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jueves, febrero 20, 2014

Propongo


Propongo

Anoche fui espectador de una batalla campal, desde tempranas horas del día se siente en mi ciudad la inminencia de una hecatombe que no termina de llegar, los comercios cierran temprano, los supermercados están a reventar de gente haciendo compras  nerviosas, toda la ciudad se interrumpe en un aliento de angustia al caer la tarde. Sin embargo, fuera de las zonas de influencia de las barricadas, todo sigue igual, la gente de los barrios en las puertas de sus casas, los comercios abiertos, la cosa está de lo más normal, tras la barrera de esa otra dimensión que presuponen las barricadas, los muchachos, la policía, los disparos, las piedras, el miedo y la adrenalina.
No entiendo a este país, todo el mundo se queja, pocos hacen, los otros se asustan, se encierran, ignoran y hasta se dejan convencer con la resignación, ya no discuto, la impotencia es mucha y peligrosa para la salud y la libertad individual, todavía hay viejos que con su verbo supuestamente sabio piden fusilamiento para los revoltosos, en su ceguera senil ven como si la revuelta fuese el problema y no la consecuencia de tanto desastre, imagino que son muy sanos, el gobierno a lo mejor le regala motos a nietos e hijos, les dio trabajo, quien sabe, pero de verdad me  incomoda oir a la gente hablando de muerte como si de una película de  acción se tratase, donde los muertos se levantan después de cada toma y se van a tomar café o al bar al final del día.
Eso no es así, los muertos se van al cementerio, se quedan en el corazón de sus deudos pero jamás vuelven, deben ir ya más de 26 mil muertos entre el año pasado y lo que va de este, así que eso de asquearse de venezolanos matando venezolanos ya no tiene sentido, desde hace años está pasando, la única diferencia es que ahora son patrocinados por el estado y hasta consolidados por los cubanos. Los medios de comunicación nacionales siguen ciegos, la “justicia” se ha quitado la venda y está vendida a una parcialidad política, plena de imbéciles que secundados por otros han destruido nuestra nación, la ausencia de cosas para vivir es notoria, no se puede esconder, la pobreza es alarmante, hasta los que tienen empleos sobreviven como menestrales por obra y gracia de una devaluación galopante, ya nadie puede negar que estamos jodidos, creo que es momento de dejarnos de pajas sentimentalistas, de miedos, de resignaciones, abandonar la comodidad del Facebook y el tuiter, salir a la calle, eso sí, de manera civilizada, ridiculizando a esa autoridad prepotente y obtusa que a lomo de moto ç, patrullas, balas, bombas lacrimógenas, celdas y poder anda matando, encarcelando, silenciando, lastimando y hasta disparando a lo loco pues no entienden que la gente anda arrecha, creo que es hora de demostrarlo.
Anoche vi familias enteras en las, gente con sus ollas haciendo presencia y ruido en las aceras, barricadas con desechos, la ciudad sitiada, el aire impregnado a lágrimas producidas por nubes de intolerancia, mucha rabia, pero nada de la presencia organizada, metódica, esa sabiduría de la conspiración que les hace falta a los estudiantes y que se, muchos la tienen.
Si estamos molestos es momento de gritarlo, escribirlo, publicarlo y hasta volverlo papel y pintas en las paredes, estoy seguro que màs de una asociación de vecinos, junta de edificio, gente de a pie, serán capaces de donar sus paredes para tal fin, a quienes tienen impresoras en sus casa distribuyan panfletos, asì sea en papel reciclado, los adultos hagan presencia, no le dejen todo a los muchachos que ellos serán las víctimas y todos tenemos hijos, sobrinos, primos y hasta cuñados que proteger, entonces los mayores usen su autoridad de ancianos, impónganse en las calles que ningún vándalo de verde se atreverá a hacerles lo que le hacen a los muchachos, padres y demás adultos acompáñenlos, nietos, sobrinos, cuñados, primos, hermanos y cualquiera con salud para correr y gritar hagan acto de presencia con sus familiares, claro, si no están dispuestos a la carrera y el miedo de enfrentar a los bichejos verdes, sus símiles azules y a los malandros de rojo que día a día siguen acabando con mi patria, saludos desde mi esquina.
Josè Ramòn Briceño Diwan,2014
@jbdiwancomeback
@neurocaotico

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