Hasta
hace poco pensaba que existían reales intelectuales en mi país , no digo que no
existan, es que aprendí hace tiempo que eres lo que muestras, no lo que dices
ser. Al parecer los que quedan, con algunas honrosas excepciones, prefieren
pasar agachados y tomar su vuelo regular hasta donde su obra se venda y de ser
posible nunca más volver a esta tierra, parece (y con justa razón) que les
diera grima seguir pataleando en este piélago de fecas mentales que dirigen la
cultura gubernamental, con el agravante de que quienes pudieren ser sus
clientes por aquello del dinero, son boliburgueses de esos que asumen que es
mejor comprar un “cuadrito” en la avenida Bolívar de cualquier ciudad a una
obra de algún ARTISTA nacional.
En
la mayoría de los museos o lo que de ellos queda, solo vemos “obras” de jaladores
de oficio que viven mendigando una limosnita del estado y se conforman con
cualquier vaina que desde allí les tiren, en mi ciudad (Maracay, edo. Aragua)
cuando menos así es, todos son una manga de disfraces con acento “revolucionario”
que asumen los poquísimos espacios con bodrios de difícil digestión para el público
cultural serio, mismo que ha desertado en masa de museos y salas de exposición
regionales. Eso tiene asidero en la política de destrucción metódica del
quehacer cultural, haciendo énfasis solamente en los llamados cultores y
dejando perder el patrimonio del estado. Si no me creen den una vuelta por la
ciudad, si entran por el oeste de la
ciudad, se encuentran con un Alejandro Otero de dimensiones gigantes, un molino
de viento hecho de aluminio cuyas aspas han de haberse convertido hace rato en
más de una lata por obra de los indigentes, lo peor, dicha escultura está a
cincuenta metros de un puesto de la Guardia Nazional. En el complejo cultural,
la biblioteca pública, un edificio de tres pisos carece de aire acondicionado y
trabaja a media máquina (el promedio de temperatura ambiental es de 40 grados a
la sombra en la ciudad) ¿la razón?, se
robaron todas las tuberías de la institución, las obras de artistas renombrados
que adornan el complejo cultural están en el más completo abandono, es más,
hasta las han dañado pintando esculturas que no fueron pensadas para tener
color alguno, imaginen por favor una estructura de piedra caliza pintada de
amarillo Caterpillar. Todos los edificios gritan una mano de mantenimiento que
nadie le da, pero hay presupuesto para diablos, san juanes, poetuchos,
escritorsuchos y hasta patanes que dicen ser actores de teatro que fusilan a
los grandes con una pasmosa indiferencia y se creen la gran vaina.
Si
hablamos del Museo de Arte Contemporaneo de la ciudad, el mismo ha pasado por
gran cantidad de administraciones tan desastrosas que deberían de una vez por
todas quemar el edificio y así nos ahorramos la vergüenza de tener “eso” que
llamamos museo, desde un director que fue reo por asesinato pasional que no
conforme con ilustrarnos con su supina ignorancia (es “licenciado” en arte de
la misión cultura), transformó el museo en una suerte de “embajada” de la santería
local, la administración que le siguió, hizo hercúleos esfuerzos hasta que un
día se cansó y volvieron a dar tumbos por gente que de cultura y arte sabe lo
que publica el diario “vea” nada más, por último, esta señora que ahora
administra tal bodrio, reparte pasquines evangelizantes a los pocos que tiene
el valor de pasearse por sus instalaciones.
La
religión de la gente es su problema pero religión y política deberían ser
excluidos, so pena de presidio, de espacios plurales y dedicados a la reflexión
constante como lo son los museos, los “cultores” no hacen cultura un carajo,
ellos se limitan a imitar cuan pericos lo que han visto durante generaciones,
así mismo catalogo yo a los fulanos artesanos, que en su mayoría no pasan de
hacer “cueritos” y bisutería en las calles y plazas, cuyo valor humanístico pasa
con la adolescencia de sus clientas.
Del
teatro mejor no hablamos pues en esta ciudad no hay teatros, uno , el emblemático
del estado tiene seis años en una supuesta remodelación que ha matado con saña
el espíritu de su diseño, el otro tiene dos años cerrado, los otros dos son
poco menos que galpones con aire acondicionado y el teatrino de la fulana
escuela de arte dramático no tiene aire acondicionado, ventilación ni
posibilidades pues tiene hasta un echo de zinc como cualquier rancho de la
nación, además todos están administrados por u estado censor que no permite en
sus salas nada que no vaya políticamente con su miseria intelectual, como
corresponde a cualquier comunistucho de medio pelo, ese que anda pendiente de
una comisión.
Todo
esto tiene su génesis en una directiva política ignorante, retrogada e imbécil,
que a su vez está condicionada dentro de un esquema, cuyo fin no es más que el
de anular el pensamiento plural y la natural rebeldía de los seres pensantes
que “teóricamente” deberían cubrir salas y espacios, pero que como le incomodan
a sus jefes, nos anulan, dejando espacio para una caterva de eunucos
intelectuales más pendientes de creerse la gran cosota con su ignorancia que de
ser reales garantes del desarrollo intelectual de un país, mismo que es nocivo
al Psuv pues pondría a pensar a la gente y eso señores se considera subversivo.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
Foto; @plurifotos |
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