Después
de más de cuarenta días donde la temperatura ha subió a más de 40 grados centígrados
en mi ciudad, por fin amanece lloviendo, no sé a ustedes pero a mí la lluvia me
gusta, sobre todo cuando da fresco en este pandemónium tropical donde tener un
aire acondicionado (cuando menos para mí) es un lujo complicado. Ver el cielo
gris me pone algo melancólico y comienzo a hacerme preguntas incomodas, como
recurso de supervivencia me porto mal conmigo mismo, haciéndome esas preguntas
incomodas que por lo general quedan en suspenso, en especial las referentes al
futuro, prefiero apegarme a eso de que mejor disfrutamos el hoy, eso del futuro
en este país es difícil de definir pues la verdad nadie sabe y lo poquito que
sabemos tiene más aroma de harakiri (ritual suicida) que de otra cosa.
Para
no contaminar a nadie con mis demonios personales mejor les hablaré de cosas
compartidas, de las dudas que deja el gobierno y sus acólitos en el aire, de
esos raros fanatismos que disfrazan de justicia pero que “olvidan” otros casos
de justicia que al parecer a nadie interesan por afinidades ideológicas, lo que
me hace pensar en el verdadero significado del socialismo del siglo XXI.
Por
ejemplo, todos los días veo en alguna parte una pinta sobre “Palestina libre”, aún
no he oído que nadie, voz en cuello hable de las barbaries del tal Boko Haram ni
del ISIS, los escucho hablar de cómo los gringos matan a su gente pero ni de
vaina hablan de esa costumbre espantosa de matar “infieles” que tienen los
patanes musulmanes o esa otra de vender niñas y mujeres como esclavas para lo
que sea, a buen precio y en mercado público, imagino que es por el trasfondo
religioso que a los fulanos les da culillo exponerse con los “hermanos” que
quizás les den alojamiento cuando les provoque escapar de este moridero de
pobres, eso sí, con las maletas y las cuentas repletas, a disfrutar lo usufructuado
en lo que les haya tocado de la parranda de petrodólares que ya no están.
Los
acólitos ignoran olímpicamente la existencia de presos políticos, los fulanos
defensores del pueblo aseguran que es totalmente legal la tortura, es más, es
necesaria para conseguir información, por tanto no es un quebrantamiento de
ninguna ley, sin embargo he oído a muchísimos funcionarios reclamar a los
mismos gringos que ellos si torturen a sus presos políticos, no me mal
entiendan por favor, jamás estaré de acuerdo con eso de poner presa a la gente
por pensar y muchísimo menos de torturarla (para eso no hay excusas, las que
hay son solo para justificar a los gorilas de verde, su barbarismo no
diferencia idiomas ni culturas, en todos lados hay animales felices con la
tortura). El asunto en vez en darles pena, al parecer les emociona pues
encuentran a otros a quienes criticar y los imbéciles le siguen el juego solo
por no pensar, hasta que les toque si no es que se convierten en (más)
descerebrados.
Todos
hablan de felicidad, paz, amor pero NADIE habla de la impunidad evidente del
hampa, hasta la fulana fiscal dice que deja su gestión cero impunidad, pero el
observatorio de violencia habla de 24.000 muertos en el 2013 producto de la
violencia, eso en un país de apenas 40 millones de habitantes, sin guerras
declaradas, sin frentes ni siquiera con bombardeos, pero los palestinos son los
que está jodidos.
Estas
son solo algunas de las preguntas que me encantaría que me respondiese algún
revolucionario, quizás estoy equivocado y todo sea un espejismo, ahora que ni
siquiera se puede pensar en ir a la playa pues lo más seguro es que quizás ese
día algún grupo extraña y profusamente armado con rifles de asalto te asalte a
la orilla del mar, con el beneplácito (tácito) del tal cheverito (Izarra dixit).
José
Ramón Briceño, 2014
@jbdiwancomeback
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