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domingo, diciembre 21, 2014

Antes del día de navidad


La verdad a mí las cosas de la “Nueva Era” me dan piquiña, eso de andar con rituales, címbalos, sahumerios, inciensos, profetas, feng shui y demás artilugios emocionales de estos tiempos me aburren un montón, aunque respeto quien crea en ellos pues la verdad no hacen mal a nadie, no comparto esas cosas. Sin embargo, más allá de cualquier ideología, religión, credo y creencia, tengo la firme creencia de que debemos mirar a nuestro alrededor y agradecer lo que tenemos.

Seguramente algún lector, a estas alturas del texto haya levantado su ceja izquierda y comience a esbozar una sonrisa sarcástica, pensando en que al profesor Briceño se le pasaron los tragos y aún no ha superado los vapores etílicos de la noche, total, él ya nos ha contado que no le queda más que beber licor barato por aquello de la economía. Tienen razón, bebo licor barato, pero hoy 21 de diciembre de 2014 a las nueve y media de la mañana, solamente llevo en mi estómago café y un par de cigarrillos  así que la tesis de los vapores etílicos no va.

Es verdad que el país está hecho un desastre, que el petróleo va camino de ser más negocio regalarlo que venderlo, que los funcionarios gubernamentales están todos asustados pues se huele y se siente en el aire un cambio inminente, que los presos políticos son una de las cosas más espantosas de estos animales parlantes disfrazados de rojo y lo que se disfrazan de verde oliva, la violencia del hampa es realmente la cosa más horrorosa de estos tiempos,  la nostalgia por los afectos que se fueron en avión para no volver, la impotencia de trabajar , estudiar y hacer siempre lo más honesto posible y al final pareciera que lo único valioso es precisamente lo contrario, tal como lo demuestra mucha riqueza fácil y evidente que vemos en personajes  cuya formación y actuación dista mucho de ser la “correcta”.

La verdad no tengo internet, me he comido el plan de seis gigas de Movistar en apenas 10 días, lo más seguro es que vuelva a estar en las redes mucho más allá del 25 de diciembre pues aún queda lo del niño Jesús, las comidas familiares, los amigotes, las cervezas y de alguna manera una breve dosis de holgazanería propia de los días festivos y no pienso hacer nada serio en los próximos días.

Sin embargo quiero compartir con ustedes, mis queridos lectores, todos esos que a pesar de los días largos y complicados, sacan quince minutos de su tiempo para leer las dos cuartillas de mis post que no pretenden ser más que un reflejo de estos días, con todos ustedes debo comenzar a agradecer, en estos tiempos en que la cosa no solo está difícil, también hay una epidemia de estupidez que ya tiene visos de epidemia global, tropezarse con gente inteligente, que piensa, discute, critica, propone y hasta acepta que no siempre tiene la razón, es algo para agradecer.

Tener como y donde comer, dormir, protegerse de la calle, tener afectos, que uno sepa dónde están los hijos, que podamos darles algún regalo de navidad, tener dinero para las cosas más básicas, o estar ni tener a nadie enfermo de gravedad en la familia, tener familia, tener amigos (dinero, bueno eso es un asunto diferente), conocer gente inteligente, no ser una víctima más de las cientos que diariamente sufren los embates del hampa, no ser un preso político, tener un empleo (a pesar del pago) que te guste, ser bueno en las cosas que realmente te gustan y compartir eso con otros, tener el abrazo de los hijos, hermanos, primos y padres, estar enamorado o haber superado un despecho atroz, en fin, todo eso que nos da alegría son cosas que tenemos que agradecer, entre tanta locura en el mundo, tanta pobreza en este país, tanto muerto a diario por la violencia, tanta víctima de cualquier cosa imaginable.

Estar vivo y poder tener estos pensamientos son cosas que toca agradecer, cada asunto que funcione más o menos bien, toca agradecerle a quien usted quiera, Alá, Jehová, Yahvé, Jesús, Buda, Kukulkan, Supermán , Batman o la Diosa Canales, la religión que usted tenga o no tenga, hemos de agradecer al universo que todavía tenemos cosas que agradecer, uno jamás sabe cuándo ya no tenga tiempo de hacerlo pues la vida es corta, el plomo mucho y los dioses caprichosos.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback



1 comentario:

Sonia dijo...

Brindaremos entonces por lo que tenemos y no por lo que nos falte, Felices Fiestas!!