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lunes, febrero 03, 2014

Dándole vueltas al tema del “cupo”



Enero no tiene 30 días, como nos engaña el almanaque, debe tener alrededor de unos sesenta  como lo resienten la billetera y la cuenta bancaria de muchos, no es asunto de los gastos de navidad, en el caso de quienes pretendemos sobrevivir a punta de tigres o trabajos a destajo, ya que realmente no hay tigres en la selva de concreto, todos los ha acabado la situación precaria del ciudadano común.

El comentario general es “que bolas lo que hicieron con el cupo viajero” “¿Cómo haremos ahora para ahorrar en dólares?” “¿Qué pasará con la cuenta en Panamá con que se presume ahorramos para la vejez?”, la verdad, aunque son preguntas válidas yo creo que no son las indicadas.

Puedo pensar con cierta tristeza que me quiero ir del país, la experiencia me dice que solo lo debo hacer si aparece un empleador dispuesto a darme un trabajo con futuro, a mis cuarenta años es complicado aventurarse a hacer “cualquier cosa, lo que salga” , también pienso que quiero viajar y conocer, cosa cada día más lejos por aquello de las fulanas divisas, su costo y ahora la complicación de la ausencia de aerolíneas a precios accesibles aunque sea en temporada baja, me da tristeza saber que mi hija no pueda conocer otras culturas solo porque una sarta de imbéciles ha decidido con premeditación, alevosía, mala fe y una dudosa ideología, que el país debe ser una versión suramericana de cualquier republíquela africana, de esas donde cualquier tipo con sueldo de más de 100$ es el millonario de la cuadra y los demás pues, comen lo que se les atraviese , donde cualquier migaja se acepta como dadiva , la envidia cunde por las calles, transformándose en plomo y acero.

Volviendo al tema de los cupos, es verdad que no son un regalo, que eso uno lo paga, en muchos casos con sacrificio, en otros más cómodos, pero igual es el dinero bien habido el que paga eso, no un estado forajido que los regala, tal como hacen ver con su discurso para retrasados mentales, pues solo ellos son los que se lo creen, claro, no estoy hablando de gente con problemas mentales de nacimiento, son esos otros inoculados con el virus del fecaloma mental que ahora abunda y que, al parecer, les provoca una profunda militancia entre las filas del “oficialismo rebuznante”.

Lo que me preocupa es lo que no dicen pues se supone que el dólar preferencial, el de 6.3 es para cosas prioritarias para el país. Los años y las acciones han dejado bien claro que las prioridades del estado no son las mismas de los individuos, no solo de caraotas vive el hombre y menos en la actualidad donde la tecnología, la medicina y hasta los medios de transporte forman parte intrínseca de la vida diaria, cualquier variación en sus precios tienen efecto directo en los costos de caminar por ahí.

Los comerciantes, vituperados, escupidos y hasta malditos por muchos no son los reales culpables de todos los males, tal  como hacen ver por todos los medios este estado, en su mayoría son gente honrada que viven gracias a la ley de la oferta y la demanda, si un distribuidor le vende a un alto precio, no pueden vender por debajo de este, sobre todo si por casualidad toca reponer inventarios y las ventas no alcanzan para un margen de ganancia que permita mantener los costos operativos , dejar algo para repartirse al cierre del año fiscal, la culpa es de una manga de estúpidos (perdón, ya lo dije, pero es que es un pensamiento recurrente) que mantienen la economía por debajo de la normalidad, donde lo normal es la inflación desaforada sin que nadie pueda hacer nada y cada acción del estado que dice intentar mejorarla, la empeora .

La culpa no es del cupo viajero, es de los viajeros que andan sin cupo, pero con mucho efectivo, de las transnacionales que se instalaron para beneplácito de los jerarcas en desventaja para con la nación, es en ese regalar el país a cuotas del que tanto protestaron y hoy siguen haciéndolo con más impunidad que el del sueño más loco de un adeco ochentoso, pero ahora se visten de rojo y son escoltados por malandros a lomo de moto, mientras nosotros vivimos encerrados por nuestra propia mano, sin mirar el futuro, deprimidos, desmotivados y con unos líderes de la oposición que dejan mucho que desear, al garete y soñando siempre con un empleo en otro país donde la vida sea un valor, el trabajo intelectual no sea visto como un pasatiempo para “ricos”, la vida se transforme en una vitrina de futuro y no ésta nada de esperar a que “algo pase” para poder respirar en paz en una patria de verdad, no esta ópera bufa con tintes de tragedia griega en que se ha convertido mi Venezuela.
José Ramón Briceño 2014
@jbdiwancomeback





1 comentario:

Unknown dijo...

MUY BUENO, MUCHA RAZON