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miércoles, enero 09, 2013

Notas desde el reino de Oz y los monos voladores


Hace días hablaba, mejor dicho, escribía sobre el reino de Oz y sus monos voladores, ojo lo de monos no tiene ninguna connotación racista ni mucho menos, simplemente eran los esbirros de la bruja malvada , quienes eran los encargados de ejecutar su voluntad, aunque en esta historia no hay bruja malvada que de las ordenes, más bien hay una suerte de asociación de nigromantes rojos que desde un aforo público, llamado Asamblea Nacional, desde donde ordenan la vida del país, pues su Rey anda perdido en un limbo (inventado claro) del cual nadie sabe nada a ciencia cierta.
En las redes sociales hay una guerra abierta entre tirios y troyanos, en las calles hay una tensión palpable, nadie sabe nada, unos pues defienden a sus ideales socialistas sin importar cuan traídos de los pelos son estos, además que carajo importa la constitución, allí ni siquiera dice que el presidente ha de estar sano cuando menos para gobernar, ni exige lugar específico para su juramentación, Venezuela es la tierra de lo posible realmente, acá pasa cualquier vaina y nadie se asombra, los que tienen el poder inventan lo que sea y a punta de amenazas o de leguleyerias que ellos solitos se creen se la clavan al país.
Al igual que los monos voladores del cuento, no piensan ni razonan con el cerebro, ellos son obediencia ciega y pura, las cosas importantes son minucias, lo importante es el poder, la fantasía del mesías vestido de verde con franelita roja bajo la guerrera militar, el aló presidente de los domingos y la marcha ocasional con motivo del festejo del nacimiento de la mamá del barbero del nieto del primo de Simón Bolívar, o el de la graduación de bachiller del Che, solo faltó el descaro de hacer un desfile en honor a la revolución cubana.
Nunca en la historia patria, que de por sí ha estado llena de tipos “Revolucionarios” que cometieron cualquier cantidad de fechorías bajo el amparo del poder, desde saqueo indiscriminado hasta la confección de constituciones a la medida, pasando por la desaparición o presidio de los que le hacían oposición. Sin embargo eran hombres de pelo en el pecho que sin andar haciendo alarde de nada echaron plomo y machete en los montes, ganaron batallas de verdad, no amenazaban por gusto y sus medallas (aunque muchas burdas) fueron ganadas a sangre y plomo, como corresponde a un verdadero militar.
No estas pantomimas que, como decía Bakunin, al final no son más que payasos con los cuales nadie se mete por andar armados y con poder, aquí los militares se ganan la gloria ganando batallas de oficina y aire acondicionado en horario de oficina , los ascensos de teniente para arriba se los deben a un asunto político más que a labores reales. Esos mismos militares que están en las fronteras por castigo, que hacen tratos con las guerrillas (o forman una según se pregunte) que hacen tráfico de drogas y cuanta vaina se pueda vender, claro todos no son, pero si le sumamos a todo eso, la traición continuada y sostenida a la patria al aceptar subordinarse a una nación extranjera como Cuba, no podemos pensar que realmente son gente con honor, no señor. Seguramente algún chavista me leerá en algún momento y dirá que los apátridas apoyan al imperio y otras sandeces, pero ciertamente en otros tiempos los milicos del llamado imperio no ordenaban nada en el país, quien sabe que hacían, pero ellos no eran quienes dictaban las pautas del estado, ni compraron a 20 años el petróleo nacional (tal como lo hicieron con los Chinos), hipotecando mi país hasta más allá de lo posible.
Quienes son los apátridas, aquellos que elegimos seguir nuestro camino sin injerencia extranjera o aquellos que con premeditación, alevosía y más pena que gloria han vendido y rendido nuestro país a ¿potencias? Extranjeras, no sé, pero la verdad es que estos monos voladores deben tener alas de acero para mantener ese ritmo entre la Habana y Caracas, o Taipéi y Ccs, mucho mérito han de tener para soportar tales viajes casi a diario.
Ahora  con el rey muerto nadie sabe que hacer, lo importante es mantener al presidente en la silla así sea a punta de cinta plástica, en Oz era una bruja, acá son dos realmente, son hermanos y usan barba, se llaman Fidel y Raúl, esos mismos son quienes gobiernan a través de los corifeos del agonizante y nosotros pues terminamos como en la película, esperando que se aparezca Doroty acompañada del león Cobarde, el Hombre de Hojalata y el espantapájaros para que nos liberen de la carga dejada por los monos voladores y su emperador, larga espera por cierto y aunque digan que el tiempo de dios es perfecto, recordemos que él tiene la eternidad, nosotros apenas dos días.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback


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