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martes, junio 17, 2014

Nos vigilan



Cuando era niño, hace un buen rato, en otro siglo pues, mi abuela me decía cada vez que me encontraba con algún invento “tú no inventas nada bueno caramba”, esa misma frase me asalta cada vez que leo, escucho o veo alguno de los inventos del gobierno, sus justificaciones insólitas, sus estadísticas cuya interpretación es un calco de cualquier programa cómico, de hecho, siempre estoy a la espera de las risas grabadas pues los aplausos los pone el público “cautivo”.
Este gran escenario llamado Venezuela, donde pasan de sketch a sketch sin pausa ni comerciales, bueno, el símil podríamos decir que son los feriados inventados. Entre los inventos a los que al parecer nadie le pone mucha atención es el de la supravigilancia policial a la que estamos sometidos TODOS acá nadie está a salvo y si por casualidad lo haces vienen los “genios” del aparataje de espionaje y zas, te fabrican un email, algún funcionario, muy serio el, convoca una rueda de prensa donde nadie tiene derecho a preguntar, ordenan a los medios oficialistas (todos los de la TV y la mayoría de la escrita, sin contar los miles de sitios de internet)  hacer su fiesta comunicacional con los “detalles” del  supuesto plan magnicida , cuando en verdad ellos están más que claros que si un real espia se pone en eso de querer matar a un presidente pues no lo pública, no lo anda escribiendo por ahí, sobre todo porque está claro que cualquier vaina que se diga, se escriba o se publique será monitoreado por los esbirros de rigor, si es por alguna potencia interesada pues seguramente un misil disparado desde sansingapur, manejado por un bisoño recluta desde las islas marianas con un laptop, le vuelan el orto a quien les dé la gana y el rastro en internet será de un IP del templo sintoísta del círculo polar Ártico, y al final nadie fue, es decir pura retórica estúpida para que la gente se entretenga mientras millones salen por otro lado.

Tengo un par de amigos simpatizantes del gobierno, tan fanáticos con eso de la seguridad que yo los bauticé 88 y 166 en honor a aquel Superagente de los años setenta, sin embargo el día de hoy debo pedirles disculpas pues la realidad me ha pateado con fuerza, he peleado para no terminar paranoico pero la verdad es difícil no hacerlo, con la noticia de una poetisa a quien le publicaron una carta en el Mami Herald y terminó presa una noche cualquiera , donde patadas mediante un escuadrón de humanoides de verde se la llevó con todo y computadora a la cárcel, sin juicio y buscando una supuesta novela de la que nadie sabe.

Estudiantes que desaparecen en cualquier momento, asesinatos políticos sin solución, presos políticos incomunicados, total un estado policial absoluto. Ese golpe de la realidad del que les comento me sucedió el día del padre, a la puerta de una licorería se me apareció un fulano que aseguraba haber sido mi alumno en una universidad privada donde trabajé el año pasado, cosa que puede ser, sin embargo su estampa gritaba lo contrario, ante mi mirada de extrañeza me dio un nombre y aseguró ser policía, cosa factible, sin embargo cuando le dije donde trabajaba el me aseguró que sabía pues trabajaba en la seguridad del gobernador de mi estado, hice mi compra, monté la caja de cervezas en el carro donde iba y le pedí al conductor salir pitando, en el camino le expliqué la razón del apuro, el conductor se quedó callado y no le quedó más que suspirar y decirme “estás jodido Briceño”, yo le repliqué, jodidos están ellos que me supervisan cuando  soy solamente un librepensador más.

Tengo ya dos días con el asunto en la cabeza, acordándome de los superespias caribeños amigos míos, pensando en el futuro y he tomado la decisión de no cejar en mí pensar, jamás callarme lo que pienso,  cuando menos si se ocupan de vigilarme le dejan el camino libre a lo que verdaderamente hacen cosas interesantes para cambiar esto, no los conozco ni quiero hacerlo, mejor es continuar en mi esquina pregonando las brutalidades del gobierno y los avatares infernales de vivir por acá, total, igual tengo que trabajar así sea para los pasajes nomás, tomar cerveza de vez en cuando, fumar a diario, para que cuando esto se acabe por lo menos nadie tenga la excusa de que jamás nadie de a pie, sin nexos con los grandes intereses económicos o políticos, sin compromiso más que con la realidad, grito en pixeles y letra de imprenta la realidad nacional.
José Ramón Briceño Diwan, 2014
@jbdiwancomeback
@plurifotos




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