Roger
nace en el seno de una familia trabajadora, de esas tantas que a fuerza de
empuje salieron de la miseria y la casa , que en principio no es más que un
ranchito terminó siendo la suma de todos los sueños que tuvieron los viejos
cuando jóvenes, él, Roger, es el menor de cuatro hermanos, los otros tres se
dedicaron a trabajar en la empresa familiar, al igual que el viejo son ásperos
de trato, cortos en su apreciación cultural y su único disfrute es el de hacer
una parrilla cada domingo acompañada por litros de cerveza y música popular.
El
joven por supuesto, a pesar del cariño fraternal que sentía por su familia
detestaba a rajatabla esas reuniones, las soportaba solamente por la intercesión
materna, sus hermanos lo tildaban de “raro” por su manía de siempre estar acompañado
de un libro y por las novias estrafalarias que tenía, además les molestaba a todos la lenidad
con que al parecer era tratado por sus viejos, mientras ellos salieron temprano
al mercado laboral familiar sin tan siquiera terminar la escuela, su hermano
menor estaba haciendo maletas para irse a la capital a estudiar en la
universidad, tenía pensado ser arquitecto, le atraían el arte, la literatura,
el cina y el teatro, cosa que sus padres parecían no entender pero que
igualmente lo dejaban ser pues al momento de su llegada al mundo ya estaban
establecidos, no tenían necesidad por el momento de que el muchacho estuviese
en la empresa, ya sus hermanos tomaban las riendas del negocio y el padre
sospechaba que nunca lo dejarían de molestar y al primer descuido lo despojarían
de su parte, envidia fraternal le decía Roger.
El
joven se marcha a la capital, allí comienza sus clases en la facultad de
arquitectura, al ser del interior de la república vivía en un eterno
maravillarse de las bondades de la capital, tuvo acceso a la biblioteca
nacional que resultó ser uno de sus refugios preferidos cada martes por la
tarde, las otras horas de ocio las pasaba en los pasillos de la universidad,
así comenzó a hacer teatro, pintura, fotografía y escritura, tenía un hambre voraz
por el conocimiento, el mismo que aplicaba a sus trabajos como estudiante, sus
notas excelentes y su interés por las artes visuales cada día más fuerte. Cada vez
que tenia vacaciones volvía al hogar familiar, allí escuchaba los lamentos
paternos sobre el estado del negocio, la inflación, el susto eterno sobre lo
que sucedía en el país, a todo esto el joven contestaba que no iba a pasar
nada, siempre había oído a todo mundo
quejarse de la situación y nunca pasaba nada, le decía que ese año tenía
pensado hacer su primera exposición individual de fotografía y pintura en una galería
de la universidad, mientras contaba eso , su padre le dijo que no iba a
patrocinar esta vez nada pues el dinero no alcanzaba, que después de todos los
impuestos y tributos ya casi ni quedaba para los gastos de la casa, es más si a
eso le sumaban la inflación ya les tocaría cerrar el negocio, también le contó
que de los empleados solo quedaban dos y sus hermanos cubrían todo el resto de
las vacantes y entre los cuatro hacían el trabajo de los diez que en algún momento
hubo.
Este
año, estaba en tesis de grado, ya no cabía en sí de contento pues había decidido
dedicarle un poco más de tiempo a su ´pasión por la fotografía, gracias a la
crisis su padre le suspendió todo gasto que no fuese el alojamiento en la
capital, es más tuvo que mudarse a una pensión más barata y menos cómoda
solamente para que le sobrase algo y poder completar el magro sueldo básico que
ganaba trabajando de cuatro a once de la mañana en un farmacia local. En la
capital había una fundación que proponía talleres a muy bajo costo, a sus alumnos les facilitaban la galería
que hasta las monturas facilitaba, ese último año la universidad se puso en
paro, se devuelve a casa no sin antes visitar el espacio adonde al volver
pensaba hacer una exposición con la esperanza de vender su trabajo como artista
novel, la verdad es que el joven tenía un excelente trabajo fotográfico digno
de ser vendido, el paro universitario duro meses, en ese interin el gobierno
decidió que solamente la mal llamada cultura popular era cultura, por tanto
todas las otras expresiones del arte fueron proscritas, al muchacho no le quedó
otra que el exilio, hoy día es gerente de una arepera en ciudad de México, de
los años de universidad solo el recuerdo, de la fotografía tiene varios discos
duros plenos de imágenes esperando ser descubiertas, sus viejos vendieron el
negocio, liquidaron todo y ahora ´pues tienen un puesto de empanadas instalado
en el garaje de la casa, los hermanos pues hicieron lo mismo pero con
hamburguesas y perros calientes, la cultura en su país ya no existe y los
museos se transformaron en escuelas políticas de la juventud revolucionaria,
total, ya nada es lo mismo, tanto trabajo y tanto estudio tirados a la basura
por que ganó la ignorancia matando la cultura y en el medio miles como Roger también
vieron sus sueños morir baja la bota insolente de un retrasado mental con
bigote y anhelo militar.
José Ramón Briceño, 2013
@jbdiwancomeback
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