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lunes, febrero 10, 2014

La culpa es de la vaca

La verdad estos tempos lo hacen a uno más incrédulo de lo normal, no hay explicación plausible para tanto desbarajuste, ese eterno “NO HAY” ya no está en los límites de la dimensión de la normalidad, no es que no crea que no hay nada, es que la excusa para esa ausencia es una grosería. Vamos por partes, se habla de una guerra económica, feroz y malvada, pero nadie habla de que han devaluado ya tantas veces que no me acuerdo, que todas las semanas la moneda local pierde terreno frente al dólar encareciendo todo hasta niveles históricamente absurdos.

Tuve la oportunidad de salir del país el año pasado, allí en donde vivía conocí a muchos ingenieros expdevesa que trabajaban para la industria petrolera, unos con muchos años retirados de Venezuela, otros de reciente salida, todos coincidían en decir que lo que se reporta como producción petrolera no es cierto, que de los tanto barriles reportados son solo la mitad los que se extraen para la venta, he allí un elemento que no hace cuadrar las cuentas, como esa industria petrolera es el principal ingreso del país ya vamos mal, de paso las refinerías que funcionaban ya no lo hacen y las pocas que quedan están a media máquina, no sé si por imbecilidad de sus gerencias o por  maldad de estos ya que prefieren que el petróleo se procese en sus refinerías y así les ganan algo, perdón, es tiene como aire de danzón cubano. Para terminar de matar esas cuentas tenemos el trueque absurdo, ¿Qué es eso de cambiar petróleo por caraotas?, por pantalones, arroz, café, azúcar o cualquier otra cosa que antes acá se producía, ¿no les parece un asco la cosa?, con lo que vale el petróleo a nivel internacional eso da ganancia para comprar y hasta tener vuelto, pero prefieren creerse esa paja de hacer trueque así pierda el país, así perdamos todos, ¿eso no será traición a la patria por casualidad? .

Hace poco menos de nueve años hubo una escasez de leche en polvo, quienes somos padres la conocimos, hasta pagamos de más solo para tener el producto en casa a fin de dar tetero a los hijos, desde que tengo memoria eso de la escasez fue algo relativamente cíclico, pero al cabo de poco tiempo volvía a estar en los anaqueles, eso sí, sin colas ni esperas de horas, sin listas, sin peleas, todo normal como cuando éramos gente en este país.

Cuando uno busca respuestas en los entes que deberían tenerla, solo se encuentra con frases hechas tipo “tenemos patria”, el problema es que nadie tiene respuestas, solo se asoman soluciones estúpidas como la del gallinero en el balcón, cultivos organoponicos, la culpa es de la guerra económica, el contrabando, el capitalismo salvaje, el odio de la oligarquía burguesa, los pajaritos místicos, los raspacupos, los “escuálidos”, la logia de los magios , los masones, las vacas locas y hasta de la llama  violeta, jamás de quienes en su excesivamente limitada inteligencia han destrozado lo poco que siempre tuvimos.

Hemos visto desde nuestras esquinas el deterioro constante de nuestra calidad de vida, seguramente mis lectores de fuera del país habrán recibido más de una solicitud de cosas para alguien, desde medicinas sin recetas, calzado deportivo hasta juguetes para los niños, ¿la razón? No hay, lo que hay está a precios impagables, pero preguntamos y nos dicen que volvamos al gurufio, la perinola, el trompo y el Papagayo , en estos tiempos de vida digital es como volver a la edad de piedra. Ya olvidé la última vez que le pude comprar a mi hija algunos dulces como la Nutella por ejemplo, esa no solo desapareció, es que ahora está a precio de oro, literalmente hablando, un envase de 150 gramos cuesta 700 bolívares, la leche condensada no existe y la última que vi costaba 400 bolívares la latica.

Todos los días me entero de alguien que acaba de perder su empleo, cerró su negocio, está a punto de cerrar, hay terror en su mirada, tristeza en su andar, han envejecido siglos en solo meses, nadie los ayuda, simplemente se quedaran sin el negocio y les tocará inventar alguna cosa para sobrevivir, no estoy hablando de grandes potentados, son gente que comenzó desde abajo, tienen negocios modestos pero como todos los insumos y productos son importados pues no pueden. En el caso de los grandes, mucha gente quedará sin empleo, no se quien les va a dar empleo, imagínense, entre Polar, Chrisler, Toyota, EPA, MAKRO, solo por nombrar algunos de los grandes que ya anunciaron su cese de operaciones. Se oye a algún imbécil decir que esos son oligarcas desgraciados que no pierden nada, pongamos que los dueños no pierden nada, igual si les da más ganancia irse que mantenerse, bien para ellos, perdiendo ganan, pero, ¿y los empleados y obreros? ¿Qué harán sus familias? ¿Dónde conseguirán otro empleo que les pague y les de los mismos beneficios?.

Vuelvo a intentar ver la verdad en los artículos de prensa, en las declaraciones del presidenta, las de los ministros, pero de antemano sé que son falsedades, nunca se ajustan a la realidad, las contrasto con mi billetera, con la de mi novia, los amigos, la calle, los centros comerciales, las zonas industriales, los precios de lo poco que queda y no encuentro otra explicación más allá de que nos mienten descaradamente, de que hemos vuelto al oscurantismo, que la violencia ganará y de que me voy a la calle a protestar, con la esperanza de volver a creer que tenemos futuro.

José Ramón Briceño, 2014


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