Ayúdame con un click

domingo, marzo 06, 2016

Un Mundo Perfecto busca editor

UN MUNDO PERFECTO es una novela que trata sobre varios temas, la locura, la desesperanza, el amor, la religión y hasta la política desde una óptica satírica que roza el humor, por múltiples razones aun no ha sido puesta a la venta ni siquiera en los sitios de autopublicación, entre otras razones gracias al bloqueo que sufrimos en Venezuela, ese que no nos permite ni siquiera soñar con pagar en dolares y mucho menos tener cuentas en el extranjero para poder activar el recurso de la auto publicación. acá les dejo hoy a mis lectores un capitulo para que se entretengan, no todo es protesta y a veces es necesario contar algunos sueños para que puedan cumplirse.

Capitulo 8

Cuando se fueron los ex alumnos, nos ocupamos de seguir bebiendo y conversando de la lejana Maracay, los conocidos, los amigos comunes, las playas, ríos, selvas y hasta mujeres de su tierra, fue una noche de nostalgias, plena de recuerdo, de tiempos idos, evitamos adrede el tema de la reunión , se hizo de madrugada, un apretón de manos y otra cita, esta vez en un café del centro, apuntes en mano, de día, para poder conversar debidamente sobrios sobre la crisis compartida, Ramiro no olvidó recordarme que todavía tenía preguntas pendientes ,a ver si lo terminaban de convencer para abandonar el tan incómodo yugo en el que  vivía con los hábitos. Cuando llegué al hotel, encendí la computadora, googleé al nuevo amigo, así confirmé lo que  había contado sobre su historia de vida, revisé las redes sociales para constatar que el país estaba igual que hace tres meses, le escribí a mis  hijos, ignoré los correos de las ex esposas,  por ultimo vi algo de porno, que solo sirvió para terminar recordando a Susana. La secretaria del departamento de física de la universidad donde laboraba
Una joven señora de unos treinta y tantos, de mirada inteligente, cuerpo lascivo, que después confirmé tenía cama incendiaria, ella me acompañó por el lago trecho que precede al divorcio, me mostró que entre el porno y la cama no existían más limites que los autoimpuestos, sin palabras me llevó odiar un poco más a mi esposa, esa frígida,  sosa mujer en que se transformó la otrora hada de los bosques de cuerpo cálido sumado al abrazo amoroso, con quien terminé teniendo sexo por obligación, hasta que esta secretaria se atravesó para estrenarme en eso de los amores secretos, fue en el laboratorio de física, sobre los exámenes finales, ese día por primera vez fui consciente de que no estaba viejo, era la herrumbre de un matrimonio fósil lo que me avejentaba.
La panza se fue, el cabello comenzó a salir de nuevo, la mirada brillaba y la paciencia se acortaba, los fines de semana sin Susana, se transformaron en fiestas privadas  con mis hijos mayores, la bruja de mi esposa se resintió un poco más, al final se refugiaba entre la sacristía, las viejas de la cuadra, la casa materna, los rosarios de tres, el bordado de punto y el chisme insidioso de todas las beatas envidiosas.
 Nunca más volví al lecho matrimonial más que en contadas ocasiones en que el envalentonamiento del alcohol me invitaba a estrellarme en esa cama fría bajo la mirada impertérrita de un cristo de madera que parecía vernos  con cierta envidia desde su tarima de dolor.
El divorcio era un proyecto que quería y rechazaba al mismo tiempo, la idea de separarme de mi hijo más pequeño y volver otra vez a pasar por el carrusel de tribunales, abogados para volver a quedar arruinado no me permitían tomar la decisión,  aunque de mi esposa ya lo estaba de hecho, hacía más de un año atrás cuando me mudé a la habitación de la planta baja, territorio liberado de la mano férrea de la esposa maniática del orden monacal, Susana acabó con los últimos resquicios de la resistencia de la costumbre,  inyectó una vitalidad que creía perdida, nunca más compré Sildenafil, al final, era la frialdad de la cama matrimonial lo que  daba impotencia, la sensualidad de esta otra  hizo que recordara los años mozos de sexo descontrolado.
