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viernes, mayo 27, 2022

El Caobo el apocalipsis (Viruela de mono)

 



El  rio Las Delicias va fluyendo engañosamente transparente, todos los habitantes de aquella zona ven con cierta tristeza la falsa limpieza del agua que corre desde las montañas solo para fundirse con la inmensa cloaca del lago de Valencia, eso exactamente va pensando Juan mientras bebe unos tercios muy fríos para celebrar que había terminado su última novela, un drama interdimensional cuyo único aporte al género fue la invención de una máquina que generaba campos vibratorios de cualidad específica, sus personajes no viajaban a la misma velocidad de la luz, la cabalgaban haciendo que solo necesitase de esa energía libre y al alcance para explorar la galaxia sin el incordio de la necedad técnica necesaria para poder hacer un relato creíble, inventada esa máquina el trabajo de la necesaria tragedia era cuestión de oficio, había revolucionado el campo de la narrativa contemporánea al adicionar la respuesta perfecta para ampliar el horizonte de todo ejercicio narrativo permitiendo que los personajes sean de cualquier parte, poniendo al alcance de la imaginación todo el macro universo siempre en expansión.

Esa tarde celebraba que su novela por fin había encontrado editor, un triunfo dado todo el esfuerzo empleado en su escritura , rara vez se consigue gente dispuesta a invertir tiempo y conocimiento en la obra de un tercero, por lo general era un gasto imposible, sin embargo aquella mañana había enviado el email que estaba seguro cambiaría su vida, brindis iban y venían al igual que los asistentes al improvisado festejo, entre una cerveza y otra iban desfilando todos los amigos que en igual  andaban dando vueltas por ahí buscando alguna fiesta de la cual colgarse , compraban su cerveza y al comprobar que la cosa no les agradaba se despedían, así pasaron las horas diurnas, cierran la licorería y Juan se va caminando a  casa, con la casa a solo seis cuadras podía despejaba un poco la alegría etílica sobrante , cada amigo toma un rumbo distinto, a pesar de la soledad de las calles Juan tenía tantos años viviendo en aquella zona que los malandros ya no  molestaban, razón por la cual va tranquilo y sin sobresaltos pensando en el sanduche que  comerá antes de dormir, soñaba con una hogaza de pan italiano relleno de milanesa de pollo frita previamente rehogada en una pasta de mostaza , ajo y sal , pensaba como iba a picar el pan, calentarlo ligeramente y mientras el pollo se freía  cortaría finas rodajas de tomate y hojas de lechuga para acompañar el plato, de repente y sin venir a cuento del otro lado del rio , en la orilla derecha, entre el follaje que lo cubre, salta una chispa amarilla que enciende una esfera incandescente que sin causar incendio deja un redondel de ceniza en todo el perímetro de su circunferencia, como si Terminator mismo hubiese llegado del futuro.


 

Por costumbre todos los venezolanos saben distinguir las posibles causas de cualquier sonido en la calle, tanto más cuando se trata de explosiones pues en eso te puede ir la vida, si confundes petardos con disparos mal la puedes pasar si atraviesas una balacera, cosa no muy complicada en cualquier barriada y (el barrio) La Cooperativa no es la excepción, en el caso de Juan también está entre su catálogo el de las explosiones eléctricas, cualquier zumbido, cable caído, chisporroteo o las tan normales explosiones por sobrecarga de los transformadores eléctricos lo mantienen en alerta constante, su electro fobia así lo dictamina, precisamente aquel destello con la consecuente pirotecnia lo dejó de piedra, las fobias son cosas difíciles, ante explosiones de balas lo único que se puede hacer es correr en dirección inversa a todo lo que tus piernas den y si por casualidad no queda de otra tirarse al piso, pero en aquel caso (aunque la lógica decía que debía correr) era incierto el protocolo así que se quedó petrificado, de la humareda salió una mujer joven que más tarde aclaró era su bisnieta , venía del año 2143, decía provenir de la luna de Marte donde reside su familia desde el 2050 cuando su abuela, la famoso Físico Miranda Briceño hizo su última migración, en la Luna se hizo con esposo, hijos y nietas con las que años más tarde volvió a mudarse para otro planeta donde la cosa fuese menos complicada, aunque en pleno 2022 ya nada lo sorprendía tuvo que sentarse en la acera para no desmayarse, no todos los días pasaban cosas de ese tenor, de hecho hasta el instante en que aparece la autoproclamada bisnieta, una mujer de aproximadamente metro ochenta, ojos negros, tez blanca, cabello castaño claro y una eterna expresión huraña que le recordaba a sí mismo , hasta ese instante pensó que alguien lo había drogado para robarle el teléfono, pero no, la presencia era muy real.

