Siempre
he tenido la idea de que cada ladrón juzga por su condición, es decir, uno hace
conjeturas basado en lo que está pasando o por las situaciones que tiene a su
alrededor, cosa que usualmente vicia cualquier intento de ser más o menos
objetivo en las opiniones personales. Hoy he descubierto (muy a mi pesar) que
la cosa es realmente como la veo, he visto unas estadísticas que la verdad hace
que mi ánimo, sumado a la decepción y la desilusión vaya en caída libre.
Tal
y como expresé hace un par de días en mi blog he decidido solo tratar a gente
seria, esta tarde un amigo de esos excesivamente serios me ha mostrado una
investigación que llevó a cabo una empresa para la cual trabaja, son unas estadísticas
que fungen de observatorio político/social en el país, pero mi amigo, quien por
cierto es uno de los lectores más constantes del blog me mostró solo las que se
refieren a mi estado de residencia, antes de seguir hablando mejor les cuento
algunas de esas cifras y ustedes saquen sus conclusiones:
24%
de deserción escolar (solo en la educación básica), 19% de embarazo precoz, 53%
de empleo no estable (a destajo), 52% desilusionados con la situación del país,
43% piensa que trabajar honradamente para hacerse un futuro no es posible, 77%
no cree en el futuro del país, 57% de los encuestados asegura vivir del
gobierno, 75% no cree en sí mismo, 56% quiere irse del país, 71% no votará en
elecciones parlamentarias, 60% cree que la cultura no es importante, 80% teme
salir a la calle.
Si
leen entre líneas, la interpretación de tales cifras aproxima a mi estado a una
epidemia depresiva de dimensiones extraordinarias donde nadie está libre de
sentirse mal en su propia ciudad, si lo pensamos mejor, podríamos hasta
asegurar que es un panorama desolador del país.
Si observamos en detalle ese 75% de gente que no cree en sí mismos, es una cifra que a
todas luces parece sacada de alguna película de zombis ¿Qué vaina es esa de no
tener autoestima? ¿Qué clase de vida te hace llevar a pensar que nada tiene
sentido? ¿Con que valor la gente que no cree en si misma echa para adelante? ,
si fuesen pocos, un 6% por ejemplo, uno dice que son candidatos a tomar litio
por un rato, hasta normal sería en estos tiempos de globalización e
hiperespecialización, ¿pero 71%?, no soy psicólogo ni nada que se le parezca
pero esa cifra pareciera cuadrar con un campo de concentración más que con un
país tropical que hasta hace pocos años era un sitio para que la gente
trabajadora y estudiosa echara adelante cualquier proyecto, nunca ha sido fácil
en realidad pero nunca ha sido tan cuesta arriba hacer nada como hasta ahora,
es más, al parecer es más sensato no hacer nada y esperar a que alguien te de
una mano o te regale algo, tal como parece hacer el estado con sus acólitos.
77%
no cree en el futuro, ya con eso estamos al borde si no de una guerra civil
cuando menos de un apocalipsis zombi, con gente peleándose por una lata de
sardinas, millonarios de quinientos dólares al año y dignos funcionarios con
aviones privados, cuentas en Suiza mientras prometen lo que jamás cumplirán,
como tienen 15 años haciendo.
Ahora
entiendo la razón de tanto fanatismo, si tenemos a más de la población
deprimida e ignorante, pendientes más de una fiesta, un negocio turbio, unos dólares
del mercado negro, algún enchufe gubernamental, sin estudios ni básicos
siquiera, con un embarazo precoz superior al 10% de la matrícula escolar, es
decir que por lo menos 10 (para dar el otro 9% a posibles ganadoras) niñas de
cada cien seguramente no culminan el bachillerato, por tanto no tendrán acceso
a la universidad y ellas siempre tendrán sueldo básico que por cierto está un
80% por debajo del costo real de la cesta básica, cuyos hijos a su vez tampoco
tendrán las grandes oportunidades y quién sabe si llegaran a grandes viviendo
entre la miseria y la violencia de los barrios pobres de las ciudades y pueblos
de este país, nada alentadora la cosa.
Fuimos
una nación rica, con gente pobre de mente, cuyos “lideres” naturales han
logrado el fin máximo del comunismo, regar la desesperanza y matar la
iniciativa, pocos escapamos a eso, espero que estos pocos hagamos algo, sin
embargo creo que mejor me busco el psiquiatra que me recete pastillas pues en
cualquier momento termino igual que muchos de mis compatriotas, aunque conociéndome
como creo hacerlo dudo que termine de mendigo estatal, preferiré pasar (más)
trabajo antes que rebajarme a mendigar las sobras de la mesa de los energúmenos
de rojo.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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