Reflexión
para el Dia Del Niño
Hay
fechas que la verdad me descolocan, el “Día del niño” es una de esas, tengo
claro que los niños han de ser festejados cada día, en mi caso (de padre
divorciado) intento que cada vez que paso tiempo con mi hija hagamos de ese día
algo memorable, esperar una fecha especial me parece una tontería, sobre todo
en este país adonde deberíamos festejar cada día que amanecemos y cada noche
que llegamos a casa sin ningún percance pues sabemos que por lo menos 100
compatriotas no lo podrán hacer, por mil razones, bien sea porque un mal
viviente se antojó de su celular, algún irresponsable atropello, no se encontró
a tiempo la medicina indicada, no hubo dinero para el tratamiento, no se
encontró nunca más la dieta para el buen vivir según la dolencia que tenga, se
fue la electricidad en el quirófano o en la terapia intensiva y la planta eléctrica
no sirvió, los insumos de limpieza nunca se encontraron y alguna bacteria
ociosa se enamoró de la herida de algún paciente que tampoco encontró el antibiótico
indicado , el estress se transformó en
un infarto, la medicación para su mal mental nunca más se encontró y el
compatriota encontró sosiego envenenándose, lanzándose al vacío, ahorcándose o
cualquiera de las variantes que usan los afectos al suicidio terminan haciendo bien el asunto. Quien sabe cuáles
son las posibilidades de no volver a casa nunca más.
Por
tanto, aunque parezca ilógico debemos celebrar cada día que podemos conversar
con nuestros hijos, así nos parezca intrascendente toca hacerlo, no sabemos cuándo
la fatalidad nos toca a la puerta, protegerlos y orientarlos ha de ser la
principal función de nosotros como padres, tíos, hermanos, primos y hasta
amigos de los padres, como personas adultas es nuestro deber fortalecer la
crianza de todos los jóvenes que nos rodean desde la más tierna infancia hasta
la insoportable dolencia de ser adolescentes, esa extraña etapa en la que todos
somos insoportables.
Muchos
(los que pueden claro) creen que con regalos costosos resuelven las carencias,
escogen un domingo como este para atiborrarlos de cuanta chuchería se encuentra
en el mercado, pero en los otros días si acaso les hacen caso, eso lo veo
siempre en las reuniones de padres de la escuela de mi hija, son muy pocos
padres los que se ven en los actos y eventos infantiles, tanto así que el día
del padre no lo celebran en las escuelas para no traumatizar de más a los niños.
Se de padres que jamás han vuelto a ver a sus hijos, de madres estúpidas que
satanizan a los padres para vengarse de alguna afrenta matrimonial sin parar en
el daño que le hacen a futuro a los niños, también hay madres que buscando
escapar al modelo de los padres que les tocaron en suerte le dan todo lo que
los niños quieren y hasta les rien las gracias sin tomar en cuenta que en el
futuro, en las calles a nadie le parece graciosa la gente que se cree la gran
cosa, esos a los que les dicen “hijos de mami”, son insoportables, todos los días
me tropiezo con esos engendros en el camino y la verdad provoca patear a las
señoras por estúpidas, lo peor es que si por casualidad son conocidas y uno les
dice lo mal que lo hacen se enfurecen y hasta mal parado queda uno.
Claro,
tampoco me agradan esas señoras y señores que maltratan a sus hijos con la
excusa de que conducta con sangre funciona, eso señores tampoco es buen síntoma
ni mejor consejo de vida para nadie, esas también me las encuentro de vez en
cuando y me enfurezco solo de pensar en el futuro de las pobres criaturas que crían
esos engendros de señoras y señores.
Entre
las cosas para el futuro de los niños creo que debemos intentar hacerlo con
justicia sentido de equilibrio, si van
mal en el liceo pues hágalos repetir el año y no permita que la flojera sea el síntoma
para el futuro, si por casualidad ve que a su hijo no le gusta el liceo busque
otra opción educativa el bachillerato en ciencias no es la única opción, si a
su hijo le gustan las artes no lo obligue a ser deportista igual al contrario
aplica, nunca jamás intente hacer lo que usted quiera con ellos, vea que por mucho
que los amemos (los que realmente aman a sus hijos) no son nuestra propiedad,
ellos tienen que crecer, hacerse adultos e irse de la casa con el oficio o profesión
que ellos disfruten, al final nadie va a trabajar por ellos en ningún lado y no
hay peor cosa que odiar la vida propia.
Al
final lo que quiero decir con todo es que por favor intente que cada día sea
memorable, que los años pasen y el recuerdo les saque una sonrisa a esos hijos,
que la vejez sea una excusa para el acercamiento entre padres e hijos y no la
ocasión para depositar a los viejos en un ancianato pues las cuentas que
acumulan los padres por acción u omisión se cobran en la ancianidad, el día del
niño es una maravilla pero más maravilloso sería que todos los días fuesen de
los niños y para los niños.
José
Ramón Briceño 2014
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