Con esta secretaria, licenciada en educación , a la sazón becaria de posgrado ya que ganaba más en ese cargo que como maestra, volví a la vida, olvidé  todo solo para lanzarme al vacío de su cuerpo, probé cientos de cosas, incluida una amiga cercana que una tarde de domingo, en que ambos reposábamos de una sesión de sexo,  apareció en el apartamento de Susana con un par de botellas de vino más un porro de yerba fresca, fumamos, bebimos, nos reímos, filosofamos y terminamos en una madeja de cuerpos donde nadie sabía a quién tocaba o besaba, esa fue la primera vez que no fui a dormir a casa, mi esposa constató que afuera había otra, el lunes, cuando por fin volví , mi mujer me recibió como de costumbre, acosté a dormir al niño hasta que la señora me llamó a su cuarto,  dijo que sabía muy bien que existía otra, sin embargo que ni soñara con el divorcio, ella no se separaría jamás, para eso había prometido en el altar que solo los separaría la muerte, pero nunca jamás iba a ser bienvenido en el lecho conyugal, desde ese momento solo serían los esposos amorosos puertas afuera, en casa, volverían a ser extraños, buenas noches y ojalá te mueras mientras duermes para poder ser tu viuda, así evitar  el mal gusto de saberte feliz con otra,  dijo a modo de despedida.
Ese lunes en la tarde comenzó una batalla se silencios en la casa, el inicio del fin, no hubo lágrimas (no que yo presenciara cuando menos) , lamentos ni preguntas, todos sabíamos nuestras culpas y se asumían sin problemas, fue el desenlace natural para dos seres que no crecieron intelectualmente juntos, mientras  andaba tras un libro, una investigación, un curso, estudios nuevos, congresos, clases y conferencias, ella se recluyó en casa, haciendo el papel de esposa devota, limpieza, cocina, rezo, cotilleo, misa y cama desangelada, guardó su título de profesora bajo el anaquel de la ropa interior para dedicarse a olvidar sus sueños de juventud, imagino que para equilibrar eso se volvió ciudadana ejemplar, pertenecía a la cofradía de la iglesia parroquial e hizo algunos estudios de teología tan serios como la política nacional.
En fin, hubo divorció mucho antes de la separación legal, la dinámica del hogar fue asesinando la vida marital de a poco, no fue algo premeditado, ella en su simpleza pensó en que algo tan “sucio” como el intercambio de fluidos no destinado a la procreación tenía que ser pecado, así se lo hizo saber al padre Cesar, un joven con maneras sospechosamente femeninas, el cual se había transformado en confesor y confidente de las señoras, quien las aconsejaba rodeado de unos monaguillos de mirada lánguida cuyas cejas pulcramente sacadas dejaban poco espacio para la duda, en cuanto su preferencia sexual cuando menos, no es que fuese un crimen, es que a todas luces atenta en contra de eso mismo que profesan, la imagen de un monaguillo homosexual es tan correcta como la de una prostituta dando clases de ética y formación moral.
Ese cura confirmó su tesis, ella interpretó eso como una señal divina, entorpeció los preliminares del amor de sábado en la noche con excusas de menstruación, hijo dormido en la cama, dolores de cabeza y hasta la exigencia de rosario nocturno para santificar el acto, que, en los pocos casos en que la urgencia de las hormonas me obligaban  a claudicar, era un acto mecánico, sin pasión, besos, rasguños ni quejidos de placer,  como estar con una almohadón tibio, grande, pues la señora, había engordado veinte kilos por culpa de las galletas, tortas y dulces que fabricaba para colaborar con la economía del padre Cesar y sus monaguillos exóticos, todo se terminó de desbarrancar cuando, en un arranque de frustración, le grité ballena verde, beata de mierda y me fui a la habitación de abajo con los libros, la conexión a internet, donde constaté que a veces las mujeres de vidrio y la mano derecha son más satisfactorias que la ballena encallada en que se transformó ella.
Antes que la rabia me alcanzara a través de los recuerdos, tragué una pastilla mágica que logró hacerme dormir hasta que la alarma del teléfono sonó con la falsa urgencia de todas, tenía una cita en el café, apenas eran las nueve de la mañana, la resaca hizo de las suyas otra vez,  jugo de naranja con dos pastillas para la jaqueca que pidió a la habitación,  una ducha, el abrigo y a la calle para cumplir con lo pautado.

