Ayer
se institucionalizó el odio en este país, por decreto y sin apelación posible,
sin justificación creíble y aun peor, estimulando el aura menestral de este “pueblo”
antaño bravo, hoy pues con las pruebas en mano, realmente mendigo y ladrón. Antes
de seguir con la cantaleta de epítetos de tan alto calibre quiero plantear
algunas dudas sobre la seriedad del inicio de ese símil de la noche de los cristales
rotos que sucedió entre ayer y esta mañana, por orden presidencial y pleno del
consentimiento de muchos de los factores
político-callejero-pendenciero del régimen.
En
toda la madrugada, alrededor de mi casa , se oyeron los disparos de rigor , las
metralletas de reglamento hicieron su ruido y uno que otro revolver levantó la
voz en medio de la madrugada, eso me despertó pues como está la cosa es mejor
constatar que los temores de guerra son solo eso, encendí mi computador y me
tropecé con la realidad de golpe, vi fotos de cientos de seres haciendo fila
cuan borregos frente a varios establecimientos comerciales, esos no vendían comida,
ni leche, ni carne , nada esencial para la vida, en cambio sí vendían esas
señales de estatus que tanto dicen odiar desde la palestra oficial, sin embargo
allí estaban, esperando su hora. En estos tiempos de inseguridades, disparos y
asaltos es complicado que nadie , en ninguna ciudad asuma quedarse a dormir en
la calle así, por “curiosidad” , además, fue apenas unas horas luego que el
engendro de Miraflores diese la absurda orden de confiscar todo lo que tuviese
sobre precio y seguramente, no sé, pero así me parece, alguien giró
instrucciones para arriar su ganado hasta esos locales y saquearlos, como si se
llevasen la comida a casa, ´pero hasta donde se, la línea blanca, los electrodomésticos
y demás artilugios tecnológicos no se comen , ni son esenciales para la vida.
Así
amaneció mi país, con gente saqueando esos locales, dicen las malas teclas que
eran propiedad de algunos allegados a los jerarcas del régimen, cosa que tiene
cierta lógica pues de otra manera no tiene sentido esa aseveración de que los artículos
hayan sido comprados a dólar oficial y vendidos al inexistente dólar paralelo,
da que pensar la cosa, tristeza diría yo, esta de pasar de ser un país con futuro
pero de gente arrastrándose sobre su piedra cada vez que un jerarca así lo
ordena.
Seguramente
me odiaran (un poco más), hoy la verdad no estoy de humor para linduras, toca
gritar la rabia, no es que tenga nada que ver con esos dueños de locales, es
que me da bronca como los valores del trabajo y el progreso, son mecánicamente aplastados
por el rastrerismo de unos cuantos y el hambre de otros, pero no hambre del estómago,
esa es hambre de cosas materiales que sin merecerlas ni trabajarlas las
obtienen. Qué triste con mis compatriotas, con sus dirigentes y hasta con los
pocos amigos que me quedan en el bando oficialista.
Alguno
dirá por ahí que esas cosas le pertenecen al pueblo, entonces el tal pueblo debería
ir a saquear Miraflores, pdvsa, el psuv, el museo de arte contemporáneo, la galería
nacional, la casa de gobierno, los mercados esos bicentenario, los mercales y
hasta las casa de los jerarcas, si nos ceñimos a ese absurdo pensar, si no le
enseñas a la gente que trabajando es que se tienen las cosas pues nunca pasaran
de ser unos mercenarios amén de mendigos, eso es la muerte social de una
nación.
Acá
en mi esquina , hoy no me voy a extender mucho, el asunto no es de pitiyanquis,
de escuálidos, revolucionarios ni marxistas, es de inteligencia y visión de
futuro, es de miedo, de envidia, de odios y resentimientos, todos dirigidos a
apuntalar a unos tipejos que al final la historia demostrará que no son más que
cobardes llenos de plata, chapas y escoltas, sin eso seguramente emigrarán en
sus aviones, con sus cuentas en el exterior mientras ese pueblo idiota se queda
en la misma miseria y respirando el mismo aroma excrementicio que les
inculcaron desde las fosas pestilentes pero con aire acondicionado de las
oficinas gubernamentales.
José
Ramón Briceño Diwan, 2013
@jbdiwancomeback