Sin dar tiempo a que Juan se repusiera, la mujer coloca un brazalete en la muñeca derecha del su bisabuelo, sin perder tiempo lo toma por las sienes y mirándolo a los ojos le pide que respire profundo, cuenta cinco inspiraciones y a la sexta el mundo desparece, en el mismo tiempo en que espabilaba de la sorpresa ya se encontraba en una habitación, fría y sin muebles, era un cuarto pequeño, alfombrado de arriba abajo, casi parecía una celda de manicomio, más tarde supo que se llamaba “cuarto de reentrada” una habitación acolchada que recibía a los viajeros novatos (él lo era)  que volvían tele transportados para evitar que  se lastimasen. Con el susto a medio camino entre perder el control del esfínter y asumir que la droga era tan potente que estaba en medio de una alucinación (o brote psicótico, no importa) por lo que haciendo acopio de todo el aprendizaje, recordó a su abuela que le decía que las pesadillas dejaban de serlo en lo que asumías que era un sueño, con ese recuerdo se restableció la “cordura”, al final en los sueños nunca pasa nada, horas más tarde se despertaría en algún hospital cuando el efecto de la burundanga pase.

Haciendo gran esfuerzo se levantó del piso, quedando sentado en medio de aquella minúscula sala forrada en espuma gris, al momento se encendió una luz y se abre la puerta, vuelve la misma mujer que decía ser su bisnieta, esta vez traía una taza donde humeaba algo cuyo aroma denunciaba como café. Sin levantarse recibió su brebaje que anunciaba un oasis de paz en medio de aquel barullo, mientras sorbía tragos medidos de la infusión, se sorprendió de lo bien que sabía, la mujer sonriendo decía que así le gustaba a ella también, herencia de la abuela Miranda que todos los días se regalaba con una taza extra grande mientras invariablemente hablaba de su papá hacía rato muerto en el olvido de la vejez, Juan, aparentemente concentrado en su café comienza a llorar quedo, para aquel momento tenía seis años que no sabía nada de su hija quien se había ido al exilio junto a su madre , por alguna razón aquella niña se había negado a seguir hablándole tan siquiera por teléfono, esta aventura extraña que estaba viviendo le estaba sacando cosas del subconsciente, para dejarse llevar por su fantasía psicótica se largo a llorar, su hija lo recordaba , eso era lo importante.

El llanto quedo de los adultos que no pueden llorar en público quedó asordinado por el abrazo de la muchacha, bisabuelo y bisnieta quedaron abrazados por lo que pareció mucho tiempo, hasta que Juan pudo guardar la compostura y se deshizo del abrazo para levantarse, aun gimoteando por la emoción mantuvo el tipo mientras era escoltado hacia otra dependencia, resultó estar en una sala cualquiera con dos butacas, una mesa con tres sillas, un mueble con muchas puertas para guardar cosas y una pequeña cocina terrestre, cero tecnología de punta, apenas una computadora portátil que asemejaba un Mac book del año 2008 que reposaba junto a algo que parecía ser la cocina, por las ventanas se veía el paisaje de la selva del Henry Pittier con el mar de fondo, como si se hubiese abierto la tierra para permitir ver la costa desde la carretera a Choroní, Juan ve a la muchacha quien enseguida explica que las ventanas son en realidad monitores desde donde se maneja la nave, acercándose a la computadora ordena en voz alta a Siri dejar que se vea el exterior de la nave, estaban en alguna parte más allá de la luna, la tierra se veía minúscula en comparación a la luna, como Juan andaba en modo psicótico (pretendido) solo se limitó a sonreírse lamentando además su falta de imaginación, la tal nave espacial parecía la casa de su abuela Marina en las montañas de los altos mirandinos, el detalle de la carretera y la selva húmeda inexistente no parecía convencerlo, total estaban en un sueño y ahí todo es problema del subconsciente, así que no había complicación , todo es efecto de una muy grotesca traba causada por el malintencionado que seguro ya le ha robado el teléfono y la billetera, ojala deje la cedula para poder ser reconocido por las autoridades que lo lleven al hospital, se ríe sin motivo mientras la mujer lo ve atónita, ella pensaba que aquel hombre de la antigüedad se burlaba de su realidad pensando que estaba en un mal viaje alucinógeno causado por un hipotético ladrón que le untó burundanga en la piel antes de robarlo.

Mientras el hombre murmuraba protestas quejándose de su poca imaginación la mujer habla fuerte, exige atención, Juan comenzó a sentirse extrañamente feliz, sonrió a la mujer y poco a poco fue hablando en murmullos hasta quedarse en silencio mirando fijamente a la muchacha que tenía al frente.