De la serie "Alucinaciones personales", autor José Ramón Briceño


viernes, marzo 04, 2016

Lo fantástico (I)

Acabo de terminar (por fin) una tesis de posgrado que toca el tema de lo intertextual, intertextual, transtextual y vaya usted a saber cuántos adjetivos calificativos para explicar que nada es en realidad original, que toda la producción artística no es más que el reciclaje de los últimos quinientos años de historia y dependen de que el artista tenga una cultura lo bastante amplia como para poder ver dentro de los códigos estéticos las rendijas por las cuales disfrazar su mirada y compartirla con todos.
 Unos tienen suerte y terminan vendiendo, publicando, recibiendo premios y logrando vivir con holgura, otros (la mayoría) mueren sin conocer la bonanza más allá de ráfagas momentáneas de prodigalidad económica, usualmente quienes hacen negocios son los poseedores de las piezas o los derechos cuando el autor muere, lo que sucede con cierta rapidez pues por lo general casi todos tienen tendencias depresivas por sentirse incomodos, cediendo al final al impulso primario del consuelo momentáneo de drogas, alcohol y  pastillas de preferencia todas juntas, que sumado a la eterna desesperanza en algún momento cobra su cuota y lo mata, aunque en Venezuela hasta la cosa más simple puede matarte ya que NO HAY con que medicar nada, aparte de la omnipresente hampa que a veces te tropieza sin segundas oportunidades.
Entre los tópicos que revise mientras investigaba para la tesis, leí bastante sobre el surrealismo, el realismo mágico y lo real/maravilloso donde la ficción está plena de cosas fantásticas a las que nadie (en los libros) parece ponerle peros ni sorprenderse, quizás sea trillado lo que voy a decir pero en este país lo fantástico está en cualquier esquina, si se tienen los oídos bastante alerta y se pone atención a lo que habla la gente.
Últimamente me he mudado de ciudad por razones económicas, ciertamente ha sido una temporada bastante dura por aquello de los reacomodos en eso de vivir, los amigos, ver a mi hija, el trabajo y hasta el clima. Pero como todo al final la única cosa excelente es que me he tenido que obligar a viajar más de tres horas diarias a mi antigua ciudad por las mismas razones por las cuales me quejo de la mudanza, en esos viajes uno escucha literalmente cualquier cosa.
Una mañana mientras esperaba que el autobús se llenase para salir a mi trabajo, escuchaba a dos señores mayores hablando de su pasado como guerrilleros en las montañas de Falcón donde anduvieron con la ventolera revolucionaria hasta la pacificación, con tan buena suerte que jamás cayeron presos. Los dos viejos hablaban de esos tiempos con nostalgia y yo pensaba con cierta sorna era en lo malolientes y cansados que deben ser unos tipos que no hacían más que caminar por el monte, esconderse en los matorrales, caerse a mentiras sobre novias, encuentros con el ejército, viajes a Cuba, lecturas visionarias y hasta los caletres políticos con los que usualmente se atraganta la gente que cree los embustes de las promesas izquierdosas, esas de futuro, libertad , trabajo y buena vida, cosas que la historia se ha cansado de desmentir. En fin, yo oía a los viejos con la natural sorpresa de quien sin querer escucha historia viva, hasta ahí todo normal pues me he tropezado con unos cuantos personajes similares y las historias son más o menos iguales, las diferencias las tienen el nivel académico de los hablantes.
Así me he hartado de café con un amigo de Pablo Neruda que se emborrachaba en los bares europeos acompañado de varios de los escritores de aquel Boom de los setentas, quienes lo invitaban de copas pues habla seis idiomas, he tomado cocteles de ron con te de Rosa de Jamaica con un ex conde cuya tez morena debe haber sido la comidilla de los salones de las cortes españolas, que sin embargo igual militaba en el partido comunista. He almorzado y emborrachado con un piaroa que habla un muy correcto francés, estudio cine en la Sorbona y fue preso en Paris bajo sospecha de tener una enfermedad tropical pues fue denunciado por su casera gracias a la manía nacional de bañarse dos veces al día, quien por cierto fue corresponsal de una agencia francesa de noticias durante la guerra de Nicaragua y apadrinado por Pompeyo Márquez  en su infancia, también tiene el carnet #45 del partido aquel que fundó Teodoro con el dinero regalado por García Márquez luego de ganarse el Rómulo Gallegos .
Así que sobre relatos sobre comunistas que aman la burguesía pero recitan a Marx como catedráticos he conocido bastantes, a diferencia de esos viejos del autobús que hablaban de la guerra como la aventura de sus vidas, con la simpleza de quienes intercambian historias de las gamberradas que todos hemos cometido alguna vez en la juventud, sin pretensiones pero con alegría, la cosa fantástica vino cuando un viejo le comenta al otro como conseguían dinero para armas y provisiones, la respuesta me dejó en una pieza, la cosa es que como en la vecina isla de Aruba al parecer era más fácil conseguir armas que comida, esos guerrilleros hacían trueques por quesos, carne y cualquier otro rubro alimenticio que pudiesen transportar hasta cualquier cala sin vigilancia, así comenzaron , de la manera menos complicada a tener armas para cometer sus fulanos actos de rebeldía.
Imagino que de seguro alguien ya debe haber escrito algo por el estilo, sin embargo ni la imaginación más fértil creo que puede ver verosímil una historia similar, sin embargo la verdad a mí me parece bastante cierta pues acá cualquier cosa es factible, así me enteré de como la guerrilla comenzó en el monte gracias al inocente trueque de comida por armas, como han cambiado los tiempos, imagino que ahora debe suceder a la inversa en las costas que tienen islas cercanas, seguro deben de estar cambiando armas por comida pues lo primero sobra y lo segundo escasea, además es más rentable que traficar drogas, nadie te persigue, la DEA te ignora e igual le ganas el ochocientos porciento a cualquier cosa tan simple como un kilo de azúcar o tan complicado como una caja de pastillas anticonceptivas.

