La semana pasada, paseándome por Twitter, me sorprendí con
un post de alguien que protestaba por que todos los días escuchaba a alguien
maldiciendo a los chavistas, el como buen oficialista se ofendía pues asumía el
asunto como cosa personal y a su vez devolvía la maldición a los opositores con
el sucesivo mantra ese de “no volverán”.
En ese momento me provocó responder ese tuiteo con otro un
poco más contundente que le refutase lo que decía o cuando menos le ilustrase
el porqué de la maldición generalizada a los chavistas por parte de los
opositores, la verdad no lo hice por dos razones, la primera pues 140
caracteres son muy poquitos para lo que quiero decir y la segunda es que me
parece de muy mal gusto andar insultando por esta vía y en ese momento me provocó,
sin embargo mejor que no lo hice pues me da chance para explayarme por acá hoy.
Usualmente procuro no responder lo que los oficialistas
postean pues los que veo en mis redes son usualmente amigos de años pues de
otra no hay razón para tener que leer las barbaridades y pendejadas que a
diario escriben y a los panas se les acepta como son (si son realmente panas)
de otra no lo son tanto y se eliminan. Sin anestesia para que no halla resentimiento,
pero pese a mi negativa mejor lo escribo por acá y me descargo completo. Toca estar
claro en que muchos panas de esos que expresan su fanatismo y amor por el
muerto o por el puesto no tienen
injerencia alguna en las políticas públicas y por tanto se sienten libres
de toda culpa, pero la verdad es que son tan culpables los unos como los otros,
los del gobierno ´por aplicar todas sus burradas magistralmente orquestadas
para ellos ganar y TODOS los demás perder y los fanáticos por ser cómplices,
justificadores y aguantadores de todas sus vagabunderías.
Quizás si fuesen observadores objetivos y se pusieran serios
con el tema político haciendo acto de critica cuando sea pertinente, esa visión
de cómplices comprometidos cambiaria un poco, sin embargo no es así, las
razones de eso son muchas, unos por sus anhelo de justicia social y algo de fantasía
infantil pues con todo lo que en estos años ha pasado sabemos que la cosa al
parecer no da para más, otros por defender su espacio de trabajo, bien sea por
que están bajo la mirada vigilante de los jefes y secuaces de la revolución y ven
peligrando su quincena pues reconocen que sin el asunto político de sumisión no
van a encontrar ningún empleo que les pague ni cerca de lo que cobran, además
el poder y la chapa son buenos incentivos a su mirar, los menos pues son
aquellos que buscan desesperadamente un espacio político que conquistar para
lograr un buen empleo o cuando menos un empleo que les pague algo más allá de
la beca o de la fantasía de un crédito para trabajar.
Seguramente hay más ejemplos y explicaciones pero por el
momento voy a dejarlo de ese tamaño, el país está dividido, aunque con todo
este desbarajuste de las elecciones trucadas se descubre que al parecer está menos
dividida de lo que pensaba, sin embargo los fanáticos aún son muchos, en este
país de solo cuarenta millones de habitantes cuatro millones son un bulto
bastante grande de gente y si a eso le sumamos los miles que andan armados para
“defender la revolución” pues la cosa toma otro cariz, sin embargo cada día es
más notoria la fuerza que pierden, ellos se retroalimentan sus mentiras y se
las creen sin verificar, se han inventado su panteón místico de enemigos
invisibles con cineastas que son unos altos espías internacionales,
contingentes enteros de mercenarios viajando por la selva cuya misión es la de
matar al presidente, autogolpes en la asamblea nacional con golpes físicos incluidos
Además de orgullo patrio desbordado por sus medios de comunicación haciendo apología
de su valor al golpear mujeres, eso señores debería ser vetado por todos.
Pero los oficialistas lo celebran, hombres y mujeres, es más
hasta las mujeres que conozco, de esas que han luchado por el lenguaje de género
y se suponen súper feministas aplauden a los diputados que golpearon a Maria
Corina y sentencian que se lo tenía merecido por ser una cochina apátrida de
mierda/llena de odio contra los pobres/burguesita desgraciada que no entiende
que la revolución es de puro amor pero armada.
Coño, eso sorprende, lo que no tiene sorpresa alguna es que
los opositores odien a los chavistas, no tanto por lo que hacen, es por lo que
tenemos que pasar todos con el día a día, la escases, el miedo a la
delincuencia que aun anda libre y feliz, el altísimo costo de la vida, las
medicinas que no se encuentran, los repuestos de los vehículos que son misión imposible,
la educación que no va muy bien que digamos, los sueldos de muchos que no
alcanzan más que para fantasear el cómo sería tener un sueldo que alcance, los
empleos que no son cosa sencilla en estos días , la devaluación continuada de
nuestra moneda y de paso la persecución política que muchos sufren, unos en
silencio y otros a gritos, todo eso implica un gran descontento y a falta de oportunidades
para gritarlo a la cara de los responsables pues lo cómplices aplican.
No creo en el insulto como forma de expresión, sin embargo
cuando ya no queda más que expresar el descontento hay quienes se acogen a su
libertad individual y la emprenden con los cómplices y señores la expresión más
genuina de la complicidad está en las acciones de los oficialistas, quienes
entre otras cosas jamás osan criticar ninguna de las barbaridades cometidas,
prefieren aguantar callados, imagino que su bronca la gritaran con la sordina
de su almohada para que nadie se entere que ellos están tan jodidos como todos,
no creo que nadie sea feliz entre tanta peladera de bola, no me entra en la
cabeza que alguien pueda convalidar los hechos de corrupción, las promesas
incumplidas, los cientos de millones de dólares perdidos mientras que en la calle
hay cada día más mendigos, en los hospitales menos cosas, en las tiendas menos
comida, en las cuentas bancarias ya ni los intereses se acumulan pues son
espacios de paso para el dinero pues no creo que ya nadie ahorre, para que si a
fin de mes ya ese dinero vale la mitad que cuando lo depositaste, la verdad yo
creo9 en la inteligencia aunque las pruebas me indiquen lo contrario, la próxima
vez, amigo chavista que escuche a un ciudadano maldecir a los oficialistas con
la saña de costumbre, haga un arqueo de los males del país e intente ponerse en
el lugar del que maldice, a lo mejor le encuentra una razón válida y quizás
hasta lo embargue la vergüenza pues el cómplice es tan culpable como el reo, lo
que pasa es que en esta nació los criminales están en el poder y por ser jueces
y partes se reparten mientras los otros vivimos presos entre los barrotes de
nuestras casas no vaya a ser que alguno se antoje y hasta allí la historia para
uno, tal y como les pasa a los miles que se mudan a las morgues cada mes.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback
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