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lunes, noviembre 24, 2014

Cheverito, refugiado político



He vuelto a este blog, la verdad, andaba de parranda en la isla de Margarita. Toda una aventura de viaje pues me fui en bus (con todo lo que representa andar de noche en las carreteras del país), mi hermana menor se casó y tocaba estar presente, esa fue a razón de mi viaje, aunque la verdad no me dio tiempo de mirar tiendas ni de hacer turismo pues viajar en autobús tiene la desventaja de que uno siempre anda con el tiempo contado.

Ahora puedo decirle al fulano ministro de turismo y a todos los pendejos que hacen propaganda sobre el turismo que todo lo que pensaba era una gran mentira, ya no lo pienso, lo he comprobado. Por ejemplo, no hay vuelos ni regulares ni irregulares a ninguna parte, todos viajan en ferry o en una cosa que llaman los lugareños “lancha rápida”, la atención del personal no es mala, muy al contrario, sin embargo las condiciones son pésimas, por ser las únicas vías de acceso a la isla siempre están colapsadas, en mi caso me tocó hacer un total de quince horas de cola para encontrar un pasaje que me llevase y me trajese de la isla, al no haber pasajes a la venta toca hacer lista de espera, lo que significa una cola mínima de tres horas para asegurarse estar entre los primeros quince puestos de la fila y lograr un pasaje “liberado”, de otra te toca seguir haciendo cola hasta que puedas encontrar el pasaje que sea, yo por ejemplo perdí un pasaje de ferry pues no me lo quisieron cambiar por el de la lancha a pesar de ser la misma empresa, ni siquiera ofreciendo pagar la diferencia se pudo.

Antes Margarita era algo así como la Miami de los venezolanos, se iban de compras, habían buenos locales, bastante espacio para “divertirse” haciendo compras a precios muy por debajo de lo que se encuentra en las ciudades, es que por su condición de puerto libre estaban exonerados muchos impuestos, lo que abarataba muchas cosas, hoy día nada de eso existe, aunque aún se encuentran licores baratos en comparación con los que venden acá en tierra firme, ya no es ni la sombra de lo que un día fue, ahora es una imitación (muy triste) de algún puerto libre de Latinoamérica pero para pobres.

Siendo antiguamente un baluarte de exquisiteces y muchas cosas que no se ven por acá, ahora pues sufren la misma escasez que todos, no hay pañales desechables, afeitadoras, leche en polvo, desodorantes, perfumes, champú ni ningún otro artículo de tocador, además de medicinas y cosas un poco más importantes en esto de seguir viviendo. Unos primos que tienen una bebe de menos de un año y tuve que llevarles una maleta que olvidaron en su casa pues allí estaban los pañales de la niña, como dato curioso, me cuentan que cuando salieron a buscar pañales, un chino le recomendó comprar unas toallas sanitarias muy grandes que (según el vendedor) nadie compra, hacer un pañal de tela y colocar la toalla en medio para que haga la función del pañal desechable, una solución pragmática más digna de tiempos de guerra que de un espacio vacacional. La movida nocturna ahora es un asunto de valentía o de irresponsabilidad, casi todo cierra sus puertas a las nueve, máximo a las diez, las calles vacías y el miedo campea por todos lados, lo único que está más vistoso es la propaganda gubernamental.

Toca ser sincero, todo el esplendor de antaño se ha ido, lo que la salva es la luz de su cielo tropical y la belleza de sus paisajes pues hasta la seguridad se ha ido espantada por el altísimo índice de inseguridad, todo el mundo vive encerrado, los hoteles y posadas tienen las puertas cerradas a las nueve de la noche y solo dan acceso a sus huéspedes, si llegas a esa hora, aun habiendo habitación no te dejan entrar ni alquilar pues temen que seas un atracador.


Imagino que el personaje del ministro Izarra, el tal cheverito, se ha escapado nadando, lo atracaron, lo mataron o está escondido pues la verdad no vi allá nada de lo que promete, muy al contrario, realmente vi todo lo que según él es mentira y para colofón, no hay sitio público adonde alguien no diga voz en cuello su indignación por la baja calidad de vida a la que los IMBÉCILES del gobierno han degradado a TODOS los venezolanos, pero los de la isla de margarita dice en voz baja que ha dejado de ser la “Perla del Caribe” para convertirse en la metra de Miraflores.
José Ramón Briceño , 2014
@jbdiwancomeback


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