José Ramón Briceño 2016

@jbdiwancomeback
 

jueves, marzo 03, 2016

Propuestas para el sector turistico

Por ahí dicen que lo que para mucho es una crisis, pero otros tantos es una oportunidad creo que puede ser cierto si no veamos el ejemplo de los revendedores que hacen su cola y luego especulan vendiendo lo  recolectado por más del 300% de su valor, también tenemos a los funcionarios gubernamentales, esos que tienen cargos para los cuales tienen nula formación, sin embargo con bastante tacto y mucho halar bolas se mantienen y hasta le sacan el jugo a sus partidas presupuestarias sin importar mucho0 si hacen o no su trabajo. En fin, ya sabemos cómo es eso.

Ahora bien, como otras veces he contado, me la paso pensando y soñando para no terminar dando alaridos de desesperación ni hablando con amigos imaginarios en cada esquina, entre tantas cosas no puedo imaginar cómo alguien con  buenos contactos y algo de dinero no ha iniciado aun un buen negocio turístico. Por ejemplo, imagino que en cualquier ciudad medianamente evolucionada deben existir adictos a las emociones fuertes, podrían organizar tours a cualquiera de las cárceles bajo el auspicio de cualquier Pran, eso les costaría a ellos (los turistas) menos que una semana en Euro Disney pero a los promotores y toda la cadena les saldrá redonda la inversión.

Si tanto ha adorado a los cubanos imagino que en alguna parte de este país deben estar varios admiradores del che organizando tours sexuales, cualquier viejo verde de cualquier parte del mundo podría pasar una noche feliz por 300$, la joven se quedaría con 100$ que es el equivalente a seis meses de sueldo docente y lo demás se distribuye, imaginemos que traen 10 señores de esos a la semanas, la ganancia seria inmensa. Quizás organizar un paquete que incluya muchachas, playa, licor, yerba (hay mucha afición a ella y legal en otras partes) comida y lo que quieran por una modica suma en dólares, se les tendría que poner escoltas privados para evitar cualquier sorpresa, no creo que la policía se negase a rebuscarse el día, en ese caso una escolta costaría menos que una cena de McDonald’s en cualquier otra parte y todos felices.


Si los esbirros del gobierno fuesen inteligentes (que no lo son ni por accidente) invitarían a las grandes cadenas de hoteles a instalar casinos, quizás convirtiendo islas deshabitadas como “Los testigos” en zonas de tolerancia con venta libre de muchas cosas que acá están prohibidas, eso sí, muy lejos del hampa. Lástima que si alguien hace algo así de seguro lo convertirán en poco tiempo en alguna de las porquerías que hacen todo el tiempo, esa gentuza respira porque no tiene de otra, sin embargo ahí les dejo algunas ideas, si les funciona denme el crédito que con apenas 300 dólares al mes me harían el hombre màs tranquilo del país, saludos ese mi esquina.
Josè Ramòn Briceño 2016
@jbdiwancomeback



lunes, febrero 29, 2016

Soñar es gratis




La angustia es mala consejera, asì que toca buscar la vuelta antes determinar completamente loco. La ultima vez que visitè al psiquiatra èl me recomendò que buscase opciones saludables ajenas a la quimica pues no hay ninguna medicaciòn para tratar la depresiòn, el sueldo tampoco da para hacer inventos baquicos de alcohol, la escasez aleja la posibilidad de abusos con la farmacopea previa solicitud de recetas a algun amigo mèdico que extienda su recipe con firma para ir a comprar a cualquier farmacia alguna pastilla “màgica” que le baje dos al nivel de estrès.

