mentes de este mundo pues me cuesta creer que no se hallan dado cuenta. Es un fenómeno que tiene milenios y del cual han sacado provecho millones de seres humanos alrededor del mundo desde tiempos inmemoriales, para hacerlo un poco menos lejanos, bastese ver el desarrollo de la historia para constatar como afecta a la humanidad eso y de cuan valioso es ese recurso para la política, la industria del entretenimiento, la religión, los negocios internacionales y hasta la industria publicitaria que en suma mueven más del 90% de la economía mundial pues todos se soportan entre si y se apoyan aun cuando lo niegan.
De hecho la tecnología con la excusa (más que plausible) de hacernos la vida más simple está colaborando de múltiples formas a que los seres humanos caigamos victimas cómodas del mal global, así mismo quienes no tienen un mínimo de educación formal son naturales portadores del mal aunque igualmente encontramos seres con estudios de doctorado (hasta en áreas científicas) cuyo cerebro en realidad no sirve para mucho más que hacer ciertos cálculos específicos, las universidades y las escuelas (muchas veces) fungen como entes fabricadores, multiplicadores o generadores de cepas altamente virulentas destinadas a contagiar de dudosa sabiduría inflexible, que está basada en textos sacralizados que no aceptan más discusión que la alabanza inmediata sin que le sea posible la más mínima critica formal lo que de alguna manera menos evidente también resulta ser parte del mismo veneno que comparten las masas.
Los militares, políticos, altos sacerdotes de todas las religiones , magnates mediáticos y hasta los vendedores de juguetes son los mayores (más no los únicos) beneficiarios de que el virus letal siga su largo camino de contagiados. No es un mal novedoso pues está descrito con mucho detalle en millones de publicaciones, cada día cientos (si no millones) de medios de comunicación lo nombran de miles de formas, las televisoras lo reseñan, el 98% de la programación de todos los medios está diseñada para ser popular entre los contagiados y como ese mal no conoce estrato social ni estatus económico pues mueve cientos de millardos por segundo que los avispados comerciantes no pueden dejar pasar, los políticos por ningún motivo dejarán olvidado a ese inmenso cumulo de humanos, los religiosos menos aun .
Los ejércitos están plenos de contagiados pues son de fácil adoctrinamiento pero como asunto curioso es que hay muchísimas victimas de aquel virus que ignorantes de su condición asumen posiciones de superioridad moral, intelectual, emocional , de genero , política, alimenticia, sexual y pare usted de contar con cuantas cosas la gente se puede sentir superior .
El virus no está diagnosticado o cuando menos nadie lo ha dicho en ninguna palestra , no se toma en cuenta en ningún programa educativo así lo nieguen el asunto es masivo y altamente infeccioso, en los antiguos códices del priorato de Sión , el gran maestre Philippe Druón quien fungió como fundador del primer ejercito de los caballeros templarios lo definió como el “Mal de Stultus”, que resultó ser la base fundamental de la formula por la cual le arrebataron el poder a la iglesia católica por unos cuantos años, a pesar de la distancia tiempo/espacio he caído en cuenta que aún está vigente ese principio y que el fulano mal, no sólo sigue presente, ahora se ha potenciado con increible fuerza, diversificándose más allá de sus raíces originarias. Este mal que bien podría ser traducido como el sindrome del estúpido es una constante en este siglo XXI. Si no me creen, miren con atención las noticias, como se matan por ideas religiosas de las que al final nadie sabe a ciencia cierta nada, si es posible que unas fulanas como las Kardashian sean noticia es un signo de que el mundo no está nada bien, la política es un asunto de tal ruindad que ofrece pocas esperanzas para el futuro de la humanidad , los fanáticos que deberían ser menos cada día son más a pesar de que hay toneladas de información gratuita disponible, en fin, describir con detalle cuantos signos hay de que la estupidez ha contagiado a todas las masas humanas dejando tan pocos sensatos que somos invisibles exigiría (por decir poco) algo más de un tratado que nadie leerá pues siempre será más fácil ver una película o creer en lo que otros dicen que leer.
La peor parte es que quizás sea uno de los infectados y esté escribiendo esto como parte de un delirio febril mezclado con alguna otra patología no descrita por la ciencia convencional.
José Ramón Briceño, 2018
@jbdiwancomeback
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