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viernes, abril 24, 2015

Según como yo lo veo


Hace casi treinta años, amanecimos de golpe, quienes , como y cuando muchos nos acordamos. Hay quienes lo recuerdan de la peor manera pues tienen muertos que recordar, otros de manera más amable ya que hoy día recogen los frutos de su militancia, sin embargo muchos más somos los que lloramos aquellos 20 segundos donde un militar se rendía y decía “por ahora”, paradójicamente años despues cerró a televisora que lo catapultó a la fama.

Este viernes por la tarde, mientras leo las noticias y os tuits de mucha gente, he intentado darle una forma coherente a todo este galimatías de gobierno que ha terminado de parecer una mezcla de película de horror con canción de Rubén Blades, un mundo bizarro como bien lo definió uno de mis alumnos en una conversa antes de entrar a clases.

Se hizo presidente un domingo de hace unos cuantos años, la historia se repitió unas cuantas veces, la sospecha de fraude siempre ha flotado como u vaho pestilente, denuncias sobran, sospechas también, sin embargo se hacen la propaganda de ser el evento electoral más transparente del mundo, pero ni por asomo proponen auditar las papeletas de votación, es más, en las últimas elecciones unos comandos motorizados saquearon unas cuantas urnas en muchos centros de votación.

Hace apenas unos tres años el hombre de aquellos 15 segundos de fama inicial se murió, se desataron los demonios, todo se fue al traste, la historia detrás del fallecimiento está infestada de mentiras más que evidentes, un “presidente encargado” que no es más que una figura inventada por los fulanos para mantenerse en el poder, unas fotos sonriente leyendo el periodicucho comunista rodeado de sus hijas, el encargado hablando de horas de trabajo, una enfermera que dijo haberlo visto caminando, mientras un periodista muy serio decía que el hombre estaba vivo solo porque nadie lo había desconectado.

El cáncer lo mataba muy rápido, creo que los fulanos del ministerio de información no saben la existencia de google o de Wikipedia que te resuelven cualquier duda en apenas segundos, por tanto no había que ser experto para saber que pasaba. Una tarde cualquiera dijeron en cadena nacional que se había muerto, empezó un show de muy mal gusto (como todos sus inventos), al día siguiente llegó una urna donde se supone venia el cadáver, lo expusieron casi por un mes con música, romería, se hicieron escapularios con el rostro del difunto, lloraron todos. En ese momento lo único raro es que (gracias a google) descubrí que para mantener un cuerpo sin que se pudra tocaba hacerle un tratamiento embalsamatorio que si acaso debía durar mínimo un mes, la sospecha se hizo presente.
Desde ahí se armó el desmadre, la cosa fue en picada, pasamos de ser pobres a ser mendigos, se habla de narcotráfico, de que los cubanos realmente son los que gobiernan, de millardos de dólares regados por el mundo, terminamos ganando apenas unos dólares al mes, en la mayoría de los casos hablamos de menos de 90 centavos de dólar al día.

Van miles de muertos por el hampa pero su escenario de guerra solo les permitió regalar parcelas de país a los hampones en las llamadas “zonas de paz”, el gobierno paralelo manda desde las cárceles del país, los policías se han vuelto unas mascotas de los presos poderosos, se habla de nexos entre el alto gobierno y los llamados pranes, de una ministra esposa de uno de los más peligrosos del país. Las colas son un espectáculo diario, la muerte una constante en las calles, la desesperanza una fija en todos lados.

Seguramente algún oficialista me lea y volverá a reclamar pues dice que hablar mal de mi país es no quererlo, sin embargo desde esta esquina le respondo que el respeto es un asunto que se gana, si el país que se supone está representado por sus funcionarios, que no respetan a nada ni a nadie por ende tampoco me respetan a mí, como ciudadano de a pie, indefenso como todos aquellos que no tenemos ni padrino ni revolver, que dependemos de un miserable sueldo que no alcanza ni para un mercado decente, que añoramos la época en que el sueldo alcanzaba hasta para darse algún gusto de vez en cuando, cuando la inseguridad (protegida por el estado) no te obligaba a encerrarte antes de que caiga la noche, el único problema con las medicinas era su costo pero estaban siempre al alcance de la mano, cuando no se hacían colas para comprar nada importante para vivir, tengo derecho a quejarme como me de la gana, ya estoy harto de mantener las formas y de mal vivir en este puto tercer mundo que alguna vez no fue, pero que apunta de idiotas comunistas hemos retrocedido a la época de las montoneras, nunca fuimos tan pobres, tampoco tan desgraciados, nunca antes los aviones fueron una preocupación, hoy día solo pensamos en eso pues la desesperanza nos alcanzó, el hartazgo de tanta violencia nos ha inmunizado contra la nostalgia, muchos solo quieren irse a vivir a otra parte con tal de no formar parte de las estadísticas de guerra cada lunes por la mañana.
José Ramón Briceño, 2015

@jbdiwancomeback


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