A pesar de el panorama, ese de no poderse dar el lujo ni de enfermarse en este país , toca ir viendo el asunto si no desde el lado amable (que no existe) si buscar alguna manera de minimizar el impacto negativo de la avalancha de maldicionesque siempre tengo a flor de labios cada mañana, al decidir no desayunar para extender lo de la alacena, de usar papelon pues no hay azucar, de recolar el cafè hasta tres veces para estirarlo por caro, enjabonarse pensando donde vas a comprar la proixima pastilla de jabòn pues se te està acabando y el jabon azul la verdad no me agrada ni un poco, sin hablar del mal olor que es casi tan malo como el de no bañarse, mirar el closet y descubrir que ya pareces un dibujo animado pues no hay posibilidad de comprar ropa, con lo que estàs castigado a repetir hasta deshacerse el mismo repertorio, si es fin de semana peor aun, toca encierro pues salir es muy costoso, no debes andar tentando a la suerte por las noches y los amigos andan màs o menos en la misma onda, siendo soltero ya sabes que NO hay salida posible por las mismas razones de todos ya que invitar a una dama aunque sea un perro caliente en la acera de enfrente te va a quitar la mitad de la quincena.

Hablar con otra gente muchas veces tampoco tiene sentido pues invariablemente el tema va hacia la miseria en la que vivimos y las posibilidades nulas de escape. En este caos terrorifico me ha dado por soñar que gano en dolares el sueldo de un maestro rural en ecuador, nada del otro mundo, digamos que son 800 dolares.

Ahì la cosa cambia totalmente, puedo pensar que esta semana harè un mercado de carnes , legumbres , enlatados y licores de lujo por apenas cincuenta dolares y eso ha de duraerme todo el mes, para la semana santa planificarè un viaje a los Roques con mi hija y apenas gastarè 200 dolares de la quincena que viene, la ropa es baratisima asì que tengo que confesar que de segurio cambiarè mi vestuario y comprarè un closet aparte para los zapatos, me intoxicarè usando la colonia que me gusta por solo 80 dolares cada cuatro meses, libros tambien asì que toca desocupar la biblioteca, cambiar de celular y de computadora solo es cuestion de decisiòn, la cámara ya me aburrió asì que iré por un plan de credito a 24 meses para comprarme la de 2500 dolares con la que sueño , esa de cuatroscientos noventa y nueve terapixeles y que se puede usar en 7200 ISO sin nada de ruido digital, montarè una exposiciòn para vender mi trabajo a buen precio, me plantearè la posibilidad de editar unos libros mediante la autogestiòn , quien quita que asì se vuelva otra fuente de ingresos para ahorrar, total, vivo en un paìs donde la escasez solo es un problema de disponibilidad de efectivo y con un sueldo modesto te puedes dar la vida que no te podrias dar en ninguna otra parte ,a queja es un deporte nacional que debemos dejar de practicar.

Al momento vuelvo a la realidad y sufro otro bajòn, sin embargo yalo que queda es soñar, quizàs lograr vender algunas fotos para reunir 100 dolares y creerse Donald Trump por una semana, hasta que llega la quincena y descubres que vives como mendigo con sueldo de miseria mientras otros, los que abogan por la clase pobre, se enriquecen y sigen apoderados del paìs sin que uno pueda hacer nada.
Josè Ramòn Briceño 2016
@jbdiwancomeback












martes, febrero 23, 2016

La "Valentia" como salida



Decir algo que no se haya dicho sobre Venezuela en estos últimos tiempos es complicado, esperar algo nuevo de nadie, también lo es, la verdad ya no creo en nada, lo que veo, lo que escucho, lo que leo contrastándolo con lo poquito que se, no da buena espina por ninguna parte, muy al contrario lo que anuncia es hambre, guerra y tragedia antes de que alguna cosa buenas pase por acá.

