Esta
mañana me he despertado con la imaginación desbocada, producto de la
indignación que hace días me carcome las entrañas, sobre todo desde que el “señor”
ese que usa la banda presidencial, ordenó en cadena nacional el inicio de una
guerra anunciada, el segundo al mando no solo lo secunda, además tiene el
descaro total de decir, muy serio y circunspecto, que estamos ante el inicio de
un golpe de estado, imagino que de eso él sabe bastante, hasta donde se para
realizar un golpe se necesitan armas, hombres entrenados, algunos cuarteles
sublevados, bastantes balas y el factor sorpresa, en cambio los atacados tienen
otras características muy diferentes.
Mi
imaginación ha volado hasta lo que en verdad anhela mi corazón, en vista de
tanto malandro protegido por la guardia, tanto militar y policía quebrantando
las leyes que se supone deben cumplir y hacer cumplir, tanta sangre botada porque
a ellos no les agrada que les lleven la contraria, tanta indiferencia, tanta
mentira de parte y parte, uno llega un momento que se harta y piensa, que se
metan su país por donde les quepa que yo me voy, ahí vuelves a caer en la
realidad de que no puedes irte, o no tienes pasaporte, está vencido, no hay
vuelos, las fronteras están cerradas, no tienes empleo afuera y llevarte algún dinero
para la supervivencia es solo una fantasía, no te puedes llevar a tus hijos porque
la ex no te lo permite siendo una total ruindad dejarlos solos acá, total
ciento cincuenta millones de peros.
A
veces me levanto pidiéndole al cielo una lluvia de fusiles y morteros, que la
gente se envalentone y queme a tanto motorizado maldito en una pira publica con
todo y moto por supuesto, que la guardia nacional comience un repliegue pues ya
ni tanquetas le queden porque todas se las quemaron, que los jefes de la fulana
MUD terminen cogiendo la frontera mientras toca expropiar un par de edificios
gubernamentales para meter tanto preso con carnet del psuv, en medio de todo
ese desastre abrimos las cárceles y sacamos a los presos políticos, quemamos
todas las dependencias del psuv, sacamos por donde se pueda a todos los
funcionarios con su respectivo expediente administrativo y los metemos presos
junto con los jefes de los colectivos y sus esbirros. De las barriadas bajamos
a punta de plomo a cuanto malandro exista para eliminar la posibilidad de más
violencia de calle, a los otros, esos que manejan la violencia desde sus celdas
los fusilamos, sin aviso, para exorcizar las posibilidades que ya ellos manejan
desde su ascenso al poder vía intercesión ministerial.
Expulsamos
a los cubanos, bielorusos, iraníes, chinos y cualquier otro representante de
esos tales “países amigos”, haciendo especial énfasis en dejar presos a los corresponsables
de haber coordinado este desenlace fatal, quemaremos la embajada cubana
procurando dejar dentro al embajador y su tren de “asesores”, lástima de verdad
que los edificios emblemáticos de la nación, esos donde se toman las decisiones
sean arquitectónicamente intocables pes procuraría quemarlos también con
algunos de los más recalcitrantes, delirantes y locos “dirigentes” del partido
de gobierno.
Quemaría
como colofón el tal cuartel de la montaña, así olvidarnos por siempre de esta
pesadilla, sin embargo los sueños no siempre coinciden con la realidad, por hoy
me iré a una marcha que pasará reclamando las barbaridades a las que nos tienen
acostumbrados, rogando que a ninguna banda de protegidos del gobierno les dé
por atacar la marcha, muy bonita si, con consignas, manitas blancas, banderas,
himnos, felicidad, mientras en otras partes se están muriendo gracias a la
obra, méritos y acciones de unos vándalos que han aprendido que del lado del
poder la constitución es tan buena como el papel higiénico más exquisito.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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