Ahora hablaremos en serio, puse unas gotas de ArepaWeed® en el café con lo que ya te relajaras lo suficiente como para asumir que nuestra conversación es algo absolutamente normal, me llamo Maya soy tu bisnieta que ha vuelto del futuro para darte una mano con mi abuela que hasta su muerte estuvo llorando la falta que le hacías, aunque sabía de tu situación económica ella pensaba que tú simplemente la habías abandonado, te preguntarás por qué razón volví , es simple, tenía la tecnología para hacerlo y a decir verdad todo se hizo por tu culpa, el razonamiento que dejaste en un cuento olvidado en tu blog fue el que inspiró a una serie de físicos para inventar la maquina ondulante o light surfer porque ahora navegamos sobre la luz a velocidades que nadie se puede imaginar, Marte está a dos segundos de cualquier parte del universo por lo que viajamos, comerciamos y vivimos en infinidad de mundos , sin embargo no hubo reconocimiento temprano, te hiciste famoso después de muerto y he venido para remediarlo.


 

Imagino que ya sabes con que te hiciste famoso, esta nave está construida con la misma tecnología que declaraste en tu cuento sobre la gran emigración a Marte del 2032, como por ensalmo empezaron a salir maquinas que imprimían carne y la matanza de reses bajo en un ochenta por ciento, dejando una estela de pobreza entre los millones de matarifes entre sagrados y paganos que quedaron sin empleo gracias a la impresora celular, debo admitir que el otro invento de las bacterias convertidas en proteínas que luego patentó Mac. Donalds y por la cual mi abuela Miranda demandó a la empresa causando un grave daño a su existencia, el motín no fue a mayores porque su marketing invirtió en impresoras celulares y terminaron siendo un antro de parrillas baratas, los saltos espacio tiempo tardaron un poco en hacerse accesibles, hasta que amenazaba con terminar la economía global y se patentó una versión civil que abarató todo el proceso de colonización y posterior comercio de materias primas por todo el sistema solar, eso trajo además contacto pleno con cien galaxias que pronto hicieron negocios , todo pagado con criptomonedas que se volvieron la única forma de comercio en nuestra realidad al menos, el asunto en todo caso es que vengo a salvarte, en este punto de tu existencia si mueres o vives no me afecta en lo más mínimo, solo quiero que puedas visitar a tu hija cuando reciba el título de bachiller ahorrándonos a mama y a mí una cantidad gigante de dinero invertido en drogas y psiquiatras gracias a los malos recuerdos que tuvo mi abuela, luego nos ocupamos de los créditos y las patentes para que nunca jamás otro miembro de nuestra familia vuelva a preocuparse por dinero.

Juan no salía de su asombro, de no ser un brote psicótico en evolución, es que algo terrible pasará en breve, presta atención a la bisnieta, ella lo mira con duda y susto desde el otro lado de la pequeña mesa que funge de sala de estar en la nave espacial, a ver abuelo, según nuestros registros el martes de 24 de mayo del año 2022 a las tres de la madrugada el  nano fragmento radiactivo que suponemos caído de la colisión de una nave alienígena con un zamuro a las faldas del Ávila, una fracción mínima de la aleación protoplásmica del camuflaje con el que se recubren para moverse en la tierra sin ser detectados se incrustó en el tronco de un centenario Caobo en San Bernardino, el árbol sufrió una mutación haciéndolo consciente de su existencia, se sabía árbol y odiaba no poder comunicarse con los humanos que tanto le molestaban, nadie sabe por cual mecanismo biológico el árbol comenzó a producir esporas en vez de sus duras semillas, estas esporas parecían dientes de león gigantes que se esparcían con el viento,  cada espora gigante que tropezaba con un mamífero lo infectaba con un hongo que convertía al humano en receptáculo de la conciencia del caobo de San Bernardino, cada ser infectado  desarrollaba un contacto inmediato con la conciencia del caobo por lo que en cuestión de días había un gran número de humanos, perros, gatos, monos, rabipelados, ratas , Chigüires y otros mamíferos que transmitían sus sensaciones directamente al árbol quien se multiplicaba a sí mismo en cada contagio, pero los humanos fueron los únicos que ofrecieron al árbol un catálogo de posibilidades sensoriales , sobre todo el sexo era lo que más le gustaba, pero pronto descubrió que necesitaba más congéneres con quienes cruzar información y placeres, se sentía muy solo en el jardín del edén particular, tuvo algunos problemas como la desnutrición, la enfermedad y la pobreza, tres cosas que se entrecruzaban cuando el receptáculo perdía poder adquisitivo pues no comía jamás, tenía demasiado sexo, bebía mucho, se drogaba o estaba muy anciano, a estos últimos los obligaba a suicidarse para no sentir los dramas naturales de quien sufre achaques.