Hace días estaba conversando con una gente, la verdad no conocía a nadie y estaba metido en la conversa por hacer algo mientras esperaba la hora de irme, uno de los fulanos decía que una de las mayores tragedias del venezolano es su cobardía innata, ciertamente tuve ganas de ahorcar al fulano y hacerlo pedacitos para que viniera a seguir opinando esas cosas de mis compatriotas , sobre todo porque ese fulano es extranjero y me parece una falta de cortesía opinar sobre política local siendo extranjero.

Me retiré de la conversa, no sin antes argumentar cualquier cosa que salvara la cara de todos, sin embargo, al irme, mientras esperaba un taxi no podía dejar de pensar en que el tipo tiene razón, somos unos cobardes. Sé que suena feo, que tenemos años sobreviviendo a la violencia, que hay mucho valiente suelto por ahí, yo mismo conozco varios, pero al pensar en lo que estamos viviendo no me queda más que pensar con tristeza en la gran carga de cobardía que arrastramos todos. Por ejemplo, hay un asalto ya nadie se mete a defender a nadie, a media noche se oyen ruidos raros y ningún vecino ni siquiera llama a la policía para hacer algo, si vamos en un autobús cualquier engendro con cara de “boleta de captura” roba hasta al chofer sin que suceda nada.

Se supone que los militares son la cosa más valiente sobre la faz de la tierra pero acá imagino que asumieron el oficio solo por andar de uniforme, sabemos que hasta el jorobado de nuestra señora de parís levanta niñas si se uniformase de blanco o de piloto, sobre todo en estos lares donde se supone que esos fulanos son ungidos por el poder y siempre han tenido preferencias más que evidentes por los jefazos del gobierno. ¿Dónde se les nota la cobardía?, simple, se dejaron poner encima a militares extranjeros, se dejaron mandonear por la guerrilla que hasta hace pocos años les mató varios compañeros de armas, se han vendido a cualquier bicho de uña pues ahora hasta sindicados de narcotraficantes, como si fuese poco también se han dejado poner presos a muchos compañeros y ellos solo miran para otro lado, verdadera manga de cobardes que son.

Tuvimos la oportunidad y la dejaron ir por cobardes, seguramente si alguien me lee pensará que yo con tan buena voz y mandando a cantar, seguramente le diré que ciertamente canto muy mal y solo no me tiro pal monte a buscar peleas contra molinos de viento mientras los otros, esos que deberían acompañarnos a muchos están encerrados bajo siete llaves, temerosos de que los miren y los pongan presos, les den dos tiros, los roben o los atraquen.

Quizás la hora de la valentía no ha llegado, a lo mejor llegará y tocará salir a batirse a las calles para sobrevivir, de repente a militares y políticos se le quita lo cobardes y se llevan por delante a todos esos animales del chavismo que de verdad tampoco es que sean muy valientes, es que le sobran armas y recursos que otros no tenemos, no sé, lo único que sé es que espero de verdad que la hora de la valentía llegue para ver en serio que hay una salida y no está porquería en la que vivimos, ya los muertos los pone la calle, con 24 mil al año es difícil hablar de la violencia que viene y no de la violencia en la que vivimos.
José Ramón Briceño , 2016
@jbdiwancomeback



jueves, febrero 18, 2016

Ensayo sobre la felicidad

Hoy he amanecido tan deprimido que no voy a relatar nada de lo que por acà pasa, solamente voy a compartir un cuento sobre la felicidad, espero les guste y me cuenten.



Ensayo sobre la felicidad

La noche de un lunes antes de quincena, frente a mi computadora oyendo a Joan Manuel Serrat, una canción que habla de un hombre que tiene un amigo que dicen que dijo que un día fue feliz, me causó cierta incomodidad la sensación por lo que toca hacer ejercicios imaginativos para encontrar algo similar a eso de ser felices en estos tiempos de crisis. Se hizo la noche y me dormí pensando en lo increíble de que un sentimiento tan agradable como la alegría sea tan difícil de pensar en estos tiempos.

