Los
tiempos duros tiemplan el espíritu, o nos quebramos o nos hacemos más fuertes,
no existen medias tintas en ese sentido. Cada día estoy más convencido de que
mucho de lo que supuestamente somos como nación, la percepción que tenemos de
nuestro gentilicio está viciado por años de propaganda gubernamental e
institucional, es decir que la mayoría de las bondades del venezolano son puro
cuento chino, eso de la solidaridad, el don de gentes y demás cosas que
aparentemente tenemos como pueblo, son una falacia inventada desde la
propaganda.
En
estos tiempos de diáspora me he dado cuenta que tan desnaturalizado es el
venezolano con sus semejantes, he leído quejas de la soberbia y el nivel de
mala gentes que se vuelven muchos compatriotas en otras tierras, hasta vi de
unos esposos que fueron deportados gracias a su estúpido cerebro que escupía no
menos idiotas conceptos sobre no sé qué cosa. En las periodos en los que he
estado fuera del país me he empeñado en investigar cómo es todo en ese otro
país para intentar emigrar (deseo compartido de casi todo el país) con cierto
orden pero con la seguridad de encontrar un empleo que le permita comer a mi
familia, en el 98% de los casos se hacen los locos, todos son los panas del
alma , hasta que les pides empleo, ahí comienza a ponerse incomoda la conversa,
hasta la abrupta despedida con cualquier excusa.
En
el caso de las redes sociales la cosa es más o menos igual, todo bien hasta que
les pides trabajo o les quieres cobrar por alguna cosa que escribas, mientras
todo sea gratis y sin compromiso, muy bien la cosa, los porcentajes son
similares, también aplican los ofrecimientos de sofá y baño prestados “mientras
te acomodas” a la hora de la verdad nunca nadie puede, a menos claro que tengan
algún vinculo consanguíneo que “obligue” de resto, por ahí te pudras mi querido
amigo, parecen decirte sin hablar.
Desde
que comenzó el éxodo venezolano he visto con cierta tristeza como casi todos
mis amigos se han ido a mejores destinos, sé que en muchos casos la realidad es
menos grata que la que muestran vía redes sociales, la verdad algunos me han
ofrecido su sincera ayuda, pero como no he podido moverme de mi país pues no he
podido aceptarles las invitaciones. Debo decir que creo en las buenas energías y
en que las buenas acciones crean buen Karma o Dharma según entiendo, me he
empeñado en hacer una suerte de red entre mis amigos emigrantes para que los recién
llegados se conozcan entre si y si pueden se ayuden, no cobro nada ni espero
favores de vuelta, de hecho en los pocos contactos realmente efectivos donde se
ha logrado que los amigos encuentren alguna cosa que necesiten lo único que les
pido de vuelta es que si tienen chance ayuden a otros panas que estuviesen en
la misma situación, creo necesario hacerlo, una vez intenté emigrar y la cosa
no funcionó, ser ilegal es ser un paria del que todos quieren sacar ventaja,
hasta la familia te explota y se hacen los locos pues te hacen un favor.
Al
conocer esa realidad de primera mano uno termina sensibilizándose, quizás mi
iniciativa sirva para inspirar a otros tantos que andan por el mundo, mis
amigos se han resignado a escuchar mis favores, en unos casos me responden, en
otros pues se hacen los locos (están en todo su derecho) pero sería muy bueno
que TODOS nos pusiéramos en el plan de ayudar a quien necesite ayuda, por
supuesto, no monetariamente pero si con contactos, orientaciones y hasta apoyo
legal en caso de necesitarlo para que la comunidad venezolana se borre el
estigma de ser indeseable en muchos sitios, quienes no se lo merezcan o
traicionen la confianza que se les ha depositado pues bien merecido tienen ser
ignorados, los otros ( quiero estar convencido que son más los buenos que los
malos) que están entre asustados, perdidos, amenazados y buscando el futuro
para la familia bien vale que se les de una mano.
A
quienes me leen , si se fueron y pueden dar una mano, háganlo, si no se han ido
pero gracias al internet tienen posibilidades de establecer redes de apoyo pues
comiéncenlas, sin presión, solo vale escribirle a los amigos que puedan ayudar
a otros amigos y en vuelta de un corto tiempo tendremos una gran red de apoyo
al Venezolano, al Colombiano, al Mexicano, al Español o cualquier emigrante que
conozcamos y a quien se le pueda tender una mano, el karma se devolverá en algún
momento y si pues siempre es satisfactorio saber que ayudamos a alguno a estar
mejor, siempre debe haber espacio para los nuevos amigos.
A
quienes ya andan en eso muchas gracias, a quienes pueden hacerlo muy agradecido
también, espero que cuando pueda irme encuentre algunas manos amigas que nos
tiendan la ayuda que necesitamos, mientras pues seguiré haciendo lo propio
desde mi esquina, esperando que otros tomen conciencia y puedan hacer algo por
los demás, una cadena de favores usualmente genera muchas ganancias.
José
Ramón Briceño, 2015
@jbdiwancomeback
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