El
jueves pasado , mientras volvíamos de la escuela mi hija y yo, ella (la verdad
no se a cuento de que) me dijo que el mundo sería mejor si estuviésemos separados
hombres y mujeres, habría menos problema pues somos muy diferentes, mi cerebro
activo todas las alarmas y la puse a analizar el asunto desde una óptica bastante
más personal, si eso fuese así no podríamos estar juntos y la gente no tendría más
niñitos, a los que la niña responde, abriríamos otro sitio para las familias y
los niños, entonces le volví a poner el ejemplo, al final cayó en cuenta que el
asunto no era de segregar sino más bien de agruparse por gustos comunes y vivir
en paz, ojalá esa conversa la tenga siempre presente en este mundo tan
extrañamente diverso como polarizado.
Eso
me trajo a pensar en la censura y cuanto asco le tengo yo a ese asunto tan feo
como es ese de obligar a la gente según algún patrón “correcto”, claro, siempre
y cuando esa cosa prohibida no le esté haciendo daño a nadie, tampoco es que en
nombre de un tal libre pensamiento vaya y aplauda a los musulmanes que violan
niñas, lapidan mujeres. A los racistas que queman a quien no es de su color de
piel, a los guerrilleros que secuestran niños para volverlos soldados, a los países
que matan en nombre de alguna religión estúpida (como todas las
fundamentalistas) , esos otros que viven poniendo presos y matando a quienes no
piensan como ellos y así un largo etcétera de barbaros que viven en este mundo,
a esos que los maten a pellizquitos y cuenten conmigo para colaborar en la
tarea de borrarlos de la faz de la tierra.
A
mí me molestan en grado sumo esas señoras y señoritas que paraguas en mano
tocan mi puerta a las ocho de la mañana de cualquier domingo para predicar su
palabra, igual no consiento que alguien les salga con groserías, con un “no
gracias, que tenga buen día” tengo, tampoco me agradan los regetoneros, los
santeros, los pedidores de “una ayudita” en buses y semáforos, los disfraces
que se suponen punketos, grafiteros, eso que se dicen artistas o escritores sin
mérito alguno y que sin pudor muestran su “arte”, pero a ninguno insulto a
menos que se pongan intensos, en ese caso uso algún verbo caustico y los insulto
de manera tan elegante que no se enteran hasta varias horas después, pero en
ingun caso los prohibiría o perseguiría, con pedir que no me jodan basta,
igualmente aplica para un largo etcétera de gente, milicos incluidos claro.
Lo
que me revienta es esa manía de muchos de cerrar, prohibir, censurar, matar,
anular, irrespetar y malponer todo eso que no entienden ni comparten y peor aun
a los gobiernos que apuntalan tales cosas, por ejemplo, tengo que confesar que
hace muchos años que no veo mucha televisión, prefiero leer o escribir, RCTV
nunca estuvo entre mis preferencias, me parecía un canal ramplon como todos y
algo subido de tono en eso del rancho mental que exhiben los canales de señal
libre en Latinoamérica, pero a mucha gente le gustaba el asunto, veian los
culebrones, sus programas de “humor” y hasta los de variedades, si a mi no me
gusta pues tenía el control remoto y el bendito cable pago para quitarlo y
listo, pero al parecer no todos piensan como yo y dieron la orden de borrarlo
de la programación, lo cerraron, le robaron los equipos de transmisión y
pusieron en su lugar otro bodrio que si le quitaran ese afán politiquero/imbécil
quizás serviría para algo, ellos si no tienen rating.
Así
mismo fallecieron muchas señales de radio, han comprado todos los canales de
señal libre so pena de cierre y posterior quiebra, los periódicos han sufrido
misma suerte, tanto así que la autocensura es el pan diario de todos los
periodistas del país. Lo más “gracioso” es que todavía pretenden seguir en el
plan llorón típico de la izquierda de decir que la “canalla mediática” los
odia, siguiendo esa línea de pensamiento, entonces ellos se odian a sí mismos.
No
sé, quizás pronto comiencen a salir escuadrones de “limpieza revolucionaria” a
cortar cabelleras masculinas, romper pantalones femeninos (pues las mujeres
usan falda carajo) , perseguirán a los homosexuales y lesbianas, quemaran
bibliotecas públicas o privadas, pedirán santo y seña revolucionaria en los
buses o trenes, harán levas “voluntarias” en los colegios, liceos y
universidades para los mitines “espontáneos” de la revolución, eliminaran las
emisoras, televisoras, revistas y portales web que no comulguen con el ideario
chavista/ortodoxo, no sé, a los “fundamentalistas” de cualquier vaina se les
puede ocurrir cualquier cosa y los acólitos, prontos a ser vistos defendiendo a
sus líderes y empleuchos las harán cumplir.
Ojalá
esté equivocado y jamás pase eso, pero lo veo cerca, cada minuto en mi casa lo
atesoro, cada salida con mi hija es un regalo de los dioses, cada clase que doy
con alumnos que son geniales es una cosa excelente, cada noche con mi novia es
un respiro de calma, pues no sé hasta cuando pueda ser, que me alcance esa
censura de los imbéciles uniformados, tanto los de verde como azules o de traje
y corbata (sin importar el precio de los mismos), quien sabe cuándo censuren mi
esquina, su iglesia ,culto, congregación, negocio o escuela, la censura no
perdona y los esbirros tampoco.
José
Ramón Briceño 2014
@jbdiwancomeback
@plurifotos |
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