De improviso tenía mismo empleo en los años setentas, una vida idéntica en esa de esta dimensión durante una época que no conocí, pero con los recuerdos de estos tiempos, en un gran aparato blanco y negro, me frustraba no encontrar el control remoto pero al detallar el modelo del televisor caí en cuenta que no son tan comunes esos accesorios en esta época, faltarían todavía varios años más para su popularización con la ventaja añadida del color.  veía un noticiario diciendo que la carne costaría apenas tres bolívares y el licor (ahora casi imaginario) tenía un aumento de un seis por ciento, el narrador de la noticia hablaba con espanto de el alto costo de la vida con apartamentos impagables que podías comprar a plazos largos a cualquier banco, lo de la tasa de entrés que había subido medio punto en los últimos diez años, la inflación de un durísimo porcentaje de 7% en los últimos 24 meses (para ponerla más trágica pues dos años no tienen tantos caracteres) , en el sueño me reía a carcajadas de la situación , mi viejo me acusó de estar drogado, mi madrastra confirma que estoy loco de bola, mi hija sonríe feliz, mi exesposa se frota las manos pensando en la venganza amable de toda ex que se respete, mis tías dolidas junto al a la familia cercana me mandaron al psiquiatra. En los días sucesivos mi ánimo mejoró hasta llorar de felicidad cada vez que entraba a un supermercado, una licorería, juguetería y hasta la bodega de la esquina, donde el amable Joao tenía en existencia unos pimentones morrones enlatados similares a los que descubrí en mi despensa, esos que me comí esta tarde como merienda, bañados en aceite de oliva extra virgen con algo de sal y pimienta sobre pan tostado con algunas lonjas de un jamón ibérico que me encontré en la nevera, por pura gula de probar cosas imposibles para mi economía del futuro 

Mientras acababa el noticiero con aquella marcha que lo caracterizaba, sonó el teléfono, un feo aparato gris y blanco, cuyo sonido le daba énfasis a su perfectamente espantosa apariencia, la llamada era de unos amigos que seguramente (imagino) han de ser iguales a los de estos tiempos aunque de seguro con estampa setentera, decían que me llamaban tan temprano para invitarme a beber. 

Pasé el rato acostumbrándome a esa nueva vida, sin los adelantos que para todos seguramente sonaban a ciencia ficción pero que para cualquier mortal del siglo XXI son indispensables para vivir, cayó la tarde sin el éxodo común de todos los ciudadanos corriendo a encerrarse en sus casas no vaya a ser que el hampa se antojara de algún despistado, volvió a sonar el aparato ese horroroso de la sala, eran de nuevo los amigos para avisar que venían por mí, a pesar del cambio igual me disgustaba manejar y la prevención va primero pues pensaba beber todo el wiski que pudiera y manejar ebrio no es una opción, aunque mis amigos de seguro dicen que borrachos manejan mejor. 

Vinieron por mí, entre una cosa y otra, brindis, comidas, conversas, hice un aparte con algunos invitados para saber la razón de tanta alegría por mi presencia. Según pregunté esa noche (de manera velada) a todos sobre la razón del apuro por hacer cita, el comentario general fue que se enteraron que el entusiasmo es contagioso y los tragos hacen más sensible a cualquiera, además habían constatado que por alguna razón les daba buenos consejos para el futuro. Las esposas dejaron de verme como mala influencia e instaban a sus maridos a invitarme a comer, me compraban fotos y libros solamente para regodearse en estar “cerca de mí”, algunos usaron mis referencias en los diarios dándome fama inmediata (no había internet así que todo era más contundente ya que la gente leía y pensaba más), todo parecía un regalo y así se lo hacía ver a los demás.

Era la sensación de estar intoxicado de alegría, como si me hubiese hecho una masiva inyección de Cannabis Sativa (me han  contado lo que se siente fumar eso) con música de fondo hasta en la calle, pues era un fulano de clase media con viajes dos veces al año, carro en la casa que por cierto había comprado ese año, biblioteca gigante, restaurante de lujo una vez al mes, derroches alcohólicos de vapores ingleses de 21 años, casa de playa (alquilada), mercado que incluye una moderada porción de delicateses , cigarrillos importados, colonia francesa original, parrilla mensual de pieza entera, póliza de seguro privado, champú, papel higiénico olor a melocotón, acampadas a la orilla del mar, caminatas a media noche por la ciudad, de solo usar efectivo pues no existían cajeros automáticos, zapatos ingleses , reloj, cadena y anillo de oro sin esconder para la caminata, ríos transparentes y limpios, amplias calles llenas de árboles, Nutella para la merienda y ahorros para la pensión de vejez pues la moneda no se devaluaba.

