Ayúdame con un click

domingo, julio 13, 2014

Recuerdos del cuarto poder (cuando tenia poder)


Un buen amigo me envió como el gran regalo que es, todas las ediciones de los periódicos más importantes de Colombia que publicaron homenajes a la figura de García Márquez ´, lo primero que me golpeo en la realidad fue la calidad de esos diarios (que no voy a nombrar pues parece publicidad), su contenido altamente analítico sobre la situación política, la zahiriente relación que esos medios se permiten hablar sobre el poder. Me recordó a los domingos de prensa en la casa materna, donde leíamos los periódicos dominicales y me maravillaba ante las posibilidades de la letra escrita, eran tiempos de periodistas realmente analíticos y prensa libre a pesar de las tensiones entre prensa y estado jamás recuerdo que hayan cerrado algún medio, quitado concesiones, cerrar emisoras, aunque ciertamente siempre saltaba alguna chispa entre los medios y el poder gracias a la palabra excesivamente dura usada por algún periodista, se ponían en algunas encrucijadas, se gritaban y hasta allí, si acaso algún periodista fue mandado a matar (con todo lo abominable) ni la fantasía más delirante se le ocurría invocar las leyes de la república para ejercer la censura hasta el peligroso nivel de la autocensura.

Si pensamos un poco podríamos invocar a los dos más grandes y antiguos periodos del país, ambos parecen opositores pero no muestran ni la mitad de la virulencia de los amigos Colombianos, ni desatan la multiplicidad de voces que los paisas invocan en cada diario, es abismante la diferencia. Realmente acá se siente el tufillo de miedo hasta en las líneas de los opositores de cualquier medio, claro, me dirán que las redes, pero lo cierto es que las redes son algo así como el “ojo mágico” de las puertas a través de donde nos percibe el mundo, mientras que la prensa es el espejo del alma de un país y acá están opacándose un poco más cada día, una suerte de cataratas seniles de tono rojo y aspecto turbio que está creciendo ante la mirada atónita de quienes aún creemos en las letras de papel y tinta.
Otra cosa aparte, en los diarios que estoy leyendo, verdaderamente hasta los anuncios comerciales provocan añoranzas de años mejores que vivimos por estos lados. La prosa usada por los columnistas y personalidades están impresas de un tono nostálgico pero respetuoso ante la imagen del ilustre fallecido. En cambio acá, siendo citado nunca fue tan abordado a pesar de la importancia, tengo la impresión de que eso seguramente no vende periódicos en este país de NO-lectores que por si fuera poco se enorgullecen de su ignorancia tras gigantescos Smartphones de prepago que poseen.

Es una lástima reconocer en el otro las cosas de las que alguna vez disfrutamos, leer la prensa libre y profunda es (por alguna razón que desconozco) un placer que tenía mucho sin sentir, asomarse ante la realidad de un país que está tan cerca pero tan lejos más allá de las coincidencias históricas que tenemos unos y otros, hacerlo por internet no tiene esa carga de “realidad” que le otorga un periódico al discurso escrito, vale, son las visiones tomadas en cuenta según una línea editorial que le rinde dividendos al medio, pero esa misma línea editorial es tan amplia que acá mataría de un infarto a cualquier jefe de redacción de cualquier medio, esos que toman con pinzas denuncias y ruedas de prensa lo menos espinoso para publicarlo o hacer la nota para sus telenoticieros.

Acá vemos ya como cosa normal un diario EL NACIONAL escuálido, caro y sin casi contenido gracias a los odios políticos, los otros medios se arrodillan gracias a que (imagino)fueron comprados a buen precio por gente interesada en tener al derrocado cuarto poder encerrado en sus paredes de rojo , los medios independientes no existen.

Mientras esto escribo pienso que debería pedirles a todos mis amigos en el mundo que me envíen la prensa impresa desde sus países y en papel, no me importaría encerrarme a soñar en mi sofá, café y cigarro en mano a disfrutar las letras sin mordaza con las que se dan gusto los países que sin ser la otra cosa del universo, si lo comparamos con este, hasta los pobres parecen de algun lugar encantado donde todos son caballeros de la alta burguesía mientras nosotros somos los parias de Latinoamérica, que como los (parias) Hindúes, se nos ha quitado de las manos la potestad de disfrutar de las riquezas de oro negro que bajo la tierra hierve, para, en cambio trocar jineteras por petróleo a un país que a ciencia cierta nunca ha hecho más que llorar y hacerse propaganda de unas virtudes que no posee, lástima ver que uno ya está como viejo para inventarse aventuras de mochilero y largarse con sus música a otra parte.
José Ramón Briceño, 2014

@jbdiwancomeback
@plurifotos

No hay comentarios.: