Hace
más de un mes escribí por acá un artículo donde asomaba la posibilidad de
dividir al país geográficamente en dos, todo eso en virtud de todo este lio de
balas, gases, robos, pancartas, muertos y presos. Ante la fiereza con que unos
defienden un sistema político y social que evidentemente ha fracasado, para
evitar más gente muerta o presa, familias divididas, miserias obligadas y tanto
mal que estamos pasando TODOS los venezolanos, afirmé que deberíamos ir planteándonos
la Venezuela del sur y la del norte, de esa forma cada una de esas Venezuelas podrían
ser completamente abiertas para implantar el sistema político que mejor les
convenga junto con los planes económicos hartamente planteados y de los cuales
el estado no ha tomado ni el más mínimo apunte.
¿Cuál
de las dos será la democrática realmente?, no sé, eso toca pensarlo con más
detenimiento, lo más sorprendente de todo es que cuando lo asomé por primera
vez esperaba mil insultos y algunas mentadas de madre, sin embargo sucedió lo
contrario, mucha gente me ha escrito para expresar su conformidad con la idea y
hasta propone cosas, eso la verdad me ha sorprendido, casualmente los únicos que
están en contra de la idea son los oficialistas.
Pensar
en dividir mi país me produce cierto espanto, ciertamente crecimos bajo el
paradigma de la Venezuela unida, sin embargo en los últimos años hemos estado
más divididos que nunca, especialmente en estos momentos el odio es mucho entre
las facciones en pugna, la verdad no
hemos llegado al climax del odio pero estamos bastante cerca de comenzar a
matarnos por venganzas, además claro por ganar espacios para la disidencia, si
no me creen lean sobre los estados Mérida, Trujillo, Zulia, Miranda, Carabobo y
hasta Barinas, todos están en pe de guerra, con barricadas, molotov, piedras y
palos contra tanquetas, balas, bombas lacrimógenas, motos y quien sabe que más
se inventan los milicos para su acto represivo. Sabemos además que la división se
está haciendo más profunda, en estos momentos ya ni por educación se tratan las
familias en las que hay militantes de ambos bandos, los vecinos ya no se pueden
ni ver, las redes revientan con fotos y nombres de los supuestos delatores del régimen,
quienes por cierto no les veo mucho futuro en los espacios donde comparte con
sus vecinos, no creo que falte mucho para que esos empiecen a amanecer colgados
de los postes o muertos en alguna esquina con su cartelito explicativo de las
razones de su ejecución, igual creo que será en las zonas populares con los opositores.
Todo
el panorama es espantoso, lo que veo en el futuro, lo que podría pasar y de no
pasar un escenario se recrudecería este otro que estamos viviendo, total no hay
escenario final bonito para esta historia ni el “vivieron felices por siempre”
es factible, cuando menos o en mi imaginación.
Mientras
escribo estas líneas buscando argumentos,
recuerdo que Venezuela es recién como la conocemos, no éramos así antes de 1920,
los únicos que viajaban por el país para esa época eran los comerciantes y los
militares con sus arreos de guerra, muy poca gente conocía como ahora, el
oriente, el occidente, los andes, el llano o las selvas del sur, éramos siete países
cosidos a bala por las guerras tanto de independencia como las que le
siguieron, hasta que un general que bajó de las montañas se le ocurrió hacer
carreteras y unir al país por vía terrestre, ahí comenzó un lento avance en
esto de la llamada conciencia nacional. Es más, los zulianos tenían un proyecto
secesionista ya desde el siglo XIX, entonces mi idea ni es tan nueva, ni puede
ser tan mala.
Fuera
de broma sería interesante plantearse eso, sé que es doloroso, también sé que
traerá no pocas penurias para muchos, pero sería una apuesta a futuro que nos
sacará del atolladero, podríamos hacer los planes que siempre quisimos los
pensantes, reactivar la economía, atraer inversiones extranjeras, reducir el
crimen, invitar a los compatriotas en el exilio a volver para colaborar con
esta refundación nacional, empezar de cero y darnos el chance a todos de ser
felices por elección y no por obligación, regalemosle su lado a los chavistas,
que terminen su gran orgía coprológica, que pongan en acción sus estúpidos planes
de seguir haciendo mal todo , pongámonos en la ruta del futuro y pensando en
ese futuro algún día podremos volver a estar todos en la misma mesa, no este
eterno andar en una cola, en seguir buscando las cosas de vivir , en este catastrófico
“NO HAY” que llevo atorado en la garganta, en este parte de guerra en que se ha
vuelto la calle y por fin poder aspirar en serio a que mi esquina ya no esté en
el tercer mundo.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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