Como comprenderán , me sentía como acabado de escapar del infierno para pasar a uno menos amargo pues las torturas y los terrores son de menor intensidad que los vividos en la dimensión anterior, sin embargo la naturaleza humana parece ser inconforme hasta con la felicidad pues nadie entendía que todo estaba bien, que nada era tan grave, que se dedicaran a seguir así, que la izquierda estaba perdida, que sus intelectuales no lo eran tanto ya que se dedicaban a militar con la izquierda sin pensar dentro de su vasta inteligencia que colaboraban con la cosa más espantosa inventada por el hombre, aunque creo que esos señores (los “intelectuales”) lo sentían tan improbable de vivir que no hacían más que fabular para justificar su inconformidad y postura crítica.

No hallaba como hacer entender que el futuro era tan sombrío que su miseria es la alegría de cualquier contemporáneo, ahí comenzó a hacerse pesadilla pues terminaba encerrado y perseguido por todos, los que pensaban que estaba loco además de algunos factores de poder, acosados por mis sarcasmos impresos en la prensa nacional, junto al incomodo apartheid de la comunidad cultural pues con los consejos les espantaba a los clientes que comenzaron a pedir paisajes tipo portada de “Atalaya” (la revista que regalan las viejitas testigos de Jehová e los autobuses) que les cercenaban los bocetos de sus visones patrioteras ruso leninistas con barba y habano por los que cobraban cifras millonarias bebían buen vino, buenos habanos, placeres varios con viaje a París o New York para fusilar a los galeristas de allá, cosa que ya los tenia desesperados pues tenían una crisis de fe ateo comunista que les era abiertamente criticada hasta la tortura por parte de los líderes del partido comunista que residían todos en alguna urbanización al este de la capital.

Llegaron a tal punto que comenzaron a matar indiscriminadamente a cualquier personaje medianamente influyente, como todo artista que se precie tiene pretensiones de ser el mejor para poder acceder a “grandeza” y la fama, estaban asustados por la inseguridad de lo deseado, la crítica ya no tenía asidero para poder vivir pues al final  sin novedades artísticas ni pose política que asumir que no sonara a rebelión perderían la credibilidad de galeristas, museos, periódicos o revistas para segregar su veneno, la crítica estaba amenazada por perdida de interés en sus dicterios por parte del gran público culto del país, eso significaba aprender algún oficio decente con menos ingresos para poder ganarse la vida. Lo que para mí significaba que  tenía  enemigos poderosos que apoyaban su talento para atentar en mi contra.

Salí a comprar cigarrillos solo para comprobar que ahora es muy barata la marca que me gusta fumar, en la panadería de la esquina  me encontré de frente con la tropa de artistas y críticos que me reclamaban por envenenar con fantasías de libre mercado, trabajo y superación personal a los ricos con “conciencia social” que compraban su “obra”, los ánimos subieron de nivel, en algún momento comenzó un intercambio desigual de empujones, puñetazos, patadas y carreras pues el instinto de supervivencia siempre gana, a las dos cuadras pasaron factura los veinte cigarrillos diarios, perdía velocidad, tenía un miedo africano pero por obra y gracia de la adrenalina mantenía una saludable distancia de mis perseguidores, quienes se supone conformaban buena parte de la cultura nacional que junto a los disfrazados de intelectuales  me perseguían. 

Corría por una calle que no conocía pero era muy limpia, cosa que me parecía extraño y a pesar del susto con ahogo de quien no está acostumbrado a correr, me hacía voltear para admirar esa ciudad desconocida, entré a un edificio buscando despistar, comencé a subir las escaleras para poner más distancia, al tomar unos minutos de descanso sentí el ruido de  la turba, estaban más cerca, seguí subiendo , ya los oía a pocos pisos de distancia, con sus gritos, mentadas de madre, maldiciones en varios idiomas, palabrotas conocidas y desconocidas, en el último piso no tuve más escapatoria que salir a la azotea con la esperanza de que no me buscasen allí, buscando algo con que bloquear la puerta, se oyó un estrepito de gente desaforada gritando mi nombre, me encontraron, estaba perdido, no entendían nada, intenté razonar aludiendo a su intelecto pero estaban fuera de sí, me rodeaban varios que reconocí como  (ex) amigos que iban  armados de palos, piedras  y uno que otro trípode, no tenía escapatoria , en medio de la angustia recordé que todo era solo un mal sueño, no pasaba nada. Salté al vacío.
José Ramón Briceño, 2016
@jbdiwancomeback