 


Con el tiempo, de los fornicios fortuitos nacían niños que tenían en su ADN parte del árbol que colonizaba a alguno de sus padres, siendo por lo general hombres infectados quienes engendraban , al Caobo descubrió que las mujeres no la tenían fácil, además nunca las entendió, todo su conocimiento humano previo fue el de aprender de las conversaciones de los policías que pasaban bajo su fronda las veinticuatro horas del día ya que fue sembrado en ese sitio para dar cobijo a las generaciones futuras de la policía antidrogas, en cincuenta años ya había visto al menos a tres nietos cuyos abuelos eran recién graduados para el momento de su siembra, por tanto su aprendizaje aunque incompleto por lo limitado de sus modelos al menos era bastante aproximado por la cantidad de individuos a quienes escuchó por esos cuarenta años, en todo caso logró resolver el problema, esos niños nacidos de sus esporas crecieron exageradamente pronto, en cinco años ya eran prodigios por lo que recolectaban semillas del Caobo y con ellas infectaban a otros humanos, que a su vez engendraban niños y niñas cuyo único fin en la vida era aparearse, el único placer real para el Caobo era el de drogarse y aparearse, no hacía nada más, lo único que necesitaba él para vivir era agua y sol , eso era gratis en esa montaña así que el tiempo se le iba en un orgasmo eterno, en pocos años hubo millones de fornicantes, el sexo se volvió algo “normal”, la infancia desatendida se multiplico por millones , al cabo de quince años en la tierra se desató una epidemia peor que el SIDA, una suerte de ebola (Viruela de mono le decían algunos) de transmisión sexual que acabó con el 95% de la humanidad , precisamente los que estaban fuera del planeta se salvaron del desastre, en pocos años el mundo volvió a ser de los animales, en enero del 2045 se bombardeó Caracas, una bomba de neutrones pulverizó el Ávila y esperamos que con él el Cobo maldito, mueres en marzo del año 2028 víctima de un infarto cuando tienes sexo desatado con tu novia del momento , ella a su vez muere poco después por lo que no sabemos nada más, mi abuela estaba de campamento espacial en la Luna pagado como regalo de graduación cuando todo se desató, nadie volvió a la tierra que se consideró desde ese instante zona de cuarentena global .

Mi misión es matar a los zamuros de Caracas para que ninguno choque con la nave, el árbol no muta y nosotros tendremos tiempo de evitar una tragedia mayor te voy a regalar los bitcoins prometidos, tranquilo que en mi tiempo valen muy poco pero acá valen un montón de plata para que pagues los servicios de una editora, un equipo de marketing y te encuentres con tu hija en el acto de graduación, lo demás corre de tu cuenta.

Maya se levanta de la silla, camina hasta el mueble de la cocina y manipula la computadora, enseguida se abre el navegador y en la pantalla aparece mi cuenta Binance con un saldo a mi favor de 6 BTC de los cuales convierto uno en USDT y dejo el resto a la providencia para que gane o pierda, igual habrá como irse de viaje pronto, al terminar la transacción la muchacha dice que el encriptado del 2022 es nada para lo que habrá en cincuenta años. Mi abuela se quedó en la Luna, estudió física cuántica para no perder el tiempo pues allá no era necesario dedicarse a los libros, bastaba con hacer un enlace neuronal con la computadora y el conocimiento fluia con tranquilidad hasta depositarse en las neuronas como archivos de PC se tratase, simple, luego sucedió lo de tu cuento y ella hizo la reclamación por los derechos de autos razón por la cual pudo mudarse a Marte con todas las condiciones de comodidad del caso, cuando mi mamá me dejaba con ella bromeábamos mientras ella hacia panquecas o una rara mezcla de espagueti con huevos fritos, jamón y queso fundido que decía tú le hacías de niña, así supe la historia de la fortuna familiar y no pocas veces lloramos tu suerte en el planeta de los simios en que se convirtió la Tierra.

 No te preocupes, hay mil cuatrocientos nano drones matando a todos los zamuros del área capital y sus alrededores, la nave no tendrá problemas y (si quieres me acompañas) más tarde voy al comando intergaláctico y pongo la novedad para que ellos hagan los correctivos necesarios, bisabuelo y bisnieta se abrazaron de nuevo, Juan decide volver a su casa en el barrio Las Delicias de Maracay, la mujer a su tiempo y que el mundo siga como va. El brazalete vuelve a brillar y ambos aparecen de nuevo en el puente de Santa Eduviges a unas cuadras de casa, se vuelven a abrazar y le dice que se volverán a ver en el futuro que acaba de cambiar.

José Ramón Briceño

23/05/2022

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