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miércoles, abril 01, 2015

Crimen y miseria del siglo XXI


La semana pasada hubo todo un revuelo bastante extraño con una noticia extremadamente rara, supuestamente se están robando a los niños y estos aparecen luego sin órganos, la verdad a pesar de lo trágico parece una noticia “normal” en este caos en que vivimos, si la gente se mata por un Smartphone , una moto (de las chinas baratas) , un carro (el que sea) un par de zapatos (importados claro) y hasta un paquete de harina, si se roban un niño para destriparlo por unos miles de dólares no suena descabellado para estos tiempos. Pero la verdad dudo que esta hampa imbécil de este país sea tan sofisticada, no lo digo por destripar, eso lo hacen a diario, lo digo por aquello del ciudad que han de tener con los órganos extraídos para que puedan serle útiles a sus posibles clientes.

Lo que hace más raro aun es el vehículo para la explosión de la noticia, una manifestación de motorizados en una barriada de la capital  y su posterior traslado a las puertas de un canal del estado sin que la guardia nacional haya hecho ninguna escabechina de perdigones con gas lacrimógeno, de paso la fiscal declara la importancia de regular las redes sociales y a las 24 horas atrapan a una fulana con un dineral, supuestamente pagado para que diera tales declaraciones, tanta rapidez   es sospechosa, sobre todo si hace menos de dos meses un policía mató a un muchachito de 14 años de un certero disparo a quemarropa con una munición de perdigones de goma. Todo eso sin hablar de la cantidad de presos políticos que hay por centenas, pero ni un detenido por las protestas de los motorizados.

La verdad yo no confío en NADA de lo que dicen unos funcionarios acostumbrados a mentir sobre cualquier tema. Sin embargo debo acotar que todo eso me parece tan rebuscado que apesta a excusa para someter aún más a los que disienten, todo es una persecución en este país.

Lo que sí puedo dar fe pues unas cuantas personas conocidas ya han sido víctimas, es de un nuevo modus operandi de las bandas delictivas, una versión más mísera del secuestro exprés. Se llevan a los niños de los supermercados y luego llaman a sus padres desde un celular para decirles que les hagan un mercado de entre cinco mil y veinte mil bolívares (depende del supermercado y del secuestrado) o si no, nadie vuelve a ver con vida a la criatura, aparte claro del típico secuestro del niño o niña a las puertas de la escuela y la solicitud de rescate con cifras que rondan los cien mil a los quinientos mil bolívares, algo relativamente rápido que los padres pueden obtener hasta vendiendo el vehículo en unas horas.

Difícilmente puedo tan siquiera imaginar la angustia de unos padres ante tal hecho, lo que si puedo imaginar es la lenidad con la que las instituciones encargadas de dar seguimiento y atrapar a los culpables realizan las investigaciones para atrapar a los facinerosos, lo más común es que entre los comentarios siempre se cuele la posibilidad de que los organismos de seguridad tengan algo que ver con el hecho delictivo, bien sea por asociación o por omisión, pues ellos son tan temerosos como los ciudadanos de esas mafias que tienen tentáculos hasta en los altos niveles ministeriales.

No es de culpar a quienes se quieran ir del país, es más , si se van hasta envidia les tengo, no porque odie a mi país, todo lo contrario, es que quiero que mis hijos y los de TODOS los ciudadanos de bien lleguen a viejos, tengan familias o no según sus gustos, pero que podamos vivir en paz, no en este eterno ciclo de miedos con que nos bombardea la realidad del país a diario, nadie está a salvo, nadie se puede salvar, somos potenciales víctimas de unos criminales que se aprovechan de la estadística que dice que solo el 5% de los crímenes tienen castigo, ellos se sienten muy cómodos siendo del otro 95% que vive a sus anchas haciendo alianzas con el estado y a la vista están los “colectivos”, harto documentados por cierto.

Cada día me siento más un reo de cualquier campo de concentración, vivimos sin escapatoria en una suerte de purgatorio donde en vez de medalla de la Virgen del Carmen necesitamos pasajes a cualquier parte del mundo civilizado, que comparado con este infierno bien parece el cielo ya que con poder comprar todo lo necesario para vivir, comer completo tres veces al día, caminar tranquilo por la calle sin que nadie se antoje de cosas tan banales como el teléfono, el carro , los zapatos y hasta el mercado, con la esperanza de morirse de viejo y no a manos de cualquier bicho de uña, es bastante parecido al paraíso, solo que sin ángeles, arcángeles ni dioses, solo trabajo y calma que ya es bastante.
José Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback





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