Hace
unos días salí en la noche a tomarme unas cervezas con un par de amigos, claro,
desde temprano para terminar antes de las diez , como es la “moda” actualmente,
sin embargo la conversa estaba tan interesante que nos quedamos hasta un poco
más tarde en el local, haciéndonos la vista gorda con los camareros que nos
miraban desde una esquina con cara de pocos amigos pues querían cerrar, ante
nuestra insistencia nos vendieron unas cuantas cervezas para llevar y casi que
nos empujan fuera del local, como teníamos unas cuantas cervezas ya ingeridas y
los borrachos nunca miden muy bien eso del peligro nos quedamos en la acera frente
al local conversando y bebiendo. Todo normal hasta allí, sin embargo la
ausencia de ruido me llamó la atención, resulta que a pesar de no ser tan tarde
las calles estaban vacías, ni siquiera un taxi hubo en más de quince minutos,
la cuidad duerme temprano.
Al
darnos cuenta de la hora, uno de los compañeros de farra se ofreció a darnos la
cola a nuestras respectivas casas, fue un paseo de verdad surreal, las calles vacías,
los bares cerrados, cero restaurantes y si acaso un par de locales que daban
más miedo que otra cosa por su estampa sórdida pero la ciudad estaba desierta
antes de la media noche de un jueves, ya nadie sale a nada pues el miedo es
mucho y la indefensión sobra.
Cuando
llegué a casa, mientras calentaba algo de comer para dormir (más) contento, me
puse a pensar en serio sobre ese intento extraño del gobierno por impulsar la
industria turística, ¿Si los ciudadanos tienen pavor a la noche como piensan
que un extranjero va a venir a gastar sus dólares en este país donde todos
piensan que pueden ser víctimas de algún mal viviente? ¿Cómo piensan que nos miran en el extranjero?.
A
menos que les dé por hacer turismo extremo, la verdad dudo mucho que ningún turista
serio, de esos que reúnen todo el año para pasar el invierno en algún sitio
caliente venga si tiene alguna otra alternativa, además, la propaganda que le
hacen los mismos ciudadanos emigrados a otras tierras no ayuda en nada al
gobierno ni al país. No estoy diciendo que los emigrantes sean malos
venezolanos, todos tenemos una historia de terror que contar, todos conocemos a
alguien, u familiar, un amigo, un ser querido o uno mismo ha pasado por alguna situación
espantosa relacionada con el hampa, muchos conocemos la impotencia e
indefensión provocada por un cuerpo policial que ignora olímpicamente las
denuncias pues sabemos que en muchos casos son los policías los protectores de
tanta impunidad, eso sin hablar de la corrupción galopante.
El
gobierno quien se presume de muy “eficiente” hace un gasto exorbitante en
publicidad, tanto en los medios de comunicación como desde las pareces de todos
los sitios visibles, exhibe sin pudor una cantidad de cualidades que de paso
todos saben que no posee, una inmensa agencia de publicidad que se gasta los
fondos públicos para intentar convencernos a todos que todo está bien, que no
existe ningún problema y que el real problema lo tienen quienes piensan que la
cosa está mal, es el imperio norteamericano, la guerra mediática, los teletubies,
Darth Vader y los vendedores de chicha los
culpables de todos los males del país, jamás los malos manejos de las finanzas públicas,
para ello el festival “Suena Caracas” con su desfile de “estrellas” que costó
unos cuantos millones de dólares para demostrarlo, mientras los enfermos de cáncer
piden por todos los medios una medicina que no se encuentra, las señoras hacen
cola en algún sitio para encontrar cosas de comer o de vivir, los ciudadanos
mendigan a los amigos en el exterior un champú, una afeitadora, un café, los
juguetes de navidad y cualquier otra cosa que acá o no se encuentre o
simplemente está fuera de su alcance, pero la “revolución va bien”.
La
realidad desmiente lo que las vallas prometen. Pienso que en cualquier momento
saldrá algún jerarca diciendo que tenemos las putas más bellas del mundo,
seguramente eso es lo que piensan hacer, transformar mi país en un inmenso
burdel como la isla aquella, si así lo hacen de seguro nos llenaremos de viejos
verdes buscando piel fresca para disfrutar las vacaciones, que pagadas en dólares,
ropa o artículos de tocador les saldrá muy barato, ya muchas andan por ahí a la
caza de un extranjero que las saque de este país, saben que entre las piernas
tienen una potente razón para enamorar a algún desprevenido europeo que por
alguna razón esté por acá.
Mientras los idiotas hacen loas a la revolución, los
vivos transforman a mi país en una mezcla de lupanar con garito de distribución
de cuanta cosa ilícita se pueda vender, puercos sobran que compren cualquier
cosa, dólares faltan y esos se aflojan ante el vicio y la falta de escrúpulos
de muchos, bonita cosa en que se ha transformado la tan mentada patria de Bolívar
, ahora sé por qué lo exhumaron, seguramente lo hicieron para constatar que no había
salido corriendo ante la degradación a la que lo han expuesto por tomarlo como
fachada para sus barbaridades.
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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