Mucho
he leído sobre una tal “manipulación mediática”, me he preguntado si en
realidad existe y he llegado a la conclusión de que así es, tanto que hasta la
denuncia de su existencia constituye parte de esta. Otro de los detalles es que
toda la cadena informativa está plagada de medias verdades, medias mentiras o
mentiras descaradas, todas dejadas como quien no quiere la cosa a ver si se
tragan el cuento, si no existe manera de negar sus bellaquerías pues
inexplicablemente explota un escándalo sobre cualquier otra cosa y de a poco se
olvida el gran público que los están jodiendo de manera constante.
Siempre
escucho o leo con cierta sorpresa como descaradamente, desde las pantallas del
estado los funcionarios/voceros/militantes, con poses que pretenden ser serias,
“denuncian” que la oposición los odia, que la oposición reparte el mensaje del
odio y por tanto no deben volver. Discúlpenme pero el real discurso de odio ha
venido gestándose desde hace un rato, no hay que ser muy inteligente para no
intuir que la fulana lucha de clases así obliga, sin odio ni resentimientos no
puede existir el germen de eso que pretenden llamar revolución pero que ha
devenido en lo contrario, todo es un proceso involucionario constante, con un
discurso dirigido a apuntalar el odio entre las distintas clases sociales.
Admito
que eso de la “lucha de clases” me causa cierto prurito pues desde siempre he
tenido la idea de que hay solo dos clases posibles de ciudadanos, los que se
esfuerzan por avanzar y los que aceptan con cierto “placer” no hacer nada para
cambiar la situación, de gente así están llenos los barrios de mi país, todos
se vuelven autómatas de la nada, pobres de solemnidad eterna, ese sentimiento
lo explotan todos, desde las distintas sectas religiosas (todas esas que
derivan del cristianismo) , los políticos y hasta la televisión con su rancho mediático
de zinc y mal gusto, al parecer a nadie le conviene que los pobres (como yo)
abran los ojos y se den cuenta que la vida es más que esperar ganarse un premio
de lotería, tomarse la cerveza a puerta de licorería, la colita para el pollo o
la carne, la leche en polvo o en ultima instancia enchufarse políticamente lo
suficientemente bien como para poder desviar fondos sin sentirse culpable.
Denunciar
la manipulación mediática es una constante para desconcertar, mientras que todo
el aparato gubernamental está dirigido a manipular con argumentos encontrados,
por un lado los “lideres” acusan de golpistas, asesinos, “hijos de papá”,
desgraciados y pare usted de contar cuantos adjetivos se le ocurran al hablador
de turno. Por otro lado hay cientos de esbirros haciendo presión en las
manifestaciones, las redes están llenas de imágenes y videos de policías y
guardias protegiendo motorizados armados (he presenciado escenas similares) ,
todos con el mayor descaro haciendo mítines por la paz, murales de esos
setentosos que alegan una paz que no desean . encima de todo eso defecan en el
alma de todos los ciudadanos aprobando leyes que fueron negadas en un referéndum
donde la mayoría dijo que NO, pero los sordos son así, hacen lo que les da la
gana, alegan una mayoría que ya no tienen y culpan a quien les señala con
cualquier adjetivo calificativo que descalifique la opinión.
Todo
el esfuerzo del estado ha ido en función de apuntalar el odio y el
resentimiento con todas las herramientas posibles, desde despidos masivos, acusaciones
sin sentido hasta el paroxismo actual de carcelazos injustificados por tiempo
indefinido, lo que a su vez ha originado un desespero por todos los
funcionarios incursos en malos manejos a colaborar de buen gusto en todos los
hechos irregulares que van desde patrocinar colectivos armados hasta entregar
armas a la población para “defender” la revolución.
Desde
mi esquina propongo que todo aquel que pueda, sin importar mucho su grado académico
ni sus posibilidades económicas a unirse en la campaña por informar, así sea
solo por esta vía (la electrónica), si pueden con impresos, reúnanse varios, invéntense
un periodiquito, así sea de una hoja carta doblada tipo díptico, pancartas, periódicos
murales, donde no solo se haga denuncia, también se propongan cosas, denuncien
por cierto a los funcionarios con nombre y apellido, déjense de andar acusando
sin pruebas en la mano que si así lo hacen cualquiera les desarticula el
discurso, no se dejen amedrentar que ese es el fin de todo gobierno, ellos por
cierto saben de insurgencia, propongamos hacer formación política a todos los
que podamos que solo con indignación no cambiamos nada, hagámosle ver a los
ciegos que toda esta mierda económica es posible cambiarla, de manera dolorosa
si, pero necesaria, antes de que todos tengamos que ser mendigos con título o
nuestras hijas terminen siendo unas putas muy educadas. Tal como las jineteras
de la habana.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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