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domingo, junio 08, 2014

Efecto mediatico


Mucho he leído sobre una tal “manipulación mediática”, me he preguntado si en realidad existe y he llegado a la conclusión de que así es, tanto que hasta la denuncia de su existencia constituye parte de esta. Otro de los detalles es que toda la cadena informativa está plagada de medias verdades, medias mentiras o mentiras descaradas, todas dejadas como quien no quiere la cosa a ver si se tragan el cuento, si no existe manera de negar sus bellaquerías pues inexplicablemente explota un escándalo sobre cualquier otra cosa y de a poco se olvida el gran público que los están jodiendo de manera constante.

Siempre escucho o leo con cierta sorpresa como descaradamente, desde las pantallas del estado los funcionarios/voceros/militantes, con poses que pretenden ser serias, “denuncian” que la oposición los odia, que la oposición reparte el mensaje del odio y por tanto no deben volver. Discúlpenme pero el real discurso de odio ha venido gestándose desde hace un rato, no hay que ser muy inteligente para no intuir que la fulana lucha de clases así obliga, sin odio ni resentimientos no puede existir el germen de eso que pretenden llamar revolución pero que ha devenido en lo contrario, todo es un proceso involucionario constante, con un discurso dirigido a apuntalar el odio entre las distintas clases sociales.

Admito que eso de la “lucha de clases” me causa cierto prurito pues desde siempre he tenido la idea de que hay solo dos clases posibles de ciudadanos, los que se esfuerzan por avanzar y los que aceptan con cierto “placer” no hacer nada para cambiar la situación, de gente así están llenos los barrios de mi país, todos se vuelven autómatas de la nada, pobres de solemnidad eterna, ese sentimiento lo explotan todos, desde las distintas sectas religiosas (todas esas que derivan del cristianismo) , los políticos y hasta la televisión con su rancho mediático de zinc y mal gusto, al parecer a nadie le conviene que los pobres (como yo) abran los ojos y se den cuenta que la vida es más que esperar ganarse un premio de lotería, tomarse la cerveza a puerta de licorería, la colita para el pollo o la carne, la leche en polvo o en ultima instancia enchufarse políticamente lo suficientemente bien como para poder desviar fondos sin sentirse culpable.

Denunciar la manipulación mediática es una constante para desconcertar, mientras que todo el aparato gubernamental está dirigido a manipular con argumentos encontrados, por un lado los “lideres” acusan de golpistas, asesinos, “hijos de papá”, desgraciados y pare usted de contar cuantos adjetivos se le ocurran al hablador de turno. Por otro lado hay cientos de esbirros haciendo presión en las manifestaciones, las redes están llenas de imágenes y videos de policías y guardias protegiendo motorizados armados (he presenciado escenas similares) , todos con el mayor descaro haciendo mítines por la paz, murales de esos setentosos que alegan una paz que no desean . encima de todo eso defecan en el alma de todos los ciudadanos aprobando leyes que fueron negadas en un referéndum donde la mayoría dijo que NO, pero los sordos son así, hacen lo que les da la gana, alegan una mayoría que ya no tienen y culpan a quien les señala con cualquier adjetivo calificativo que descalifique la opinión.

Todo el esfuerzo del estado ha ido en función de apuntalar el odio y el resentimiento con todas las herramientas posibles, desde despidos masivos, acusaciones sin sentido hasta el paroxismo actual de carcelazos injustificados por tiempo indefinido, lo que a su vez ha originado un desespero por todos los funcionarios incursos en malos manejos a colaborar de buen gusto en todos los hechos irregulares que van desde patrocinar colectivos armados hasta entregar armas a la población para “defender” la revolución.

Desde mi esquina propongo que todo aquel que pueda, sin importar mucho su grado académico ni sus posibilidades económicas a unirse en la campaña por informar, así sea solo por esta vía (la electrónica), si pueden con impresos, reúnanse varios, invéntense un periodiquito, así sea de una hoja carta doblada tipo díptico, pancartas, periódicos murales, donde no solo se haga denuncia, también se propongan cosas, denuncien por cierto a los funcionarios con nombre y apellido, déjense de andar acusando sin pruebas en la mano que si así lo hacen cualquiera les desarticula el discurso, no se dejen amedrentar que ese es el fin de todo gobierno, ellos por cierto saben de insurgencia, propongamos hacer formación política a todos los que podamos que solo con indignación no cambiamos nada, hagámosle ver a los ciegos que toda esta mierda económica es posible cambiarla, de manera dolorosa si, pero necesaria, antes de que todos tengamos que ser mendigos con título o nuestras hijas terminen siendo unas putas muy educadas. Tal como las jineteras de la habana.
José Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback

 
Muestra palpable de la brutalidad estatal

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